Capítulo 32: "¿Me estás regañando?"

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Cuando entraron a la habitación, Roy cerró tras sus espaldas y soltó un suspiro pesado, tirando su mochila en cualquier lugar con agotamiento antes de tirarse en su puff a un lado de la ventana de su cuarto

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Cuando entraron a la habitación, Roy cerró tras sus espaldas y soltó un suspiro pesado, tirando su mochila en cualquier lugar con agotamiento antes de tirarse en su puff a un lado de la ventana de su cuarto.

Conan dejó su mochila tímidamente en el suelo acercándose a él, que se veía cansado y pensativo a pesar de haber pasado un rato agradable juntos, en silencio se sentó al lado del castaño y este como si lo estuviera esperando recostó su cabeza en su hombro.

—¿Qué te ocurre? ¿el batido no hizo el efecto deseado?—inquirió jugando con un mechón de su cabello castaño.

—Solo… Algo sigue dando vueltas en mi cabeza—preguntó sintiendo los dedos de Roy jalar los hilos sueltos de su pantalón.

—¿Es sobre… ese hombre de la mañana?

Roy alzó la vista mirándolo con diversión.

—No estás dispuesto a olvidarlo ¿verdad?—inquirió riéndose.

—Bueno, ¿qué más podría ser?

El castaño suspiró con desaliento volviendo a su lugar en el hombro de Conan, este se encogió un poco ante la cercanía que de nuevo, le revolucionaba algo en su interior.

—Hace muchos años… Mi madre se embarazó cuando tenía un romance clandestino con un hombre casado—Conan abrió los ojos consternado con la confesión tan repentina.

—¿Me estás diciendo que tu padre es…?

—El hombre que vimos esta mañana—añadió con simpleza, Conan parpadeó procesando lo que escuchaba.

—Pero…pensé que él solo había desaparecido de tu vida. ¿vive aquí? ¿en esta ciudad?—cuestionó, incrédulo.

—Por supuesto, ni siquiera es difícil encontrar su dirección, vive en uno de los barrios más privilegiados y privados—dijo con ironía.

—Entonces debo imaginar que ambos…¿Están en contacto?

Roy resopló divertido.

—Claro que no, ni siquiera tenemos una relación desde hace mucho tiempo. De hecho, nunca he sentido que la tuviéramos antes cuando nos veíamos una vez al mes para engañar su pobre conciencia.

Conan frunció los labios, pesaroso.

—Eso es un poco desalentador.

El contrario soltó una risita.

—Ya estoy acostumbrado. De todos modos, es increíble no tener papá ¿sabes? solo das explicaciones a tu madre, menos problemas…

—Roy—lo cortó moviéndose para que este alzará su cabeza y lo mirara algo consternado por la seriedad en las facciones del rubio—no tienes que fingir que no te afecta, conmigo no.

El castaño lo miró concienzudo, manteniendo una sonrisa en su rostro, una muy pequeña que demostraba la curiosidad que estaba sintiendo por la actitud del menor.

Mi Chico RevoltosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora