10

10.4K 1K 452
                                    

- Les encargamos el cuidado total de la mansión - digo a mis trabajadores.

- Eso implica nada de explosiones - el mayordomo principal señala al cocinero - que el jardín entero no desaparezca o que arda en llamas - ahora al jardinero - sin romper vajillas, ni una pieza, mucho menos completas, o confundir los artículos de limpieza - aclara a la mucaba ya que que... Algunas veces... Ha engrasado erróneamente la madera con grasa en crema para zapatos... - disculpe que le tenga que encargar esta delicada tarea señor Tanaka...

- Jo jo jo vayan sin preocupaciones. Todo estará bien - afirma el anterior mayordomo - ¿no es así?

- Si, señor - responden al mismo tiempo el trío de idiotas.

- Nos portaremos a la altura, señor - con el mismo ánimo, Mey Rin aclara.

- Contamos con ustedes - termino de cerrar la plática - prometo recompensarles si cumplen su palabra - ante mi comentario, todos sonríen emocionados - nos vemos - me despido con la mano para entrar al carruaje.

- Puede descansar mientras - me sugiere Sebastian al cerrar la puerta e irse al área de conductor.

Cuando nos encontramos a metros de distancia, miro por última vez mi hogar que por necesidad tendré que dejar y que a su retorno, no seremos la misma cantidad. Será un más uno que pondrá de cabeza a todo lo que estoy acostumbrado.

- Por tu bien, espero que sepas comportarte - me quito un poco del peso del abrigo para dejar ver el abultamiento que se ha encargado de crecer el doble de lo que estaba al primer mes de hace ya dos meses...

En pocas palabras, cargo a una criatura que ha estado habitando mi interior por ya doce semanas, y que hoy se cumple la fecha acordada de ir a un lugar, del momento igual desconocido para mí, para estar con mayor libertad evitando ser visto de este modo.

Para ser franco es un respiro, las ropas que aunque Sebastian arregló, sentía estorbar, sobre todo la parte de en medio que se divertía entre la tarde y la noche para moverse. Aunque fueran ligeros, eran fastidiosos; llegaba a provocarme náuseas cuando eso pasaba.

Mi ritmo alimenticio... Ah... Aumentó, he comido el doble de porción diario, solo que lo peor de este asunto, es que la persona que cocina quitó la sal como ingrediente en las comidas, según porque leyó que podría provocar que el bebé naciera con un mal carácter como el mío... Recuerdo que cuando me lo dijo, tenía a mi alcance el cuchillo que deseaba con todas mis fuerzas que acabará en su maldita cara, pero que por no ser normal pudo agarrarlo sin problemas.

Cuando me ha dado esos llamados "antojos", le pedía hacer cierta comida en especial, pero sin importar qué ¡a nada le puso sal! Haciendo que la comida no del todo tuviera el mismo sabor.

No puedo creer que siendo un demonio creyera semejantes estupideces, por más que intenté dialogar a mi voluntad con él, no siguió esa indicación, mencionando que primero estaba la salud de los dos.

Por otra parte, me permitió más gustos por los postres, haciendo caso cuando le pedía igual cierta cosa, claro... Me racionaba pero hasta cierto punto me daba más.

En cuanto a las visitas no deseadas... Si pudiera ser un vidente, mis predicciones acertarían. Elizabeth llegó sin avisar en tres ocasiones y en cada una de ellas nos escondimos. Fue muy persistente y sigilosa, pero Sebastian lo fue más por supuesto, mas eso nos quitaba tiempo de avanzar los preparativos, que en mi caso fue el trabajo y al final de todo terminé con su ayuda...

El chequeo del segundo mes con el sepultero, nos fue mejor que los anteriores, por supuesto... No me salvé de sus comentarios innecesarios y burlescos en cuanto a mi apariencia. Hoy, al ser el primer trimestre, debemos ir, por eso antes de conocer el nuevo hogar provisional, iremos con él.

Hermoso accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora