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Miré a Sunghoon quién apoyaba su cuerpo en el lavamanos del pequeño baño.

— Hay un mercenario.

— ¿Qué? — pregunté sorprendida.

— En el avión hay un mercenario, un asesino a sueldo.., su nombre es Soman Li. — comentó Sunghoon mientras rascaba su nuca estresado.

— ¿Nos matará? — pregunté.

Sunghoon parece conocerlo ya que apenas dijo su nombre, logré notar su estrés acumularse.

— Te matará. — corrigió. — Tú eres la única que ha mostrado su rostro ante estás personas. Ese mercenario está buscándote a ti. Pude lograr entender para quien trabaja.

— Trabaja para Harry Loko. — contestó

— ¿Harry Loko? — pregunté.

— Luego te explicaré de el, lo que importa aquí es que tenemos 8 horas hasta aterrizar en Italia. Durante esas 8 horas, aquél hombre te intentará matar, probablemente cuando todos duerman.

Miré a Sunghoon y solté un suspiro.

— ¿Que debo hacer? ¿Debo esconderme? — pregunté.

— Fingiremos que nada pasó aho-

La puerta comenzó a ser tocada por un hombre por lo que extendí mi mano queriendo abrir pero Sunghoon la tomó y negó con la cabeza de inmediato.

— Necesito entrar al baño. — contestó un hombre.

Estaba a punto de hablar pero Sunghoon tapó mi boca empujándome contra la pared por lo que solté un gemido de dolor.

— Sígueme la corriente. — Susurró Sunghoon.

Sunghoon dejó de tapar mi boca y comenzó a arrugar su camisa, doblar sus mangas y desabrochar los primeros botones.

Mientras tanto, yo inconscientemente intentaba estar desarreglada pero mis ojos estaban fijados en cómo Sunghoon se miraba al espejo mientras desacomodaba su cabello.

— Bien... — Susurró.

— ¿Hola? — preguntó el hombre detrás del baño.

La mirada de Sunghoon recorrió mi cuerpo por cortos segundos verificando si estaba bien como el quería que estuviera.

— e...espera... — Susurré.

Tomé sus hombros con nerviosismo y me acerqué a su cuello para depositar un corto y fuerte beso dejando una marca del labial.

— listo...

Sunghoon tomó mi mano y salió del baño topandose con aquel hombre...

Dios... El rostro de ese hombre parece de un psicópata.

— perdona. — contesté con una fingida sonrisa mientras reía.

Procedí a caminar aún con Sunghoon sintiendo la vista de aquel Hombre (cuyo nombre era Soman), pegado en mi.

Me senté en el asiento y comencé a bajar mi vestido y arreglarme.

— Mientras esté aquí, Salom no te matará. — contestó Sunghoon en un susurro mientras abrochaba su camisa lentamente.

Sunghoon es demasiado atractivo...

— Será mejor que duermas. — contestó Sunghoon.

No respondí y cerré mis ojos haciendo el intento.

No me dormiría rápido, menos con el sentimiento de saber que alguien podría matarme en cualquier momento...

Pero al fin y al cabo, terminé rendida y caí en un profundo sueño.

.                .              .

Desperté a causa de algunas turbulencias pero justo cuando todos deben estar sentados y con cinturones, Sunghoon no lo estaba.

De hecho, su asiento estaba completamente vacío.

Me saqué el cinturón con cierto pánico ante las turbulencias y miré a mi alrededor observando la mayoría dormír.

¿Donde estaba?

Noté como la puerta del baño se cerraba por lo que caminé y toqué.

— ¿Sun...

La puerta no estaba con seguro.

Escuché pequeños quejidos alarmantes pero cuando me asomé a ver a la persona ya era tarde.

Salom me había empujado contra el espejo del baño.

ᴀɢᴇɴᴛᴇ ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ x ᴛɴ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora