𝟷𝟸

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☾︎☀︎︎|maite|☀︎︎☽︎

Me dejó caer en la colchoneta, ya no daba más, ya no me gustaba esto, me sentía débil, mis piernas me temblaban, siento que me muero en cualquier momento y no es una joda.

— ¿Ya te cansaste? Que flojita sos. –se me ríe Paulo.

— nunca en mi vida pise un gimnasio Paulo, es difícil para mí. –dije desde el piso.

— levántate y seguí entonces boluda, no es tan difícil. –me habla mientras hacía cinta.

— vos venís todos los benditos días, ¿Cómo haces?. –me levanté apenas.

— cuando uno se divorcia necesita mantener su mente ocupada, aparte vienen chicas lindas también. –se ríe, pero yo me dedico a mirarlo mal.

No sé porque mierda acepte venir con él, capaz que porque dijo que me pagaba la cuota, no tengo la menor idea. Vino el entrenador para indicarme lo que tenía que hacer, Paulo lo hacía libre, pero yo no porque recién empezaba según él.

— permiso, esto lo tenés que tener relajado. –me toca la pierna, más bien el muslo.

— ¿Cómo se hace de eso?. –lo mire desentendida.

— solo relaja tu cuerpo Maite, vos tranquila, la espalda así mira.

Me acomoda con cuidado, Paulo de vez en cuando lo miraba bastante mal, un poquito diría, era lo más celoso del mundo este ser, aunque no lo demostraba para nada, pero si, es muy celoso.

Las horas pasaron, estoy en los vestuarios buscando mis cosas, quería llegar y bañarme, lo primero que quería hacer. Agarre mi mochila y fui a esperar a Paulo, quien después de unos minutos salió y fuimos hasta el auto.

— a la tarde vamos a manejar, tenés que aprender. –me sonríe.

— yo estoy bien con que me lleves y me traigas a todos lados eh. –me reí poniéndome el cinturón.

— pero en algún momento me voy a morir y no me van a tener más Maite. –jode sacando la lengua.

— ¿Podés dejar de decir pelotudeces? Te lo pido por favor, no me parece gracioso Paulo, encima tenes unas juntas de mierda. –me cruce de brazos.

— ¿Qué tienen que ver mis juntas? Nada que ver lo que decís, te estaba jodiendo nomás tonta, ¿Qué me puede pasar?. –me agarra los cachetes.

— no se, ¿Sabes cuándo llega Agustina?. –le cambie de tema.

— mañana a la mañana.

Se acercan las fiestas, por ende mi hermanita viene, obvio con mi cuñis y mi sobri. Necesitaba los consejos de Agus, no me iba a hacer mal tenerla un ratito más acá conmigo era lo que más necesitaba, salir a tomar una cerveza con ella.

Llegamos a casa, lo primero que hice fue irme a bañar, Paulo se fue a su departamento, según él iba a volver... Pero era obvio que no, últimamente estaba raro, no se.

— mi turrito. –le atendí a Luca.

— mi morocha. –se ríe–. ¿Estás en tu casa?.

vos | ˡᵘᶜᵃ ˡᵃⁿᵍᵒⁿⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora