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- Joven amo... - suelta un suspiro la persona encargada de ver por mis alimentos. En este caso, el almuerzo - tengo la ligera sospecha de que algo le perturba, y ese algo es que no me cree del todo cuando le dije desde la mañana lo que pasó en la madrugada - se yergue al terminar de ordenar la comida en la mesa donde ya estoy esperando sentado - ¿o me equivoco?

- ¿Qué te hace pensar eso? - empiezo a comer para tratar de verme lo más natural ante el tema.

- Quizás porque lleva preguntando o incluso insinuando algún otro tipo de respuesta de mi parte sobre lo que ya le dije... Como hace unos segundos.

- ¿Por preguntar que hiciste cuando me dormí?

- Y cómo es que se durmió; a qué hora lo regresé a su cama; el qué hice después; y otras preguntas más que giran curiosamente a lo mismo. Si me permite desconfiar por lo evidente, discúlpeme. - su voz sonó algo irritado... - y trazando en la desconfianza, sigo preguntándome el qué podría estar pasando por la insistencia en que ciertas frutas desaparecen y el algo visible cambio en que los postres que guardo, se vaya aminorando.

Hum... Ya tenía algo de rato que no sacaba a mención el tema... Creyendo que de verdad se había creído la idea de su descuido... De tonto no tiene nada...

- Si persistes en que fui yo - lo miro de re ojo y este me devuelve la mirada con seriedad - demuéstralo. Mi peso no cuenta - lo amenazo con el cuchillo - que es evidente la razón.

- Cierto. Tiene razón. Sigo sin tener las pruebas. No puede culparme por seguir dudando.

- La única duda que debes tener, es de ti mismo y punto. Es TU - hago énfasis - responsabilidad y de nadie más. Yo con trabajo y conozco la cocina. - continúo comiendo.

- ¿Y qué me dice de cuando me voy a observar a los demás a la mansión? Ahí puede aprovechar. - suelto un bufido.

- Por supuesto, eso hago Sebastian. - digo tranquilo - Fíjate que no sabia como rayos le hago para estar bañándome y luego escabullirme a paso rápido en la cocina. Porque creo que olvidas que por eso escoges ese tiempo para ir. No soy idiota. Lo sé. Y has regresado y yo sigo ahí.

- Nunca he pensado eso de usted. Todo lo contrario. Lo considero demasiado astuto, pero de acuerdo, tiene razón. Creo que no estoy viendo con claridad la situación de que es obvio que no podría hacer eso con fluidez.

- Así ha sido. - pongo los ojos en blanco.

- Cambiando de tema. Le sugiero que por lo que resta del día no salga de la casa. Las nubes han estado muy sospechosas que es posible que pueda caer la lluvia temprano.

- De acuerdo... - digo con resignación, pensando en lo aburrido que pueda resultar la tarde.

- Incluso le sugiero que tome su baño antes.

- Bien... - termino de comer - que fastidio de tiempo...

- Ya encontrarán algo que hacer - dice divertido al pluralizar la palabra - puede ir a la biblioteca a leerle un poco - lo miro confundido - al bebé - aclara notando mi duda - no es lo mismo que lea para usted a que él sienta la lectura a través de la vibración de sus cuerdas vocales - no lo había pensado...

- ¿Lo investigaste?

- Claro. Desde que me dio la noticia, he estado informándome de todo. Que por cierto, amo, debemos practicar antes de que nazca, desde cómo se alimenta a un bebé hasta su higiene.

- Pensaba que estaba claro el quién haría todos esos labores - lo miro con ironía aún sentado.

- Recuerde que también tengo un rol de mayordomo el cual cumplir. No podría estar en dos, tres lugares al mismo tiempo. - se cruza de brazos como si debatiéramos las responsabilidades, aunque básicamente eso estamos haciendo... - además esa criatura no se hizo sólo - alza una ceja - tiene DOS - enfatiza - padres. El que a usted le tocara cargar con todo el proceso no le resta poder para no cuidar de él o ella - lo miro mal - además, piense. Es un ser que es capaz de sentir más que un humano común ¿cree que no se dará cuenta? Podría lastimar sus sentimientos - a pesar de su fingida apariencia de lamento, ha dado en un punto que no puedo refutar... Dejándome sin salida - y puede que con eso crea cierto recelo a usted, prefiriendo a quien lo cuidó desde su nacimiento - maldito manipulador... De mi no aprendiste a ser así, que quede claro.

Hermoso accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora