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Miré la daga con atención pero solo me acosté y cerré mis ojos.

Necesitaba descansar y aquí tenía la oportunidad de por primera vez hacerlo después de mucho tiempo.

.                     .                    .

Luego de haber dormido más de 10 horas, Sunghoon me levantó y me llevó fuera de la habitación hacia una sala grande donde habían varias computadoras y trabajadores.

— ¿Ves está mesa? — preguntó Sunghoon caminando hacia Kiminari.

— Si... — Murmuré.

— Lee todo esto por tu cuenta, ¿Quieres videos? Te mostraremos videos, ¿Huellas? ¿Testigos? Puedo mostrarte todo eso. — contestó Sunghoon.

Miré a Kiminari por cortos segundos para tragar forzadamente y acercarme a agarrar los documentos.

— La OPSM no es una farsa... Deja de ser influenciada por Heeseung, solo abre tus ojos.

En aquel documento se mostraba varias notas de testigos y víctimas de abuso por parte de algunos fundadores de la OMS.
Habían papeles de juzgados corruptos sobre el movimiento de prostitución no consentido, las denuncias de acoso y abuso por partes de mujeres y hasta niños, fotografías de asesinatos en dónde todos tenían las mismas huellas que se esforzaban en borrarlas gracias a más empleadores corruptos.

Con dinero... Todos pueden hacer lo que sea...

También se mostraba un expediente sobre la vida de Heeseung.

Quien fue y como llegó hasta donde está.

Kenny jamás asesinó a su familia, Heeseung jamás tuvo hermanos propios y su madre lo abandonó apenas dió luz sin tener otra opción que quedarse con Kenny y relacionarse con la familia Park quien solo se había encargado de abrir sus brazos para hacerlo sentir seguro después del abandono de su madre.

Heeseung durante su etapa de jardín de infantes, había Sido tachado varias veces como un niño inteligente pero agresivo hasta el punto de que sus compañeros temieran y sufrieran psicológicamente.

Sin embargo, para Kenny, solo se trataba de un orgullo que su hijo había logrado para su padre.

Pero... ¿Que puedo hacer ante esto?
No puedo sentirme más inútil, más estúpida, más... Hueca.

— ahora... ¿Ahora lo entiendes, Tn? — preguntó Sunghoon.

Permanecí callada y mordí mi labio con arrepentimiento y vergüenza.

Quiero matarme. Quiero enterrarme y no mostrarme nunca más...

Nuevamente me habían manipulado y de la peor forma...

Agaché la cabeza mientras dejaba el documento en la mesa con lentitud para empezar a llorar en silencio.

— y-yo... Lo lamento...

Sunghoon y Kiminari desviaron la mirada y no respondieron a mi disculpa.
Tal vez porque fue un momento incómodo o al menos ellos se sentían así, incómodos.

— Déjanos ayudarte. — contestó Sunghoon acercándose a Tn. — Si nos ayudas, te sacaremos de la OMS y lograremos meter a Heeseung a una cárcel. Porque ese es nuestro trabajo y no podremos hacerlos solos.

Miré a Kiminari que aún seguía teniendo un rechazo como el primer día y a Austin quien solo se precipitaba a observar la situación.

— pero Heeseung...

— Olvida a Heeseung, el ya no existe. — contestó Kiminari con molestia. — ¡Es un asesino! ¡Debería morir en estos instantes!

Sunghoon miró a Kiminari solo un segundo logrando que ella dejara de gritar...

— ¿Que dices? — preguntó Sunghoon mirando a Tn.

— yo... — apreté mis puños con fuerza — ¿En qué les puedo ayudar?...

Ayudar era mi único deber hasta ahora...
Mi odio por Sunghoon había desaparecido como si se tratase de un sueño... Así de fácil desapareció pero...

La vida de mamá estaba en juego y eso me inundaba en pensamientos que no quería enfrentar.

No quería pensar en mi siguiente error.

ᴀɢᴇɴᴛᴇ ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ x ᴛɴ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora