Hermoso accidente

51

- Si. Soy yo. – responde en voz baja sin dejar lo que hace.

- ¿Y Brisell?

- Aquí. Noté que estaba despierta por lo que he intentado hacer que duerma.

- ¿Lo hizo? – bajo también la voz al saberlo.

- Demoró un poco, pero sí, ya duerme.

El silencio opacó la oscuridad de la habitación que por desgracia, era una muy incómoda y cortante. Ambos podemos tocar la tensión. Lo sé...

Quisiera preguntarle muchas cosas que a la vez son nada al no reconocer por en qué empezar o cómo plantearlas porque ni yo sé lo que quiero saber, quedando solamente en la percepción.

- Responderé todas sus dudas.

Mi evidencia me ha tomado por sorpresa por lo que me ha dejado claro que a veces soy muy obvio o es que él me conoce a la perfección.

Quien sabe...

- Es posible que no tenga un orden, pero intentaremos dar sentido. Si le sirve de algo, yo tampoco sabría por dónde comenzar.

La forma en que él está hablando me hace percibir cierta empatía porque reconozco ese tono: vulnerabilidad.

Sin embargo, hay temas que me niego a tocar. No por Brisell.

- Se lastimará.

No me percaté en el movimiento de tenerlo lejano a que ahora está frente a mí con sus dedos sin guantes, sobre mis labios para evitar que siga mordiendo el lado interno que estuve a nada de haber probado mi sangre.

- No me agrada en absoluto la situación. – fue lo primero que se me ocurrió decir. – Yo no pedí esto.

- Lo sé. – se aparta con lentitud para acomodar a Brisell dormida sobre la cama.

La cercanía de segundos me permitió ver la expresión de sus ojos que del tiempo que lo conozco, en este momento han sido lo más humanos que le he visto.

Él más humano mientras yo... otra cosa. Qué ironía...

- ¿Quiere que ese sea el primer tema? - se sienta al lado de Brisell dejándola a ella en medio de los dos.

No sé si estoy preparado, pero no queda de otra.

- Si. Quiero TODA tu versión y TODA tu verdad.

- Así será. - escucho con claridad su respirar contenido para empujarle a iniciar. - Antes quiero disculparme. Irme de esa forma no fue correcto. Sin duda muy anti ético de mi parte.

- Si, lo fue. Aunque no es a mí a quien debes dar una disculpa.

- Debo de externar que es algo que ya he hecho. Cuando se dio cuenta de mi presencia - sonríe ligeramente al parecer por el recuerdo - primero me miró feliz, y luego expresó... - nuevamente hace una pausa quizás para ganar coraje con la única diferencia de que en su rostro se dibujó una expresión de nostalgia.

- ¿Papá? - no medité decir la palabra que creo es la que diría.

- Si... - acepta con pesar, con un tono de culpa.

Entonces lo que escuché pensando que fue en sueños, realmente si sucedió.

- Conociéndola es seguro que como no puede decir mucho, te escudriñó como mejor sabe hacer. - se rio por lo bajo y de nuevo con aquella pequeña sonrisa.

- Ya la conoce bien. Mas no sé si no demoré en obtener su perdón como otras veces a causa de que el sueño la gobernará.

- Te recomiendo, por tu bien, que no lo digas frente a ella.