Taehyung podía percibir las caricias sobre su cabello, en su rostro, en su cuerpo. Aún en medio de su agotador sueño alcanzaba a sentir y reconocer la calidez del tacto ajeno al recorrer su dermis con parsimonia, tomándose su tiempo para recordar lo que había ocurrido en la madrugada.
Luego de las dos veces que lo hicieron en la ducha, y que Jungkook lo llevara a otra habitación libre, el omega pensó que el alfa ya había tenido suficiente, al menos por ese día. Pero estuvo muy equivocado, ya que tan pronto como ingresaron a la nueva recámara, este atacó sus labios y se volvió a deslizar en su interior con una facilidad impresionante.
Ni siquiera alcanzaron a llegar a la cama, y lo hicieron en el frío y duro piso, el cual se calentó debido a la temperatura de sus cuerpos. Lo único que la necesidad no les impidió fue usar el preservativo en cada uno de sus encuentros. Tal vez por eso siempre estuvieron ansiosos de mucho más. Pero no podían darse el lujo de ser irresponsables ahora. Ya habían aprendido de ello.
—¿No vas a dormir? — preguntó el omega en voz baja al notar que las caricias no cesaron, abriendo un poco los ojos, encontrándose directamente con la bonita y tierna sonrisa de Jungkook.
El alfa acarició el cabello de su omega con lentitud, quien se acurrucó más contra su pecho, hundiendo su nariz en la zona para aspirar su agradable aroma. Ese acto lo enterneció y lo excitó en misma medida.
Jungkook realmente estaba tratando de retener el impulso de poner a Taehyung boca abajo y follarlo hasta dejarlo inconsciente.
No había pasado mucho desde que decidieron descansar un poco y darse otra ducha para limpiar sus cuerpos de cualquier rastro de suciedad, pero aún así seguía estando latente ese deseo insano por poseer el cuerpo de Taehyung hasta que su celo finalizara. No obstante, ya estaba amaneciendo, y Jungkook sabía lo que eso significaba.
—En un rato se despertará YeonJun, debo darle el desayuno y atenderlo — habló con la misma suavidad que el peligris.
Ante la mención de su hijo Taehyung levantó la cabeza, esbozando una tenue sonrisa. Había extrañado tanto a su pequeño revoltoso y ahora lo tendría de nuevo entre sus brazos para demostrarle lo mucho que lo había extrañado.
—Oh, si quieres yo puedo... ah... — siseó cuando se quiso incorporar, y se volvió a recostar sobre el pecho de Jungkook.
Al tratar de moverse, sintió como una corriente para nada placentera lo recorrió por completo. El dolor que se extendió por su cuerpo lo hizo querer llorar, de hecho, las lágrimas se concentraron en las esquinas de sus ojos.
—Tranquilo, mi amor — Jungkook llevó una de sus manos hasta la zona alta de los glúteos de Taehyung, acariciando con delicadeza —. No hagas movimientos tan bruscos, ¿sí? Solo lograrás que te duela más.
Taehyung realmente podía estar seguro que nunca en su vida había sentido un dolor físico tan intenso. Su cuerpo entero estaba lleno de marcas que ahora se sentían palpitar, y ni hablar de la zona baja de su espalda, donde Jungkook le daba caricias circulares con las yemas de sus dedos.
—Siento que me rompiste — gruñó, su voz sonó amortiguada al hablar sobre la piel de Jungkook.
El alfa quiso reír. No debería, pero la declaración de Taehyung lo hizo sentir orgulloso. Él también podía sentir el cansancio físico y el ardor en su espalda, pero aún así todo valía la pena. Recordar de forma tan vívida cada uno de los gemidos de placer de su omega, la manera en que se extasiaba y se llenaba con su polla era algo que definitivamente nunca iba a olvidar.
—Es la primera vez que paso el celo con un omega — declaró de repente, sin dejar de acariciar la espalda baja de Taehyung —. O con alguien en general — agregó en un murmullo.

ESTÁS LEYENDO
Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...