—Ju-Jungkook... — gimió Taehyung en la boca del aludido, tratando de quitárselo de encima.
El alfa tuvo que dejar los dulces labios del castaño con demasiada renuencia, dejando salir una pesada exhalación y echándose contra el asiento de su auto. Pasó sus manos por su rostro antes de encarar a Taehyung, quien lo observaba con el ceño ligeramente arrugado, los labios hinchados y las mejillas sonrojadas. Era jodidamente precioso y peligroso para su cordura, la cual pendía de un hilo en los últimos días.
El calor se encontraba acentuado en la zona más baja, con la ropa interior presionando con mucha fuerza la evidencia de su excitación, resultando un poco doloroso porque su deseo por Taehyung era tan fuerte que incluso podía sentir la dureza de la cremallera de su pantalón apretarlo cruelmente. No obstante, se tomó su tiempo para conectar los cables que se habían enredado en su cabeza debido a la cercanía de Taehyung.
—Lo siento, bebé — se disculpó, sus fosas nasales se expandían con cada profunda respiración que tomaba —. Lo siento, no quise asustarte.
Taehyung negó lentamente con su cabeza, otorgándole una sonrisa afable. Estiró un brazo, y con sus falanges acarició la mandíbula definida de Jungkook con mucha parsimonia, sintiendo la cálida dermis a través de sus yemas.
—Tranquilo, no es eso. No me asustas con unos besos. De hecho, me gusta mucho que lo hagas, me gustan tus besos demasiado, Jungkook — el alfa expandió su sonrisa ante la declaración —. Es solo que hacerlo en este lugar no me hace sentir muy seguro. Siento que cualquiera puede vernos.
Taehyung realmente se sentía muy cohibido, después de todo, se estaba besando con Jungkook en el interior del auto de este de una manera un tanto fogosa, justo frente al lugar donde estudiaba YeonJun.
Habían ido a esperar a que el menor saliera del Kindergarten, y decidieron aprovechar el tiempo que faltaba para compartir algunos besos, aunque en algún instante, estos fueron subiendo de intensidad sin que pudieran llegar a notarlo o controlar el impulso que los dominaba por el ferviente anhelo que crecía en sus pechos de poder unir sus cuerpos. Ambos estaban haciendo un gran esfuerzo por no dejarse llevar y cometer algo de lo que pudieran arrepentirse después.
—Pero ya te dije que eso no es así — Jungkook estiró sus labios apenas un poquito, haciendo un tenue puchero —. Nadie puede ver lo que ocurre en el interior del auto desde afuera. El vidrio es polarizado.
—Lo sé... Pero aún así no me siento cómodo haciéndolo aquí. Mejor dejémoslo para cuando estemos los dos solos en un lugar más privado, ¿sí? — Taehyung ladeó el rostro, relamiéndose los belfos con mucha lentitud, sintiendo la calidez de los de Jungkook aún muy presente sobre los propios.
Jungkook definitivamente nunca le diría que no a Taehyung, y menos le insistiría con algo que lo ponía mal.
—Sí, está bien — resopló, pero sonrió a pesar de ello —. No me gusta que te sientas incómodo. Es solo que te voy a extrañar mucho en los días que no vas a estar aquí — Jungkook alzó su propio brazo y colocó su mano encima de la que Taehyung tenía sobre rostro, inclinándose un poco más para poder disfrutar de su tacto.
Le encantaba sentir su toque.
Un efímero roce era suficiente para avivar en él toda esa revolución de sentimientos y sensaciones que burbujeaban en su cuerpo. Aún le asombraba lo mucho que Taehyung podía provocar en él con tan poco.
—Yo también te voy a extrañar demasiado, voy a llamar todos los días. Pasarán rápido, ya verás. Trata de disfrutar todo este tiempo a solas con YeonJun, procura conocerlo y hacer que te conozca. Convive con él y no dejes que sienta solo.
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Mordida desconocida [KookTae]
RomanceLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...