Capítulo 54: "Caer profundamente"

1.4K 168 73
                                    

Una vez salieron del lugar apestoso a sudor y cerveza, el rubio se zafó de su agarre y siguió su camino hacia la acera con ira, extrañando aún más al castaño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una vez salieron del lugar apestoso a sudor y cerveza, el rubio se zafó de su agarre y siguió su camino hacia la acera con ira, extrañando aún más al castaño.

—¿A dónde vas con tanta prisa? ¿Se te olvida que vienes conmigo?—inquirió caminando tras el rubio que se tambaleaba con cada paso.

—Oh pues no debiste molestarte, pudiste haberte quedado con tu novia—escupió con evidente molestia. El castaño rodó los ojos.

—¿De qué estás hablando? Samantha y yo no…

—¡Tampoco me interesa!—exclamó acelerando el paso con dificultad—por mi puedes tener tantas novias como quieras, no es como si de verdad me importara lo suficiente como para opinar al respecto ¡pero que sepas que hacen una horrible pareja!

Roy no pudo evitar carcajearse al tiempo que trotaba para alcanzarlo.

—¡Esperame, tonto borracho!—le dijo deteniéndolo del codo, de inmediato Conan se zafó con rabia.

—¡¿Sabes qué?! Creo que sí me importa ¡y mucho!—afirmó con ahínco, su ceño se frunció fuertemente haciéndole saber al castaño que sus palabras iban en serio.

—¿Ahora de qué estás hablando?—inquirió cruzándose de brazos a la espera de alguna tontería por parte del ebrio muchacho.

—Me mentiste—Roy frunció las cejas ante la seriedad en sus ojos, podría decirse que se veía... Herido—dijiste que no te gustaba, que te quedarías conmigo mostrándome lo divertida que podría ser la vida y sin embargo te besuqueaste con ella en ese maldito clóset.

Roy parpadeó incrédulo.

—¿Q-Qué...?

—¡Sí, estoy enojado, lo admito y no debería, pero detesto que no seas sincero! Y tal vez ni siquiera debería importarme que no lo hayas dicho en serio esa vez pero aun así aquí estoy, sintiéndome una piedra en tu zapato porque quizá querías seguir allá con ella y yo por mis estupideces te hice salir de la fiesta para que me cuides ¡Pero lo malo de la situación es que ni siquiera me arrepiento de eso porque no quiero que estés cerca de ella!—el castaño boqueó sin saber qué decir al respecto, su corazón latía frenético ante la posible interpretación en sus palabras, no quería sacar conclusiones apresuradas sin embargo, su mente iba demasiado rápido para retroceder.

—Conan, yo no la besé—atinó a decir, como si necesitara explicárselo al rubio de ojos frustrados frente a él quien bufó haciendo un puchero para seguir caminando. Y como si de un acto de reflejo se tratara Roy lo agarró del brazo para detenerlo, apresándolo entre los suyos.

—¡Eres un mentiroso, suéltame!—exclamó el rubio removiéndose entre los brazos de Roy, quien fruncía las cejas aún aturdido.

—Conan, por favor, no seas terco. Necesito llevarte a casa, estas…

—¡No quiero!—se quejó soltándose tan solo un poco para encarar al castaño que lo apegó a él en un intento de aprisionarlo, ignorando que su corazón latía desbocado. Notaba cada detalle de su rostro sonrojado por el licor y sus ojos brillantes bajo la luz de la noche, sus cabellos se hallaban revueltos, dándole un aspecto tan sublime y hermoso que Roy quiso golpearse por pensar así de él—deberías volver a esa fiesta con ella, después de todo es lo que prefieres ¿no? ¡Samantha, Samantha y Samantha!

Mi Chico RevoltosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora