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No sabía cuál de los dos bandos era el más turbio pero tampoco quería irme.

Salí de ese pequeño cuarto y me senté en el sofá de la sala pensando seriamente en si debía llamar a Heeseung.

¿Con quién me sentía más segura?
¿Protegida y tranquila?

— no pienses, basta. — me contesté a mi misma.

— ¿Pensar en que? — preguntó Sunghoon sentandose al lado de Tn.

— Nada importante.

— ¿Segura?

— Segura.

Sunghoon tomó un bolígrafo y un anotador para empezar a escribir y dejar de hacerlo al darse cuenta que ambos habíamos notado el temblor de su mano ante su cansancio.

¿Cuánto ha pasado desde que no duerme?

— Lamento haber mostrado algo que no quería. — respondió Sunghoon — No..., Disculpa, cause una mala impresión y era lo que menos quería hacer.

— Oh... Ya veo.

— No solemos hacer eso. — respondió. — pero supongo que has presenciado cuando en una situación no hay otro recurso que recurrir a la violencia.

Claro que lo he hecho.
Lo vivía constantemente con las cosas que cometia Heeseung.

— Deberías dormir. — aconsejé.

— No tengo sueño pero creo que me daré una ducha para sacar la pesadez de mi cuerpo.

— Sé hacer masajes. — respondí con la intención de ayudarlo.

Sunghoon me miró y dudó en si debía dejarme ayudarlo.

Era solo masajes pero cada quien podía pensar lo que sea.

.                .             .

— Cuando encuentres a Heeseung, ¿Lo matarás? — pregunté mientras masajeaba sus hombros.

— ¿Tengo opción? — preguntó.

— Pero... Bueno, es mi opinión o lo que yo creo que está bien pero el deb-

— No se merece estar en la cárcel. — contestó Sunghoon. — La policía quiere meterlo en una cárcel, la Organización pide su captura pero si fuera por mi, lo mataría apenas tuviera la ventaja.

— ¿No sientes cariño? ¿Afecto o algo? Después de todo... Estuvieron hasta los 18 juntos.

— Pura mierda. — contestó Sunghoon.

— Si te pones a p-

— Tn, no te lo tomes a mal pero realmente me gustaría evitar el tema. — Contestó Sunghoon.

Me quedé en silencio y seguí haciendo masajes en sus hombros hasta tomar distancia.

— Buscaré agua, ¿Quieres? — pregunte.

— No gracias.

Sali de la habitación para buscar agua y tomar largos tragos pensando en varias cosas a la vez.

No quiero estar aquí, solo quiero seguir mi vida con tranquilidad...

Pero es como pedir que el mundo dejara de existir.

Una vez que volví a entrar en la habitación, miré el suelo hasta toparme a una distancia cerca a Sunghoon quién había empezado a sacarse la remera dejando a la vista su cuerpo marcado.

— ¿Te molestaría hacerme masajes en la espalda? — preguntó. — nunca me hicieron y debo admitir que es demasiado relajante.. — contestó Sonriendo apenado.

Es que su sonrisa...

— Si es que quieres, claro...

— No me molestaría. — contesté sonriendo con ternura ante su vergüenza.

Miré a Sunghoon y dejé que se sentara en la cama para oír su comentario.

— Estaba pensando... Tenemos unos días libres hasta que nuestro jefe nos traiga información y recursos para seguir con esto. — Murmuró Sunghoon.

— Ajá

— y como tengo días libres estaba pensando en tomar aire.

— No estaría mal...

— ¿Te gustaría ir a un parque? — preguntó Sunghoon.

— ¿Un parque?

— Claro, un parque de diversiones, pagaré todo yo, no te preocupes por eso. — contestó Sunghoon sonriendo.

— ¿Eso no nos pone en peligro? — pregunte.

— No porque si se da el caso, estaré yo ahí para cuidarte.

Que considerado... Que... Que hombre tan...

— Sé cuidarme. — respondí con gracia.

— Lo sé, pero quiero asegurarme de que llegarás aquí sana y salva. — contestó Sunghoon. — no suelo preocuparme en que las personas me importen... De hecho, muy pocas personas me importan...

— Pero tú, considerablemente me gustas. — contestó.

Q-

— Tómalo como una cita. — respondió Sunghoon yéndose de la habitación.

ᴀɢᴇɴᴛᴇ ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ x ᴛɴ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora