☾︎☀︎︎|maite|☀︎︎☽︎
Me remuevo en la cama media dormida, mi celular estaba sonando, era mi hora de la siesta y me estaban jodiendo, la puta madre.
— vieja. —atendí, dormida.
— vieja las pelotas. —se queja.—, Escúchame hija tu hermano, le quisieron robar y lo apuñalaron.
Me terminó de despertar al escuchar eso, ¿Cómo qué le quisieron robar a Paulo? ¿Qué?.
— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cómo sabes?. —la cuestione, reincorporandome en la cama.
— me acaba de llamar para avisarme, yo salgo de trabajar tarde hija, anda a verlo... Me trajo David así que deje el auto en casa. —me avisa.
— okey, ahora me cambio y voy para su casa, ¿Pero te dijo cómo le quisieron robar?.
— no se, por eso quiero que vayas y te cuente bien, me lo dijo así nomas, avísame por favor.
Corté, voy rápido a mi ropero para agarrar un jogging negro, me puse un buzo arriba de la remera del pijama porque bueno, tenía que ser rápida la cosa. Me puse las zapatillas y salí cagando para el auto.
Empiezo a manejar hacia el departamento de mi hermano, no entiendo muy bien cómo mierda le quisieron robar, o bueno, cómo lo terminaron apuñalando, pero estoy nerviosa y por llorar.
Me puedo llegar a matar si le llega a pasar algo a mi hermano.
Estacionó con cuidado, dentro de todo quedó bien, podía quedar mucho peor. Subí hasta el piso de mi hermano, y empecé a tocar el timbre cómo loca.
— dale abrime, ¡Paulo!. —empecé a golpear la puerta, no tengo paciencia.
La puerta se abre si, pero me sorprendo al ver a Luca ahí parado, ¿Y este?.
— pasa... Está acostado. —se hace un lado.
— ¿Vos qué haces acá?. —frunzo el ceño, cerrando la puerta.
Ignora completamente mi pregunta, caminó hasta la habitación de mi hermano. Me lo encontré acostado, estaba en cuero, y se notaba que tenía una venda en el abdomen.
— Maite, ¿Qué haces acá?. —pregunta, mirándome.
— ¿Qué te pasó? ¿Cómo qué te quisieron robar?. —me senté al lado de él.—, Me hiciste manejar hasta acá.
— me quisieron robar el celular, forcejee y nada, me terminó clavando la navaja. —me cuenta, agarrando mi mano.
Mi mirada va a Langoni, que estaba apoyado en el marco de la puerta. Puedo darme cuenta que en sus zapatillas había un poco de sangre.
— estaban juntos entonces. —los miré, ambos se miraron.
— nono, nos cruzamos justo y ví cómo estaba. —me explica Luca.
— quédate tranquila, no fue nada mi negra. —dice Paulo, tratando de calmarme.—, No puede ser que por un celular te quieran matar.