☾︎☀︎︎|ｍａｉｔｅ|☀︎︎☽︎
— pero mamá, tengo que cortar la carne yo, no. –dije por la llamada.
— ay pero Maite, es cortar la carne hija, vos podés. –me alienta.
— mami, ¿Cuánto te falta para volver?. –le pregunté frustada.
— dos semanas amor, vos podés hija, no pidas comida eh, cocina.
Mi mamá... Se fue de viaje, no se muy bien dónde, pero sé que fue con alguien, y no me quiso decir con quién.
— pero no me gusta cortar la carne ma, dios prefiero morirme de hambre. –suspire.
— acordate que va Luca a comer hija, no lo mates por favor. –se ríe, cierto.
Corte la llamada para resolver el asuntito este. Pasaron las semanas, con Luca sigue todo bien, nos vemos seguido y de vez en cuando pasan cosas, pero no más allá de eso.
Lo invite a almorzar porque él siempre proponía cosas y yo nunca nada, pero como invitar a una persona a comer... Cuando ni siquiera sabes cocinar, dios no se cómo voy hacer cuando literalmente me vaya a vivir sola.
— dios espero que esto salga bien. –hablé para mí misma.
Sentí que tocaron la puerta, al abrir me encontré con Luca, creo que me termine de morir cuando lo ví apoyado en la pared y con la capucha puesta, dios.
— traje coca. –me sonríe.
— pasa, pasa. –me hice a un lado.
— ¿Está tu vieja?. –pregunta dejando sus cosas.
— no tarado, mi vieja está en Formosa, se fue con no se quién. –rode los ojos.
— oa mírala a la Vivi. –se ríe dándome un beso–. Te extrañe.
Me tomo por sorpresa, nunca me había dicho algo así, no tan directamente.
— cómo no extrañarme, soy un amor yo. –me reí para abrazarlo.
— pero por lo menos mentime y decime que vos también me extrañaste. –se queja bajando sus manos.
— epa pibe ¿Qué hacemos?. –arqueo una ceja.
— cosas que pasan Mal. –me sonríe.
Esa sonrisa, que sin querer queriendo me estaba volviendo loca. Estás semanas me cuestione bastante por lo que me estaba pasando con Luca, pero no había otra manera de describir lo que me estaba pasando...
Nos sentamos a comer, aunque con miedo claro, era un salteado de carne con verduras, acompañado con arroz claro. Yo solo trate de seguir la receta de Agustina.
— ay para, si no está rico podemos pedir comida, pasa que nunca antes había cocinado. –confese algo frustada.
— para Mai.. está rico. –se ríe mirándome tierno–. ¿Vos cocinaste enserio para mí?.
— si bueno... Pero ¿Enserio te gustó? Mira que tenés que decirme la verdad. –lo mire nerviosa.
Luca acerca mi silla hasta donde estaba él, pasa una de sus manos por detrás de mi oreja agarrando con delicadeza mi mejilla.
— está perfecto Mai, me sorprendió que lo hayas hecho solamente por mí. –me sonríe tiernamente.
Es que a estas alturas... ¿Qué mierda no haría por vos?.
— solo son detalles... No tienen importancia. –me reí mirando para otro lado.
— si tienen importancia, para mí tienen demasiada importancia, gracias morocha.
