Entre risas burlonas por parte de Roy, subió las escaleras con Conan quien resoplaba y se quejaba mientras corría hasta el baño con asco, tratando de que la camisa empapada de vómito no se pegara a su abdomen.
Hace unos segundos una de las hijas menores de los tíos de Roy se le había acercado a Conan mientras él se hallaba sentado en el césped con el castaño, sus amigos y claro las primas coquetas que no le quitaban la mirada de encima al rubio.
Y hasta ahí todo estaba bien, la pequeña de cinco años se sentó junto a Conan escuchando la conversación, pero de un momento a otro se empezó a quejar y cuando Conan quiso ayudarla a levantarse para llevarla con sus padres, esta terminó vomitando encima de su camisa.
—Te dije que te mantuvieras alejado de mis primas más pequeñas, son un desastre luego de comer tantas golosinas—comentó Roy entrando al baño tras él, riéndose.
—No pensé que iba a tener que vivirlo para creerlo—masculló asqueado—¿debería quitarmela?... ¡Ya deja de reír!
El susodicho dejó de hacerlo al instante y se agachó para sacar de los cajones algunas toallas pequeñas para ayudarlo.
—Quizá debamos limpiarla un poco antes de que te la cambies—comentó con una sonrisa aún burlona—¿o prefieres quitartela delante de mí? Yo no tengo problema.
—¡Eres un sucio!—exclamó el rubio, reprimiendo una risa al tiempo que cogía una de las toallas y la mojaba para empezar a retirar los grumos malolientes de su camisa—mierda, que asco.
—¿Quieres que te ayude?—inquirió Roy acercándose a él por detrás. Conan se encogió ante su cercanía pero el contrario no fue consciente de eso mientras agarraba la toalla y la mojaba. Luego hizo que el chico se volteara apoyándose en el lavabo al tiempo que agarraba la camisa de una esquina y la estiraba para que no se pegara al torso del más bajo.
Conan lo miró por unos segundos, contemplándolo concentrado en lo que hacía, inclinándose hacía el rubio para limpiar la toalla en el chorro del lavabo tras él.
El rubio suspiró cansado y arqueó el cuello hacia atrás, cerrando los ojos por un momento mientras apoyaba sus manos en el lavabo y sentía a Roy hacer su trabajo, limpiando entre risitas el desastre en su camiseta. Este se entretuvo sacando un poco la mancha con una sonrisa burlona antes de que se fijara en la posición del joven frente a él.
Su cuello blanco, de piel tersa y lechosa se hallaba expuesto y algunos botones delanteros de su camisa estaban desabrochados, dejando a la vista un poco de la piel de su clavícula marcada. Roy continuó con su trabajo, sacando casi todo el vómito y dejando solo una mancha mojada, pero sus ojos embelesados no se movían de la imagen tan hermosa frente a él, tentándolo.
Durante toda la mañana se había abstenido de abrazar o tocar a Conan para evitar que los descubran, no se atrevía a arriesgarse frente a tantas personas que hacían parte de su familia y que seguramente lo juzgarían, pero mierda, que lo arrollara un auto si no quería aprovecharse de él en ese momento, mientras estaban solos en ese pequeño espacio, con el cuello expuesto de aquel rubio hermoso, llamándolo a enterrar sus dientes y arrastrar sus labios sobre este. ¿Sería demasiado atrevido de su parte?
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Mi Chico Revoltoso
RomanceConan Freeman vive bajo las reglas de unos padres egoístas que solo quieren aceptación social y mantener su estatus de familia honorable a costa de la pulcritud con la que han criado a su hijo; Roy Beckman le importa poco lo que piensen de él y solo...