Capítulo 71: "Pegado como una rana"

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Con hastío, el joven intentó distraer su mente de los pensamientos intrusos que llegaban a su cabeza

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Con hastío, el joven intentó distraer su mente de los pensamientos intrusos que llegaban a su cabeza. Esos que le mostraban escenarios nada agradables que involucraban a Roy Beckman y aquella chica. No quería ser paranoico, pero joder, se veían muy cercanos y ella era tan bonita que ni en mil reencarnaciones más podría superarla, estaba seguro de que por eso Roy caería por ella.

—¿Y por qué me importa tanto?—se preguntó a sí mismo con incredulidad, desordenando la cama a propósito para volver a arreglarla en la búsqueda de distraerse un poco mientras esperaba alguna señal del castaño que hace una hora le había dicho que lo esperara. ¿Y si nunca lo llamaba y quedaba como un tonto vestido para la supuesta salida?

—A ver, imbécil—se dijo a si mismo mirándose al espejo, molesto—no tienes por qué atormentarte, Roy solo es tu estúpido amigo, que este con una chica no supone ningún problema. Aquel imbécil dijo que no tardaría tanto ¡además no tiene por qué frustrarte el hecho de que prefirió comer con ella en vez de llevarte a ti por ese helado que prometió! ¡Idiota Roy!—gruñó saliéndose de sus cabales por completo, presionó su cabeza y dio vueltas en la habitación sintiéndose enojado, con ganas de arrancarle los cabellos a la niña entrometida.

—¡¿Qué estoy pensando?!—exclamó incrédulo y señaló su reflejo en el espejo con firmeza—ya basta ¡cállate de una vez, Roy no te importa, solo es tu amigo!

Al instante el sonido de una notificación lo hizo saltar sobre la cama para agarrar el celular con ansias olvidando su monólogo de hace unos segundos, esperaba un mensaje de Roy, pero se decepcionó al ver que solo se trataba de una notificación de instagram. Resopló fastidiado, sin embargo, al darse cuenta de quién era la nueva publicación dio clic en la misma sin pensarlo dos veces.

@Roy_spiderman había posteado una nueva foto, y su humor que ya estaba de los mil demonios, empeoró.

—Hijo de...—farfulló entre dientes viendo la foto que había en el feed, una donde aparecía aquella tal Amelia sonriente con un Roy mirando algo distraído hacia la cámara mientras sostenía un helado, ella también tenía uno y maldita sea, eso fue suficiente para que el rubio apretara el celular entre su mano, viéndose tentado a lanzar el aparato contra la pared. En vez de eso, solo cerró la app y dejó a un lado su móvil al tiempo que miraba un punto fijo de su habitación.

No quería pensar en eso, en que ellos estaban haciendo lo mismo que él le había prometido hacer juntos ese día y se refugiaba en el simple, pero doloroso, pensamiento de que no tenía que haber exclusividad entre ambos, porque solo eran amigos.

Sin embargo, Conan admitía que no quería ser solo su amigo y solo se estaba esforzando en ocultarlo. Maldita sea, se habían besado y no había sido un jodido accidente, era obvio que Roy le gustaba.

—Maldito idiota—masculló entre dientes, sin saber si era a Roy o a si mismo a quien se decía eso.

Con un poco de suerte, logró salir de casa aprovechando que Amelia se había distraído con su madre en la cocina  y corrió hacia la casa del frente, la cual permanecía con todas las luces apagadas

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Con un poco de suerte, logró salir de casa aprovechando que Amelia se había distraído con su madre en la cocina  y corrió hacia la casa del frente, la cual permanecía con todas las luces apagadas. Roy sabía que era porque los padres de Conan no estaban, pero ¿estaría él durmiendo ya? Eran apenas las ocho y media.

Se metió al patio y tomó piedras pequeñas para empezar a lanzarlas a la ventana del rubio, no había parado de pensar en él. Sabía cómo era el chico, seguro estaba de mal humor por su culpa, ya era de noche después de todo y le había dicho que lo iría a buscar una vez se desocupara. Pero no contaba con que Amelia y su madre unidas, significaba inversión involuntaria de tiempo completo.

Lanzó piedrecitas por un rato, el suficiente para ya haber llamado su atención, sin embargo, él no atendía a su llamado y eso lo estaba poniendo ansioso así que tomó su celular y le marcó, el sonido de la llamada del celular contrario se escuchó hasta allí abajo pero no respondió. Gruñó frustrado, sabiendo sin duda alguna que Conan estaba enojado.

«Hey, estoy afuera, respóndeme» le escribió, rogando para que el chico viera el mensaje, a los segundos así fue.

«Vuelve a tu mierda y déjame en paz»

El castaño bufó revolcándose los cabellos, frustrado. Rayos, él estaba muy enojado.

«Por favor, ábreme, te compraré miles de helados para compensarte»

El rubio miró el mensaje, pero no respondió.

«Vamos, solo quiero hablar contigo»

De nuevo, no hubo respuesta.

«Subiré y me aferraré a la ventana hasta que me abras»

Sin respuesta otra vez.

«No querrás que me caiga ¿verdad?»

Unos segundos después, la esperada respuesta llegó y Roy suspiró aliviado al no sentirse ignorado esa vez.

«Créeme, ahora mismo quiero que te pasen muchas cosas»

El castaño quiso reír pero se contuvo y en su lugar, decidió arriesgarse. Escaló por la madera hasta llegar a la ventana del rubio, de la que se sostuvo mirando hacia el interior de la habitación, dentro de la misma pudo ver el bulto sobre la cama.

Así que con seguridad, tocó el vidrio de la ventana viendo entre la penumbra como el bulto se removía y aquel rostro lindo y fruncido se asomaba por encima de su hombro, como si quisiera matarlo con sus ojos asesinos.

Este se levantó rápidamente de la cama y tomó un cuaderno de su escritorio, sobre el que empezó a escribir frenéticamente una vez se posicionó frente a la ventana, enojado. Su gesto en vez de preocupar al castaño, lo divertía ¿cómo podía verse tan hermoso así de enojado?

Sorpresivamente, pegó el cuaderno contra el vidrio de la ventana y Roy respingó por el repentino movimiento, viendo lo que había escrito en grande.

«¡Vete!»

Roy suspiró y lo miró divertido al tiempo que él le hacía ademanes, echándolo. A lo que Roy respondió con un mudo y bien modulado «No» para proseguir a señalar la ventana, pidiéndole indirectamente que le abriera.

El joven le sacó el dedo medio y cerró la cortina con molestia, Roy pegado a la ventana como una rana tocó con sus nudillos insistentemente el vidrio buscando arrancarle la poca paciencia que le quedaba al rubio.

Estuvo así más de un minuto hasta que la cortina se abrió de golpe junto con la ventana, haciéndolo soltar de donde se sostenía por la sorpresa.

Por ello perdió el equilibrio y se resbaló.

Holi, por no haber publicado ayer decidí que publicaré el siguiente

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Holi, por no haber publicado ayer decidí que publicaré el siguiente. Así que no cunda el pánico 🕴️

Mi Chico RevoltosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora