Capítulo 10

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Pov Jimin

Había pasado prácticamente todo el día durmiendo en casa, luego de que calabacita terminara su turno en la cafetería de papá iría directamente a la universidad por lo que prácticamente no nos habíamos visto. Solo cuando fui a llevarla.

Tomé un baño con prisas para ir por ella, me había dicho que no era necesario pero sería lindo hacerlo, comer algo por ahí y luego venir a casa y aprovechar que hoy es mi día libre.

Mi auto me hizo adelantar más camino y agradecí aquello, en apenas minutos estaba aparcando frente a la universidad y bajando de este para buscarla donde suele estar.

-Jimin- la voz de Taehyung me hizo girar, iba acompañado de un par de chicas que parecían estudiar aquí -¿Buscas a calabacita?- asentí mientras miraba mi teléfono, le marcaba más no había respondido. -La vi en la cafetería con unos amigos hace rato. ¿Puedes no hacer una escena?- parecía preocupado.

¿Porqué haría una escena? No la haría a menos que tuviera motivos para aquello. Caminé hasta el lugar importándome mierda los llamados de mi amigo y al apenas acercarme noté el porque me pidió contenerme.

Estaba sentada con el chico que hace apenas unas semanas decidió que era buena idea comportarse como un crío y hacerle burlas por su piel canela o su nacionalidad haciendo comentarios despectivos sobre su país. Un racista de mierda.

Mi vista no se despegaba de la suya sino hasta que sentí a mi novia tomarme de la mano para hacerme mirarla. -Amor- su voz sonaba suplicante, y es que sabe lo mucho que quería golpearlo cuando a Taehyung se le fue la boca y acabó contándome. -Hana, ¿puedes informarme sobre lo que acaben por acordar?- la otra asintió y me dejé guiar por mi novia hasta alejarnos del lugar.

El camino a casa fue tranquilo, más por mi incomodidad que por algo más, porque el enojo aún estaba ahí, no puedo creer que le hayan asignado hacer un proyecto con quien le hace bulling.

-Ve a darte un baño, yo preparo algo para que comas.

-¿Aún estás molesto?

-No, no contigo. ¡¿Que mierda le pasa al profesor por la cabeza como para ponerlos en el mismo equipo?!

-Tranquilo amor- sus brazos estaban alrededor de mi cuello

-¿Tienes mucha hambre o puedo ir a la ducha contigo?- pregunté de manera lastimera, mis manos morían por enterrarse en su carne.

-Vamos

...

Habíamos follado, comido y descansado y ahora la veía hacer un postre para su tarea de mañana, sólo debía tomarle fotos en cada parte del proceso por lo que al apenas lo termine y le tome las fotos puedo comerlo y no veo la hora.

La veía batallar tratando de alcanzar la crema batida que se encontraba en los estantes pero las vistas me gustaban demasiado. -Amor ¿me ayudas? ¡Deja de verme el trasero y ayúdame!- sonreí mientras me ponía de pie.

-¿Como pretendes que no lo vea si está enorme?- pregunté con fingida inocencia mientras lo apretaba. Le dejé el bote y luego la vi terminar el pastel -Vamos a cuarto, los tres.- Tomé la crema batida de sus manos y acallé sus suplicas con mis besos -Cuando termine contigo le tomas las fotos.

-¿Me desnudo?- dijo divertida cuando mis manos trataban de borrar la ropa de su cuerpo.

No esperó a que respondiera cuando sus manos se encontraban quitando de ella las prendas. Imité su acción con la rapidez que me fue posible y me arrodillé frente a la cama en la cual había tomado asiento.

Dejé crema batida en cada pezon pero mi atención y mi boca fueron a su centro húmedo. -Déjame amarrarte- pedí no pudiendo privarme de las vistas de ella amarrada siendo follada envuelta en crema como un pastel, un pastel de calabaza. Dulce y húmedo.

Con solo un leve asentimiento de cabeza me fue suficiente para ir por unas tiras o lo que sea que me sirvieran para atarla contra el respaldo de la cama y deleitarme con ella.

...

Abrí los ojos sintiendo mi cuerpo pesado, entonces recordé todo lo hecho la noche anterior, sus gemidos deseosos, su cuerpo siendo llenado por mí y su rostro liberado.

A penas habíamos dormido, pero si hay un culpable aquí, es ella. Ella y sus gemidos son aquel afrodisiaco para mí.

-Calabacita- mi voz era ronca, supongo que por la excitación pues con solo recordar lo que hicimos anoche ya me encontraba duro de nuevo. -Tengamos un bebé.- dije de pronto lleno de cada sentimiento que ella me genera.

Mi cuerpo se había movido solo para cernirse sobre el suyo. -Tienes crema batida sobre el rostro amor.- estaba en medio de sus piernas mientras que sus manos abrazaban mis hombros dejando tiernas caricias en ellos.

Parecía batallarse a responder cuando el sonido de la puerta ser tocada con insistencia nos hizo tensar, luego escuchamos la voz de Clau. Desde aquel incidente donde ese hombre acabó muerto esta sufre de pánico, también yo, si digo que aquello no me afectó, mentiría.

También la culpa de todas la muertes que provoqué al pedirle a...

-¿Abres tu mientras me ducho? Parece tener una crisis.

-Claro- dejé un corto beso en sus labios y caminé hasta la sala.

¿Es sensato pensar en tener un hijo cuando apenas nos recuperamos de aquello o es que el miedo a morir y no vivir la experiencia me hizo desearlo de pronto?

Justo ahora no tengo como saberlo y espero en verdad que esto no nos perjudique como pareja, quizás no es el momento y ahora, luego de haberlo propuesto es que lo noto.






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Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora