Jungkook sentía diminutos toquecitos sobre su nariz, su ceño se frunció sin abrir los ojos. Se sentía demasiado a gusto como para hacerlo. Sabía que tenía al omega recostado contra su pecho. Su aroma impregnándose en todo su cuerpo y su corazón latiendo con fuerza desmedida.
Había dormido en más de una ocasión con Taehyung, era increíble la facilidad con la que pudieron relacionarse, pero en aquel momento era diferente, lo sentía más especial que todas las otras veces.
Posiblemente se debía al hecho de que Taehyung había aceptado su cortejo, y aunque no lo conversaron más a profundidad, de alguna forma u otra habían establecido una especie de relación más estrecha entre ellos.
Claramente aún debían hablarlo, y estaba aquella barrera que él debía hacer desaparecer entre ellos. La verdad.
Aquella verdad que podía destruir todo lo que construyó en ese tiempo, pero era consciente que debía de hacerlo antes de seguir avanzando.
Sabía que no importaban todos los gestos que había tenido con YeonJun y Taehyung, nada compensaría todo lo que tuvieron que sufrir por su culpa, pero al menos, sabía que estaba intentándolo, y de alguna manera aquello mitigaba unos cuántos niveles la culpa que sintió día tras día desde que Taehyung entró a su consultario varios meses atrás.
Eso lo ayudaba a mirarlo sin sentir ese conocido nudo en su pecho. Eso le permitía sonreírle con calidez, y tomar a su cachorro en brazos sin estar temblando a causa de todas las emociones que lo recorrían tan solo con su cercanía.
Él no quería seguir mintiendo, pero decir la verdad lo aterraba tanto. La posibilidad de perder a su hijo y la presencia de Taehyung en su vida lo llenaban de un miedo desmedido.
Su preocupación era tan grande, que en algún momento llegó a plantearse la posibilidad de no contarle nada a Taehyung. Él ya estaba con ambos después de todo. Tenía al dulce omega y a su cachorro.
«¿Por qué arruinar aquello?». Se había estado preguntando durante toda una fría y oscura madrugada.
Pensó por horas y horas, y luego se recriminó durante el mismo tiempo por tener esa clase de pensamientos tan egoístas.
No podía seguir mintiendo para siempre. En algún punto todas las mentiras serían insostenibles, además, también sería negarle la oportunidad de un padre a YeonJun. Sería privar de la verdad a Taehyung.
No. Él definitivamente no podía seguir mintiendo. Eso era algo que tenía muy claro.
¿Pero de qué forma podría contarle todo a Taehyung?
¿Qué palabras tendría que usar con él para mitigar el dolor?
¿Podría que Taehyung no lo odie luego de decirle la verdad?
No. Él lo odiaría. Eso era algo que también tenía claro. Taehyung no lo perdonaría tan fácilmente, incluso dudaba de que llegara a hacerlo en algún instante. Y lo entendía. Todo el odio de Taehyung hacia su persona sería justificado.
No quería seguir dando vueltas a ese asunto esa mañana en particular.
Esa mañana que posiblemente en un futuro cercano solo sea un dulce recuerdo de la sombra de algo que pudo ser, pero debido a sus acciones y errores del pasado no pudo concretarse.
Esa mañana en la que Taehyung; su omega, amanecía entre sus brazos con sus dulces y deliciosas feromonas envolviendo toda la habitación. Con la suave piel de su mejilla presionada contra su pectoral izquierdo.
Esa mañana que parecía una utopía. Quería darse de esa forma para siempre.
Él daría lo que fuera para quedarse de esa forma para siempre. Hacer de ese efímero momento algo indeleble.
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Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...