Taehyung sonrió pese a la insistencia de YeonJun para que abriera la puerta de su departamento. Lo miró de lado, notando lo emocionado que estaba en los brazos de Jungkook.
Debido a que coincidieron en sus días libres, Jungkook le había propuesto ir con YeonJun al cine, y ya que el cachorro escuchó esto incluso antes de que él pudiera decir algo, no dejó de insistir hasta que accedió, de cualquier forma, incluso si el pequeño no hubiese insistido, Taehyung hubiera aceptado.
Pasar tiempo con su cachorro y su alfa era algo que disfrutaba en demasía. Y aunque él y Jungkook aún no hubieran hablado sobre ellos pese a lo que ocurrió hace varios días atrás en el auto, todo estaba siguiendo su curso natural.
Compartían besos cada tanto y ya no se mostraba renuente a las palabras de afecto que Jungkook le dirigía, ni a sus toques o abrazos. Se sentía cálido y reconfortante cada vez que estaba con él.
Solo Jungkook podía hacerlo sentir así. Eso era algo de lo que estaba completamente seguro. No tenía caso seguir negando lo evidente. Seguir diciendo que no había posibilidades para ellos se sentía erróneo, y aunque aún habían cosas complicadas que debían tratar, todo parecía mejorar con el pasar de los días.
—¡Papi, abre rápido! ¡Quiero jugar! — volvió a insistir el pequeño con mucha efusividad.
Taehyung rodó los ojos con diversión, y terminó por abrir finalmente la puerta, haciéndose a un lado para que ingresaran primero su hijo y su alfa. Cerró la puerta a sus espaldas cuando los tres estuvieron en el interior del amplio departamento. El silencio los golpeó, ya que aún no llegaba nadie más. Estarían los tres solos durante un tiempo hasta que llegue Jimin del trabajo.
Conforme avanzaban, la mirada de Taehyung se centró en la amplia espalda de Jungkook mientras lo veía caminar por el pasillo, sosteniendo con un brazo a YeonJun y con el otro cargando una enorme caja de cartón.
Como estuvieron en el centro comercial, Jungkook aprovechó para dar una vuelta por la sesión de juguetes con YeonJun, y luego de una larga revisión por todos los pasillos, terminó comprando una pista eléctrica de trenes que Taehyung estaba seguro tuvo un valor bastante elevado, pero aún así, Jungkook no podía contener la enorme sonrisa que se le formaba al estar con su familia.
Durante el camino, Taehyung asumió que aquel juguete debía pesar mucho, ya que la caja era enorme, además, debido a que el alfa llevaba las mangas de su camisa levantadas hasta casi la altura de los codos, podía ver el camino de venas brotadas en toda esa zona por la fuerza que estaba ejerciendo.
Taehyung le pidió que le dejara llevar la caja, ya que él estaba llevando al cachorro. Pero el alfa fue obstinado e insistió en que él sí podía y a Tae no le quedó otra opción más que desistir.
En algún punto, mientras los tres se dirigían a la sala, su vista recayó en el antebrazo de Jungkook mientras lo seguía muy de cerca, y sin siquiera notarlo, estaba relamiéndose los labios y mordisqueando el inferior con algo de insistencia.
—Papá, vamos a armar la pista hoy, ¿verdad? — la vocecita de YeonJun llegó a los oídos de sus padres.
Taehyung salió de su ensoñación y notó el brillo en los ojos de Jungkook al llegar a su lado. Ese brillo que volvía la mirada del alfa mucho más linda de lo que ya era, siempre salía a relucir cuando YeonJun lo llamaba "papá". Taehyung lo comprendía. Conocía la emoción lo embargaba cuando el infante lo llamaba a él también de esa manera.
Taehyung ni siquiera necesitaba más pruebas para saber que Jungkook realmente amaba a su pequeño hijo. Sus ojos nunca mentían cuando lo observaba o cuando le hablaba. La suavidad y calma en su voz eran también una prueba fehaciente de su genuino afecto por él.
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Mordida desconocida [KookTae]
RomansaLuego de una noche, donde el alcohol hace estragos en su cuerpo, Taehyung se despierta en una habitación de hotel, solo. No sabe cómo llegó ahí, pero lo que sí sabe, y siente, es el dolor en su cuello. Y semanas más tarde, le llega la noticia de que...