Mordida desconocida [KookTae]

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Taehyung acomodó correctamente el abrigo que puso sobre el pequeño cuerpo de YeonJun esa fría noche, acunclillado frente a él en la acera.

—Ya estás listo — murmuró con una tenue sonrisa, acariciando el mentón de su pequeño antes de volver a ponerse de pie.

—¿Hyung aún tarda mucho, papi? — inquirió el pequeño, tomado de la mano de su padre.

Taehyung no tuvo la oportunidad de responder, porque en ese preciso momento un auto negro se estacionó justo frente a ellos. Dejando ver a Jungkook en el asiento del conductor. Este se bajó de prisa del mismo al verlos algo encogidos por el frío de esa noche estrellada, y dando los pocos pasos que le faltaban para llegar frente a su omega y su cachorro se detuvo frente a ellos con una expresión de preocupación en su rostro.

—Lo siento — fue lo primero que dijo. YeonJun, como de costumbre, levantó los brazos hacia él, y Jungkook lo alzó, poniendo una de sus manos con mucha suavidad sobre el abdomen de su hijo —. ¿Estuvieron esperando mucho?

YeonJun negó con mucha energía.

—No, hyung. Nosotros recién bajamos, pero hace mucho frío — le respondió su cachorro, poniendo sus pequeñas manitos heladas en las mejillas para probarle lo que estaba diciendo.

—Uh, te estás congelando, cachorrito — Jungkook acomodó el cuello del abrigo de YeonJun hacia arriba mientras este reía, para después dirigir su atención hacia Taehyung, dejando escapar un corto suspiro sin poder evitarlo —. Te ves hermoso, Tae.

El aludido se sonrojó. Acostumbrarse a los halagos de Jungkook era algo que posiblemente no sería capaz de hacer nunca. Pero se sentía bien escuchándolo.

—¿Sí, verdad? — fue YeonJun el que respondió por Taehyung —. Mi papi se tardó mucho, estuvo arreglándose por horas y dejó toda su ropa tirada en la habitación. Quería ponerse muy bonito para salir con nosotros.

—E-Eso no es cierto — Taehyung sintió como el rubor subía incluso por las puntas de sus orejas.

Jungkook lo miró, relamiéndose los labios antes de ladear una sonrisa con diversión. Taehyung no se perdió ni un solo segundo de ese acto, por lo cual prefirió huir de esa mirada y llevó su atención a la oscura y solitaria calle.

YeonJun había expuesto esa verdad de una forma tan vergonzosa que se sintió intimidado y abochornado por la forma en la que el alfa lo estaba mirando. Aunque su cachorro habló con sinceridad, hubiera preferido que Jungkook no se enterara que estuvo muy desesperado por verse bien. Por verse bien para él.

Durante todo el tiempo que estuvo buscando una vestimenta apropiada, no hizo más que dar vueltas y vueltas, tratando de elegir algo que lo haga ver bien. Y sin importar qué tanto se esforzara por encontrar algo que lo hiciera sentir cómodo en esa salida con Jungkook, no se sentía satisfecho.

Cuando notó que estaba siendo un exagerado al respecto, incluso sintió ganas de llorar. Eso ni siquiera era una cita entre ellos. La razón de esa salida era revelarle por fin a YeonJun que Jungkook era su padre. Entonces, no entendía por qué sentía esa absurda necesidad de verse bien para el alfa.

Y tampoco entendía por qué se sintió tan complacido cuando recibió un halago por parte de este. O tal vez sí lo hacía y estaba siendo un obstinado.

—Bueno, tú papi siempre está bonito, sin importar lo que se ponga — habló Jungkook aún con la mirada encima de Taehyung, quien giró hacia él al escuchar su voz —. ¿Verdad, YeonJun?

—¡Sí hyung, mi papi es muy bonito siempre! — su cachorro estuvo de acuerdo.

—Y tú también estás bonito — Jungkook deslizó su atención del omega hacia el menor, picando su abdomen sobre todas las capas de ropa que estaba usando. YeonJun se rio, removiéndose entre sus brazos —. Bueno, ya es mejor que nos vayamos antes de que se nos haga más tarde.