—¿Y se supone que esto es una fiesta?—inquirió Roy segundos después mirando hacia el interior del salón, donde la gente aún conversaba con copas en sus manos.
—¿No lo parece?—dijo Conan con sarcasmo, riéndose.
—¿Bromeas? No hay ni un alma bailando allí adentro, ni siquiera un fantasma se quedaría deambulando por aquí.
—¿Y qué sugieres?
Roy lo miró con un claro brillo malvado en su mirada, supo que no debía preguntar por ello.
—Ni siquiera voy a escuchar lo que tienes en mente, sé que no es nada bueno—se apresuró el contrario a aclarar y recibió como respuesta una risita de Roy.
—Solo iba a proponer que bailaramos—Conan lo miró descolocado.
—Es broma ¿verdad?
—¡Estoy hablando en serio!—exclamó con obviedad y se irguió de un salto, extendiendo la mano hacia el rubio de repente nervioso—vamos, solo un momento, será divertido.
—¿Qué? ¡No! ¡Estás loco!
Roy se rió, sin embargo no se rindió y continuó con su mano extendida.
—Vamos, ¿Conan Freeman tiene miedo?
—E-Es que...—viró sobre su hombro, cuidando que sus padres no estuvieran a la vista y luego se volvió hacia Roy, aún sin saber qué decir—somos... Dos chicos, Roy.
—¿Y?
Conan frunció el ceño, mirándolo extrañado.
—¿No es raro?
Roy rodó los ojos.
—Raro es quien piense que dos chicos no pueden bailar juntos, es normal, casi como si una chica bailara con otra. Solo es diversión, no lo pienses demasiado—propuso sonriendo.
Conan frunció los labios contemplándolo como si fuera una pequeña luz a su vista, antes de solo respirar y tomar la mano del castaño.
Se iba a erguir cuando de golpe, Roy lo jaló hacia él acelerando la acción y por ende, pegándolo a su cuerpo, ambos quedaron tan cerca el uno del otro que fue imposible que Conan se quedara sin aire.
—Idiota, m-me asustaste...
—¿Eso fue un tartamudeo? No lo puedo creer—se burló Roy, poniéndose en posición para empezar a bailar.
—¿En serio vamos a hacer esto?—inquirió Conan, arrepintiéndose al ver que el castaño iba en serio con aquello.
—¿Qué? ¿Estás avergonzado o intimidado?—le preguntó con una sonrisa juguetona, al tiempo que posaba una de sus manos en la cintura del chico, notando como luego de eso, las mejillas del rubio se colorearon de carmesí y sus ojos brillaban.
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Mi Chico Revoltoso
RomanceConan Freeman vive bajo las reglas de unos padres egoístas que solo quieren aceptación social y mantener su estatus de familia honorable a costa de la pulcritud con la que han criado a su hijo; Roy Beckman le importa poco lo que piensen de él y solo...