Capítulo 2

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-Lamento lo de más temprano- dije apenas subí a su camioneta, mi hermano tenía noche libre y según dijo tendría una actividad luego de la iglesia.

-No tienes que disculparte, ya te lo había dicho.- me miró por un momento y luego volvió su vista a la carretera. -¿Segura no quieres darte algo más de tiempo?- se refería al trabajo.

-Para nada, se que es estresante, pero irónicamente es cuando todo aquello se aleja.

-Entiendo- la conversación murió ahí.

Nos despedimos en su camioneta con un toque de labios para luego tomar camino hasta la estación. El turno diurno aún estaba en labor así que dejamos nuestro equipo.

Yo fui en búsqueda de Clau quien últimamente ha estado en el mismo lugar. El gimnasio

-Hola- dije y sonrió de manera forzada, se alejó del saco de boxeo y vino a mí-¿Tienes mucho aquí?

-Una hora- respondió de manera cansada.

-¿Como siguen las cosas?

-Mal- admitió -No me habla y no regresa. -¿Tu?

-Bien

-Mientes

-Miento- afirmé -Intentó... intentamos más bien.

-¿Tener sexo?- asentí -Por tu cara no pasó

-Me sentí mal. Es como... yo no

-Tranquila- confortó

-Lo deseo, mucho. En serio no sabes cuanto.- hice una pausa, -Pero cuando me toca es como si me sintiera obligada y luego me recuerda aquello.

-¿No has pensado en que quizás deberías dejarlo?- la miré alarmada -No a él- aclaró -La idea de intimar, mantenerse solo...

-¿Estás loca? ¿Como se quedaría conmigo si no lo hacemos? No es un niño, tiene necesidades.

-Necesidades que no estás en condiciones de abastecer- ambas nos encaminamos hasta la ducha mientras esta tomaba un baño hablábamos.  -También...- apagó la regadera y se me acercó con la toalla en mano. -¿Te masturbas?- asentí -¿Lo haces seguido?

-¡Lo hago!- admití nerviosa -Siempre que me besa, cuando no es con aquella intensidad acabo excitada.

-Puede que a lo que le temas sea a eso. Es decir, a que te tome- se colocó unas bragas -Es intenso, lo dijiste.

-Rudo, es muy rudo.

-Bueno. Supongo que esa rudeza es lo que te recuerda aquel momento.- su sostén fue a su torso y luego su camiseta. -Inténtenlo sin que el té toque, móntalo o algo. Solo que quien domine se a tu o háganlo lento.

-¿Tu crees?- asintió

-También pueden solo tocarse mientras tomas algo más de confianza. Imagínate como un virgen y ya está.

-Estaba borracha cuando perdí mi virginidad.

-Y yo- ambas reímos. -Emborráchate si quieres. Pero no te obligues, si no quieres intimar el lo entenderá. Ustedes se aman, entiende eso, no va a dejarte porque no puedas intimar aún. Habla con tu sicóloga sobre esos problemas de abandono que tienes también- ambas salimos del baño.

La sirena para cambio de turno se escuchó y ambas nos despedimos, esta suele cenar más temprano para no encontrarse con su novio-no novio mientras están peleados y yo debo pasar a la oficina del Señor Min para un último examen.

-Llegas tarde- abrí la boca con incredulidad, apenas había sonado la sirena.

-Buenas noches señor... Sargento Min, señor- dije pues tenía la cara arrugada por su mal humor.

-Tienes 15 minutos, desde hace dos- mi cara lo hizo reír. Lo noté recargarse en la silla mientras veía una revista de mascotas y comencé a llenar mi examen.

Luego de los que para mi fueron 5 minutos, este lo arrebató de mis manos para corregirlo. Miraba las respuestas con una ceja alzada y reía cuando me ponía una X.

Así que me dirigí tras el para ver por qué tanta diversión -Ustedes los doctores son una cosa insólita con la caligrafía.- si escribo algo... no es para tanto aún así.

-No se burle- miré la revista que tenía y comencé a hojear mientras el me corregía.

-¿Fuiste a terapia hoy?- mordí mi labio -¿Como pretendes mejorar si no vas?

-¿Por SKY?- pregunté -Sin bromas, entiendo- dije apenas noté como me miró

-¿No te gusta? Puedes ver otra- dejó a un lado el examen, yo que quería ver mi puntuación.

-Dice que debo hablarle de mi infancia y no se que mierdas.

-Sin palabrotas- puse los ojos en blanco, es como un papá gruñón. -Pero las terapias son para eso, para hablar sobre las cosas que no afectan. Y tu infancia lo hizo.

-¿Como puede decirlo con tal convicción? Mi madre...

-No dije que ella no te amara, lo hacía. Me refiero a lo que pasaba con todo lo demás, tu padre, madrastra...

-No es mi madrastra.

-Quién fue esposa de tu padre- se corrigió -Habla de la bruja, sácalo todo.

-Es la madre de mi hermano

-Eso no le quita lo bruja- bromeó

-¿Con quién dejó a Sargento Bebé?- cambié de tema.

-El hijo de la señora Kim lo cuidará- asentí era un chico de unos 15, se llevaban bien, lo había visto un par de veces. -Cambias de tema a tu antojo.

-No lo hago- negó -Muero de hambre- señaló en su nevera

-Hay donas y jugo ahí.- señaló y me acerqué al refrigerador, tomé para ambos. -No dije que comería

-No me gusta comer sola

-Problemas de abandono- bromeó

-Es la segunda persona en decirme eso hoy.

-Quizás es cierto- puse los ojos en blanco -Tienes cara de querer decir algo desde hace rato. Habla.

-Quería preguntar

-Um

-¿Es cierto que se irá al tuno diurno?

-¿Quien dijo eso?

-Jimin

-Jimin es un bocazas.- dijo de mala gana. -Aún no deciden si debo hacerlo yo o Kim Namjoon- me exaspera el formalismo con el que dice el nombre del otro, como si hablara de su peor enemigo.

-¿Y no pueden quedarse ambos aquí y que alguien de ese turno tome el liderazgo?

-Pues porque dos gallos no pueden estar en un mismo gallinero.- Hoseok quien era el único que entraba sin tocar a esta oficina tomó asiento al lado de ambos.

-¿Esto es sala de reuniones ahora? Se van, los dos- nos echó con la mano.

-¡Yo no hice nada!- me quejé -¿Porqué debo irme?

-Por preguntona.



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Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora