Los ojos de Taehyung se cristalizaron sin poder evitarlo, se sentía tan endeble en aquel momento, no podía conectar ideas para emitir palabras, porque ni siquiera él sabía de quién era la marca.
Ansiaba poder darle una respuesta al furibundo alfa, pero no podía, no la tenía.
—Me-Me estás asustando — murmuró el omega en un hilo de voz. Sus feromonas del miedo que estaba sintiendo se hicieron presentes.
Taehyung puso sus manos sobre el pecho del pelinegro para impulsarlo hacia atrás, pero Jungkook no se movió ni un solo centímetro, es más, lo tomó con brusquedad de los hombros para estamparlo con fuerza contra el sofá.
Su ira lo estaba cegando. Y su razón se había perdido desde hace varios minutos atrás.
—Dime quién fue — volvió a pedir entre dientes, con la mandíbula apretada. Sus ojos enrojecidos debido al enojo. Su instinto salvaje estaba activo, no era consciente del miedo que estaba infundiendo con su actitud en el omega.
Sin embargo, Taehyung ya había estado tantas veces en situaciones como esas que sabía como defenderse, pero al ser Jungkook quien estaba actuando de esa manera tan primitiva se sentía amedrentado. Tan sumiso...
Le preocupaba en demasía que YeonJun pudiera despertar y el pelinegro no recupere sus sentidos a tiempo.
—Jungkook... cálmate, por favor... — sus ojos empezaron a soltar lágrimas, y fue el momento en que el alfa, aturdido, se apartó de su cuerpo.
Jungkook se puso de pie, pasando sus manos por su rostro con brusquedad, buscando calmarse. No podía. Simplemente no podía asimilar lo que estaba ocurriendo. Si Taehyung ya estaba marcado significaba que ya tenía a alguien más, y no tendría posibilidades de estar con ellos. Lo perdería a él, y perdería a su cachorro. Su marca se veía tan reciente, como si hubiera sido hecha ese mismo día, eso lo hacía sentirse aún más traicionado.
No. No. No. No podía perderlos, no de nuevo.
—Dime Taehyung, por favor... — pidió con un tono de voz que se asemejaba mucho a una súplica — ¿Quién te marcó?
Taehyung lo observó abatido, el pelinegro parecía querer llorar. Se veía muy perturbado, y no lo entendía. No entendía por qué él sentía un intenso malestar, tanto dolor...
¿Qué le estaba ocurriendo?
—No lo sé... — susurró el omega, viéndolo directamente a los ojos, tratando de demostrarle que no estaba mintiendo.
El ceño de Jungkook se frunció, y una risa para nada divertida brotó de su garganta. ¿No lo sabía? ¿Taehyung no sabía quien lo había marcado?
Debía ser una broma. Debía ser una jodida broma. Su lobo gruñó con enojo, sintiéndose traicionado.
—No lo sabes — repitió en un hilo de voz, sus labios curvados sin dejar de sonreír, pero careciendo de cualquier rastro de felicidad — ¿Cuán fácil debes ser para ni siquiera saber quién diablos te marcó?
Esas fueron las últimas palabras que dijo Jungkook antes de que su rostro fuera volteado debido a la bofetada que le dio Taehyung.
Jungkook tenía los ojos muy abiertos, y su diestra fue directamente a su mejilla, la cual ardía. El omega tenía la mano pesada. Cuando trató de hablar de nuevo, Taehyung lo detuvo.
—Lárgate ahora.
—Ta-Tae... yo no quise decir eso e-es solo que-
—Quiero que te vayas.
—¡No! — negó, alzando la voz —. No me iré hasta que me digas quién te marcó, ¿por qué dejaste que lo hicieran?
Taehyung soltó un jadeo, negando levemente con la cabeza; sin entender el comportamiento o las preguntas del pelinegro.
ESTÁS LEYENDO
Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...