☾︎☀︎︎|ｍａｉｔｅ|☀︎︎☽︎
Me despierto por un ruido proveniente de la cocina, me quedo recalculando un poquito y me doy cuenta que Luca no estaba acostado al lado mío, no volvía todavía.
Decidí levantarme y irme a fijar con Max en brazos, cualquier cosa que sea mi hijo perruno podía morderlos. Voy bajando el último escalón y me doy cuenta que Luca estaba peleando con la puerta, no podía cerrarla.
— ¿Te parece bien la hora? —le pregunté dejando a Max en el piso.
— no es tan tarde, son las dos de la mañana. —se ríe sin darse vuelta.
— cinco de la mañana Langoni. —corregí acercándome.—, Que baranda tenés boludo, ¿Qué carajo tomaste?
Le agarre el hombro haciendo que se de vuelta, fruncí mi ceño al darme cuenta que tenía el labio lastimado, el pómulo también y los puños ni hablar.
— ¿Qué carajo hiciste? —me alejé agarrándome la panza.
— nada. —esquiva mi mirada tratando de irse, pero se tambalea.
— Luca. —lo vuelvo a agarrar.—, ¿Qué pasó?
— ¿Alguna vez le diste cabida a Equi? —me pregunta mirandome a los ojos.
— ¿Perdón? Te recuerdo que es el ex de mi prima. —crucé mis brazos mirándolo sería.—, Decime por favor que no le peg..
— ¡Si le pegue! Porque con vos nadie me va a joder o van a estar diciendo que estuvieron con vos. —se altera, estaba muy borracho.—, Es un gil de mierda, ¡Quisiera haber estado con vos!
— bueno, para cálmate. —trató de agarrarlo.—, Vení.
Me aguante la baranda a alcohol que tenía y lo abrace despacio, se quejó por el dolor pero no me importaba, lo hubiera pensado antes de andar cagandose a piñas por ahí.
Dejó sus manos en mi panza de ya 9 meses, estábamos bien, no entiendo porque ahora vuelve Equi a querer romper las bolas, y peor aún que Luca le da bola. La última vez que fuimos al médico nos dijo que en cualquier momento podía romper bolsa, tenía que estar tranquila.
— Equi era mi mejor amigo. —me habla borracho mientras me abrazaba.—, ¡Era cómo mi hermano! ¿Y enserio siempre quiso con mi novia? ¿Con mi mujer?
— nunca pasó nada entré Ezequiel y yo, no tenés que darle cabida. —le agarré su cara con cuidado.—, Vamos a curarte, mira como quedó tu labio.
— él quedó peor. —hace hombritos.—, Maite, yo te amo.
— yo también te amo, pero no me parece que llegues borracho a estás alturas. —suspiro buscando el botiquín.—, Mañana llega mi vieja, hubieras esperado así no me quedaba sola.
— no te quiero perder por nada del mundo. —me mira con los ojos llorosos.—, Vos sos el amor de mi vida, nunca pensé enamorarme así de alguien.
— somos el amor de la vida del otro, pero tenemos que hablar de esto, salís mucho Luca.
Él me mira arrepentido y yo le empecé a curar el labio mientras sentía sus quejas pero que se la banque ahora, le pasa por andar agarrándose a piñas. Paulito me estaba pateando, sentía la voz de Luca y era cuándo empezaba a moverse, me dolía mucho la espalda.
