D E S A N I V E R S A R I O
segunda temporada.
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maite
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬— tenés que comer. —se sienta Exequiel al lado mío.
— no tengo hambre, gracias. —lo miré mientras trataba de hacer dormir a mi hijo.
— anoche no cenaste. —dice Lionel.—, ¿Qué pasa tía?
— no pasa nada Ramirito. —agarre su cachete.—, Tu papá cocina feo.
— mentirosa. —se ofende el chango.
Nos reímos con Lionel, pase la noche en la casa de mi hermana porque no tenía ganas de volver a mi casa.
Lionel agarra el tenedor para pinchar la hamburguesa y llevarla hacia mi boca, un poco más y me estaba obligando.
— abrí la boca, dale. —frunce el ceño enojado, Zeballos se empezó a reír.
— está bien, como sola. —lo aleje riendo.
Dejó a Paulo acostado con las mellis, por suerte se había dormido. Anoche no había dormido casi nada, él siempre se dormía si o si con Luca en la noche, entonces fue difícil dormirlo.
Me senté a comer mientras que Lionel jugaba con Max y el chango usaba el celular, Agus se había ido a comprar las últimas cosas para la joda que pensaba hacer hoy.
— que. —dice mi cuñado sorprendido.
— ¿Qué pasó? —lo mire sin entender.
Exe me agarra la mano y me quedó mirando el dedo, claro... No había anillo.
— no es nada chango. —me hago la boluda.
— ¿Tan fuerte fue la pelea? —dice mirándome.
— no se. —negué suspirando.—, En el fondo yo sé que Luca está dudando, pero... —se me cortó la voz y ya estaba apunto de llorar.—, ¿Para qué me pidió casamiento?
— las diferencias en las parejas siempre van a estar. —suspira.—, Las peleas no les tienen que ganar.
— no son diferencias chango, está dudando porque está confundido. —digo con todo el dolor del mundo.—, Pero estoy esperando a que tenga huevos y me lo diga.
— no te lo va a decir Mai. —niega mirándome con pena.—, Capaz vos te estás haciendo la cabeza y estás viendo pajaritos donde no hay.
— no, no son pajaritos. —me reí soltando lágrimas.—, Luca se fue a la Luna y no se cómo hacerlo volver.
Me partió en dos decir eso, me tape la cara para empezar a llorar, Exequiel me rodeó en un abrazo y yo me quedé escondida ahí, sintiéndome chiquita.
— ay tía. —se sube arriba de la mesa Lionel.—, ¿Qué te pasó? —me abrazó.
— anda a fijarte si tus hermanos y tu primo están bien. —le dice el chango.—, Está todo bien, no pasa nada.