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- ¿Puedo saber el tipo de juego que está teniendo con Brisell? – lanza su pregunta sosteniendo a la bebé de ya tres meses de edad mientras yo solo me dedico a observarla con sumo interés y ella por supuesto devolviéndome el gesto con expresión neutra – desde la mañana en que ambos despertaron, no han dejado de tener, lo que parece ser, una guerra de miradas.

Antes de responder, doy un último análisis a los dos seres que tengo frente a mí.

- Siéntate – extiendo mi mano para darle la indicación de que haga lo pedido en el sillón frente al escritorio - ¿puedes cubrir los oídos de Brisell con tus manos y ejerciendo un poco de presión?

Él entendió mis palabras; necesitaba decir algo que ella no podía escuchar. Y como detesta ser excluida de la plática, empezó a poner algo de resistencia en su en vano intento de querer poder más que Sebastian. Además, que sus pequeños brazos no le ayudaban mucho que digamos, pero es algo que evitaré decirle; el odio se marcaría en su rostro y luego es seguro que lamentaré las consecuencias.

- No estoy de acuerdo con tu juego – refiriéndome a él.

- ¿Disculpe? ¿Cuál juego?

- El tuyo. El de ti y tu maldita naturaleza – digo esto señalándolo – solo mírala – inseguro y extrañado hace lo que digo – creyendo que pudiera cambiar con el pasar del tiempo, pero justo hoy que cumple tres meses, pareciera que ustedes se burlan de mí, ¿dónde está el crédito a quien fue el experimento de un shinigami? Y uno muy loco.

- Joven amo, ¿de verdad le sigue molestando este hecho? Mas si ya le he aclarado incontables veces que por más demonio que yo sea, no tuve nada que ver con el parecido. Menos ahora – suspira – además, ¿no justamente pensando en esa evidente posibilidad es que se planeó lo que a los sirvientes se les contó?

- Sí, pero ¿no se supone que dicen que los bebés pueden cambiar con referencia a su aspecto, con el parecido? Si hubiera sido de esa forma, el "cuento" sería menos problemático – dando a entender del plan que solo me involucraba como su "padre".

- Bueno, eso ya depende del curso y elecciones de la naturaleza. Hay que dejar que todo tome su curso. Y si me permite añadir joven amo, me es increíble escucharle decir que me acusa de ser el autor maquiavélico de que la bebé se parezca a mí. Agradezco su reconocimiento a mis poderes, pero como ya le he dicho, esto ha estado fuera de mis límites; de lo que puedo NO hacer, porque, aquí entre nos – su tono cambia para preparar algún sarcasmo – yo no soy el que se encarga de esos trabajos.

- Cierto – suelto un suspiro dramático evidenciando mi "decepción" – debo grabarme, no, mejor, escribir con alguna tinta permanente en la piel el mensaje que me recuerde tu ineptitud como ser no omnipotente.

- Le divierte eso, ¿verdad? – pregunta "algo" ofendido. Cuando hay la oportunidad la tomo para señalar sus deficiencias.

- Mínimo esto, ¿no crees? – me paro para acércame donde ellos están y sentarme al lado en el otro sillón – aunque... - acomodo unos mechones rebeldes de Brisell que caían en su frente – creo que también, al verla, siento que hay más que tu clonación – tomo su pequeña barbilla en mi dedo para que nuestros ojos se conecten, y al hacerlo, una punzada de nostalgia hizo su aparición – es...

Callo al escuchar unas pisadas que corren hacia este lugar. Ambos tomamos nuestras posturas para recibir el impacto de lo que intuimos que se aproxima. O alguien...

- Finny... - Sebastian y yo susurramos el nombre al mismo tiempo, y él me miró sorprendido.

Le hubiera preguntado la razón si tan solo al que esperamos se hubiera dirigido a otra parte y no aquí.

Hermoso accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora