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— Despierta.

Me arrojaron agua por lo que levanté mi cabeza con fuerza y miré a mi alrededor asustada.

Todo está negro.

Mis manos estaban atadas a un tubo en el techo, solo mis pies estaban al aire libre...

¿Estoy boca abajo? ¿Lo estoy?

— ¿Me escuchas?

Es la voz, su voz.

Moví mi cuerpo con brusquedad ante la molestia de haber Sido atrapada e intenté gritar pero tampoco lograba permitirlo.

Tenía una mordaza en mi boca.

— Los hombres de Heeseung están buscándote. — contestó Sunghoon.

¿Heeseung? ¿El está buscándome?

Sus hombres están buscándote, ¿Entiendes eso? No le importas, no es capaz de buscarte por su propia cuenta.

— Mataron a tu padre solo porque cometiste un error. ¿Crees que son personas buenas? — preguntó Sunghoon sacando la mordaza.

— ¡Te mataré! ¡Cierra la boca si no sabes! — grité.

— Defiendes a Juss que es dueña de varios grupos de venta de mujeres secuestradas con la intención de que abusen de ellas, estás defendiendo a Rudolph que no es más que un pedófilo que promueve la pornografía con menores, a Kenny que solo se preocupa en asesinar a cualquiera que golpee su hombro y a un transtornado que tiene fascinación por la sangre y la muerte. ¿Eso es lo que defiendes?

Volví a mover mi cuerpo con brusquedad hasta cansarme y dejar caer el peso de mi cabeza.

— ¿Crees que tuve otra opción? — Susurré. — realmente te esperé pero tardaste más de lo debido.

Sunghoon desató la venda de mis ojos y próximamente abrió las esposas de mis manos para caer al suelo he intentar golpearlo.

Sunghoon agarró mis manos con fuerza y giró mi cuerpo dejando mi espalda apoyada en su pecho y sus manos tomando las mías...

Era como un abrazo.

— Su-sueltame... — murmure llorando.

— Estás cansada. — contestó Sunghoon aún manteniendo la fuerza.

— todo es tu culpa... — Susurré mordiendo mi labio con fuerza.

Retrocedí para poder alejarme de Sunghoon pero era imposible escapar de sus brazos e inconscientemente, cada vez iba cayendo rendida.

— necesitas descansar... Seguro que esos 3 meses fueron una tortura. — contestó Sunghoon apoyando su cabeza en la de Tn. — asique... Déjame ayudarte.

De alguna manera, me sentí tan tranquila a su lado que el sueño se apoderaba de mi.

El calor que emanaba su cuerpo era impresionante, su abrazo era cómodo y tranquilo por lo que deje de hacer fuerza y solo me separé.

— No me compares con Heeseung. — contestó Sunghoon. — Somos muy diferentes y te haré ver eso.

— Sígueme.

Miré la habitación hecha casi pedazos y lo seguí a través de un pasillo para llegar a una especie de pequeño comedor donde estaba Kiminari y Austin observandome junto con otras personas que parecían trabajar.

Llegué a una habitación y me senté con desconfianza.

— No busques algo con filo o no intentes romper algo porque no conseguirás nada. — contestó Sunghoon. — Primero dejaré que descanses y luego intentaremos hablar.

Miré a Sunghoon quién se sacaba una daga completamente negra y lo dejaba en un mueble.

— Queda en ti si me atacas para la próxima vez que entre en estás cuatro paredes. — contestó.

Miré la daga y luego a Sunghoon para ver cómo abandonaba la habitación.

¿Porque sigue demostrando su confianza en mi?
Lo ataque varias veces... Debería... Debería estar muerta en estos momentos.

Sunghoon estaba tratando de ser comprensivo conmigo.

ᴀɢᴇɴᴛᴇ ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ x ᴛɴ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora