Capítulo 9

109 36 21
                                    


Quien me dijera que me escondería por horas por vergüenza y que me encerraría a pesar del hambre le respondería que si me creé una adolescente enamorada.

Pero en efecto, justo eso hago en estos momentos.

Solo debo aguantar un poco más, una hora más para que se marchen y podré comer.

Mi hermano vino a mi cuarto para llamarme a comer y me encontró "dormida", regresó una hora después y me encontró de la misma manera, luego no se si volvió porque me dormí de verdad y ahora solo espero a que se marche para poder comer como Cerda.

Porque si él se va al trabajo también el delicioso moreno que me quiero comer, debo comprar galletas o algo para cuando deba encerrarme aquí.

También encontrar algo que hacer en los días que me restan para no pasarlos aquí.

-Seo, me voy- mi hermano tocaba, al menos debía despedirlo.

Salí de mi cuarto para solo abrir la puerta y despedirme, bostecé también, debía actuar, luego cuando lo vi marcharse cerré mi puerta y cuando escuché la puerta cerrarse luego de escuchar las voces de ambos entonces suspiré.

Más bien respiré con normalidad.

Luego reí porque en efecto soy una miedosa, pero al mi estómago volver a gruñir me levanté de la cama para ir por algo de comer.

Mi hermano había dejado pasta para mi según me dijo, solo debía calentarla en el microondas, y se suponía que esta estuviera dentro del mismo.

Pero parecía que había dejado pasta para un ejército, calenté solo un cuarto de esta y quedé helada al encontrarme acompañada en la cocina.

El cucharón cayó al suelo y mi vergüenza volvió, más aún porque frente a mi estaba detonante para que mi rostro se tornara como el de una colegiala cuando ve al chico dueño de sus suspiros.

-¿Estas bien?, te creía dormida- esta última la deletreó y acentuó notablemente.

Asentí a lo que sea que preguntó, ni siquiera prestaba atención a algo más que nuestros pies, se inclinó y tomó lo que había dejado caer, lo puso en mis manos mientras me miraba divertido.

Bien, no volveré a intimidar a alguien al que le guste, juro que no me burlaré más de su nerviosismo o de él de cualquier otra persona.

Estar del otro lado no es lindo.

Giré sobre mis talones para limpiarlo antes de que el microondas termine su labor, pero lo sentí detrás de mi.

Así lo creía, cosa que fue afirmada cuando posó una mano de las suyas a cada lado de mi cuerpo y las vi sujetarse del mesón de la cocina que tenía en frente. -¿Te robé tu primer beso? ¿Es eso?- su aliento cálido contra mi oreja era otra cosa, me erizaba la piel, me hacía estremecer.

Negué y lo escuché ronronear tras de mi.

-¿Te tocaste?- acarició mi cuello con la punta de su nariz enviando descargas de placer por todo mi cuerpo. -¿Te tocaste pensando en mi?

-S..si- quise sonar segura pero de repente no sabía cómo hablar correctamente.

-Yo no pude hacerlo, una lastima. Manchaste mi pantalón ¿sabias?- negué Mis manos continuaban sobre la llave del fregadero pero aún no la abría. -¿Pediste por mí cuando te tocaste?- asentí -¿Gemiste mi nombre?- asentí -¿Que tanto adentraste tus dedos?- su mano derecha fue a cuerpo y la movió lo suficiente hasta adentrarla entre mis piernas, entre mi ropa interior cual mostraba mi bochorno. -¿Así?

-Ahh.. Ohh Dios- al tiempo de adentrar dos de sus dedos en mi su cuerpo me aprisionó con ganas contra el mesón, mi vista iba al frente y las lágrimas no se hicieron esperar.

-No sabes las ganas que te tengo- ronroneo contra mi oído -No sabes lo mucho que deseo abrir esas hermosas piernas y hacerte suplicar por un orgasmo.- inconscientemente movía mi cuerpo en busca de liberación.

Aumentó el vaivén de sus dedos y mis gemidos salían como susurros de mi boca. -Me encanta oírte hermosa, quiero que aprietes mis dedos cuando te vengas, vamos. Vamos, se que puedes.

Mi orgasmo no se hizo esperar, cerré mis ojos y aflojé mi cuerpo, sin duda una maravillosa manera de despertar.

Ya me he acostumbrado a este tipo de sueños con el, pero aún así este fue aún mejor, al menos obtuve mi orgasmo antes de despertar, estaba satisfecha.

Húmeda, pero satisfecha.

Algo sudorosa también.

Tomé una rápida ducha y mientras me cambiaba miré el reloj, me había dormido luego de mi hermano venir a despedirse, así que tengo casa sola, nadie notará mi cara de recién follada, follada con los dedos en su sueño pero follada.

Soy lamentable.

Caminé por el pasillo y algo en el baño que comparten mi hermano y su amigo llamó mi atención, más bien unos ruidos.

El agua corría pero era claro que se escuchaban jadeos, bajos pero por la ronca voz de quien se trataba aún así podía escucharlos.

¿Que hace aquí?

Que mierda me importa eso, se está masturbando, por mi. Bueno.. espero que sea por mi.

Me aleje de la puerta porque me conozco, tengo dos años sin coger, las hormonas al tope, me estoy quedando en la casa del dios griego con el que sueño me toma con apenas cerrar los ojos, y quedarme tras la puerta mientras se masturba no hará más que incrementar las ganas que le tengo.

Puse a calentar la pasta que estaba en el microondas y reí por lo vivido que se sentía, tomé asiento frente al televisor, me había hartado de encerrarme y si por alguna razón este viene hacia acá lo trataré de la manera más madura posible.

-Dormiste mucho- escuché su voz, iba envuelto en una toalla, su piel canela aún goteaba.

-Tu no fuiste al trabajo

-Día libre- Ohh

-¿Quieres beber algo?

-Preferiría beber de ti- ahh -Si.

Lo vi sonrojarse, no lo dije en voz alta ¿o si?

-Al menos invítame un café- mierda si fue en voz alta.

Dije que no escribiría más sobre sueños, pero es que no me aguanto. Estar del  lado del lector no es tan divertido como él lado del escritor y Melpastraba me lo hizo saber de la peor manera 🔥🔥🔥😈😈, aún así quiero más, mucho más. Por eso, este capítulo va dedicado a ti preciosa 🥰






.

Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora