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Taehyung caminaba con cuidado por los largos pasillos de la casa de sus padres, con las dos manos ocupadas por el húmedo pastel de chocolate que su progenitora había preparado para YeonJun. La decoración era sencilla y habían cinco velitas de diversos colores en el centro.

Su cachorro cumplía cinco años, y como se había hecho siempre desde que el infante nació, sus padres organizaron una pequeña reunión en el patio trasero de su casa, el cual era extremadamente grande, teniendo en cuenta que ni siquiera invitaban a la familia.

A parte de él, sus padres y YeonJun, solo estaba Eunwoo; su primo, y Jimin y Lisa; sus amigos de toda la vida, generalmente también estaba presente Chungha, pero se disculpó mucho con YeonJun por no poder estar con él en ese día especial, ya que tenía un asunto familiar por resolver, y aunque el pequeño la extrañaría debido al apego que sentía hacia ella, logró entenderlo.

Taehyung tenía suficiente con ellos. Eran las personas más allegadas y con quienes compartía muchas vivencias. Aunque ese año en particular, había hecho una invitación especial a cierta persona más, pero él aún no llegaba.

Solo esperaba que Jungkook no se perdiera en el camino, realmente encontrar la casa de sus padres era un poco complicado. Ellos siempre habían preferido la tranquilidad, y eso lo encontraron alejándose a kilómetros de la ciudad, aunque tuvieran que viajar mucho la mayor parte del tiempo por sus trabajos.

—Ya te estabas tardando — Lisa le abrió la puerta de cristal que daba paso al jardín. Aparentemente había estado esperándolo ahí para ayudarlo.

Taehyung le sonrió en agradecimiento.

—Estaba ayudando a mamá, sabes lo emocionada que se pone con estas cosas cuando se trata de YeonJun — le respondió mientras empezaban a caminar juntos en dirección a la mesa ubicada en el centro del patio —. Una vez que empieza a preparar sus dulces no hay quien la detenga.

Lisa rió. Eso era muy cierto, la señora Kim adoraba en exceso a YeonJun, se veía demasiado su amor por él, de hecho, los dos padres de Taehyung lo hacían, y no era para menos, además de ser su único nieto, YeonJun era una cosita tan tierna y tan fácil de querer. Todos lo adoraban, incluso ella que no era muy fanática de los niños. Pero el hijo de Taehyung era una luz en la vida de todos ellos.

—Lo sé — se limitó a responder, con las comisuras de sus labios curvadas en una sonrisa —. Por cierto, ayer mencionaste algo sobre invitar al doctor Jeon, ¿lo hiciste?

Taehyung asintió, mordiendo brevemente su belfo inferior antes de responder.

—Lo hice, supongo que llegará más tarde. Hablé con él en la mañana y me dijo que vendría, se escuchaba muy emocionado — susurró esas últimas palabras, aunque no lo hizo tan bajo.

Lisa amplió su sonrisa. Su amigo en verdad se veía muy entusiasmado con la presencia del alfa azabache en su día a día, y no recordaba la última vez que había visto ese brillo en sus orbes.  Esperaba verlo así más a menudo, Taehyung lo merecía más que nadie.

Aún recordaba cuando lo conoció, no era más que un chico asustado que estaba siendo acosado por unos alfas, o como ella llamaba a esa clase de personas; basura humana.

Era verdad que tenían una parte animal en el interior de ellos, pero algunos realmente parecían bestias caóticas. Desafortunadamente, Taehyung tuvo que conocer a muchos de ellos por su condición de omega "abandonado". Pero desde la llegada de Jungkook a su vida, el omega sonreía con más frecuencia. Se sentía tan feliz por él.

—Tú también te ves muy emocionado — dijo ella, y Taehyung se sonrojó al ser consciente de que Lisa había escuchado su casi inaudible murmullo —. Me alegra mucho eso.

Mordida desconocida [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora