Al entrar a la habitación, Conan cerró detrás de él, viendo al castaño tirarse a la cama de espalda y cubrirse la cara con el antebrazo.
El rubio suspiró yendo a sentarse a su lado, Roy al sentir el peso de Conan hundirse a su lado apretó los labios sin destaparse los ojos.
—¿Estás bien?—cuestionó en voz baja, mirándolo.
—Odio cuando hace eso—musitó con rabia—siempre se hace la víctima al final y me hace ver como un mentiroso, como si no me diera cuenta de lo que trata de hacer.
Conan suspiró y se tiró a su lado, sus cabellos se esparcieron sobre el cobertor de Spiderman.
—Supongo que solo quiere lo mejor para ti…
La risa sin gracia de Roy lo atajó al tiempo que este se destapaba la cara para mirarlo incrédulo.
—Lo mejor para mi es que me escuche, que valide mis emociones y mis opiniones—afirmó frustrado, Conan frunció los labios avergonzado. Era cierto, pero él no sabía ni qué decir para consolarlo—tú crees que es lo contrario o dices eso en automático porque tus padres te insertaron un chip en esa cabecita—se mofó sin ganas dándole un empujoncito leve en la sien, Conan apartó la mano y bufando se volteó sobre la cama para mirarlo bien.
—Eso me ofende, idiota.
—Es la verdad, imagino a tu madre poniéndote en el centro de un círculo satánico y repitiendo las palabras “es por tu bien, todo es por tu bien” para que te convenzas mágicamente de eso.
Conan lo miró mal resoplando y Roy se rió observando con fijeza esa bonita cara que el rubio tenía.
—Yo solo lo decía porque simplemente cualquier padre prefiere que su hijo esté en una relación estable con una chica bonita con la que más tarde pueda formar una familia—musitó torciendo los labios y desviando la mirada, Roy lo miró con curiosidad—eso es lo que muchos llaman “la vida como Dios manda”
—¿Y?—cuestionó Roy en un bajo susurro llevando su mano a los cabellos rubios del chico que de pronto lucía desanimado, aunque intentara disfrazar ello con un gesto de molestia—yo no nací para seguir las reglas, Conan Freeman.
—Sé un poco realista, Roy—contestó frustrado—tu mamá obviamente jamás estará feliz al saber que su único hijo le gusta otro chico, maldición. A nadie le gustaría.
—¿En serio quieres que acepte salir con alguna chica y te haga a un lado? ¿Que me olvide de mi mismo, Conan?—cuestionó con ojos filosos, demostrando una ligera molestia.
—A fin de cuentas sería lo mejor ¿no?—respondió volteando hacia el castaño, quien rió amargamente y la mano que aún se hallaba sobre los cabellos del rubio, se apretó contra estos y atrajo de golpe el rostro de Conan hacia el suyo, para estampar la boca del susodicho contra la de él.
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Mi Chico Revoltoso
RomanceConan Freeman vive bajo las reglas de unos padres egoístas que solo quieren aceptación social y mantener su estatus de familia honorable a costa de la pulcritud con la que han criado a su hijo; Roy Beckman le importa poco lo que piensen de él y solo...