Cuando el adormecimiento empezó a mitigarse de su sistema, tuvo que parpadear en reiteradas ocasiones para lograr acostumbrarse a la luz en el interior de la habitación. El dolor punzante en su cabeza fue lo primero que recibió como recordatorio de la noche anterior.
Emitió un quejido, cerrando los orbes y frunciendo el ceño. Llevó sus manos hasta sus sienes, y con movimientos circulares empezó a masajear la zona. Siempre odiaba el día siguiente, y esta vez no fue la excepción.
Los recuerdos llegaron a su mente como si quisieran acribillarlo, aunque no recordaba muy bien lo que hizo luego de dejar que Bogum se llevara a Yugyeom.
En ese momento, un poco más lúcido, se recriminó por haber permitido que eso ocurriera, ya que el omega había ido con él y era su obligación cuidarlo, pero en ese momento estaba tan fuera de sí que no reparó en las posibles consecuencias, aunque tampoco es que pensara que Park Bogum fuera una mala persona que pudiera herir a Yugyeom, solo era un idiota.
Y un idiota con un comportamiento bastante confuso, ya que hasta donde él recordaba ese perro mañoso andaba detrás de Taehyung, pretendiéndolo a pesar de que el omega ya tenía a su pareja, y aún así se había comportado como un auténtico celoso con Yugyeom.
Trató de no darle muchas vueltas al asunto, de por sí el dolor en su cabeza era lo suficientemente fuerte como para torturarse aún más con sus pensamientos sobre otras personas. Llamaría luego a Yugyeom para constatar su estado.
Cuando se fue relajando gradualmente, fue cuando la realidad lo sacudió al ser consciente de su entorno.
Aún con los orbes cerrados, podía deducir con extrema facilidad donde se encontraba. Sus fosas nasales jamás podrían confundir aquel aroma tan delicioso que envolvía su cuerpo y lo adormecía, pero que en aquel instante realmente hubiese deseado no estar percibiendo con tanta espontaneidad. Teniendo en cuenta lo que eso significaba.
No. No. No. Él realmente no había podido hacer eso, ¿verdad? Él no pudo haber ido completamente borracho hasta el departamento de Taehyung casi en la madrugada. Definitivamente él no había podido hacer esa estupidez.
Dejándose de suposiciones, abrió con mucha lentitud los ojos, rogando en su mente no estar en el lugar en el que estaba, aunque pensar en esa posibilidad era totalmente absurdo. Demonios. Se insultó a sí mismo.
¿Cómo diablos se le ocurrió ir ebrio hasta el departamento de Taehyung?
Ni siquiera podía echarle la culpa a la ebriedad, porque incluso cuando está sobrio comete errores de los cuales luego se arrepiente.
Solo esperaba no haber hecho o dicho algo malo. Las cosas con el omega estaban demasiado bien como para cometer otra tontería que pusiera en riesgo su relación, o lo que sea que ellos tuvieran.
Tomando una profunda bocanada de aire y con mucho esfuerzo, se sentó sobre la cama, sintiéndose levemente desorientado. El dolor en su cabeza no cesó, y el movimiento hizo que se sintiera mareado de repente.
Sus orbes recorrieron la habitación buscando algo, cualquier cosa, pero no encontró nada, tampoco escuchó ruidos en el exterior, pero lo que sí percibía era la calidez a un costado de donde él se encontraba, y una fuerte presencia de feromonas. Eso le dejaba en claro dos cosas; Taehyung había dormido con él, y lo había envuelto con su aroma. No pudo evitar esbozar una sonrisita inconsciente.
Eso significaba que Taehyung no estaba enojado con él, ¿verdad?
Frotó su rostro con ambas manos y volvió a recostarse, esta vez del lado en el que durmió Taehyung, con un antebrazo extendido encima de su frente y con la mirada enfocada en el techo.

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Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...