Capítulo 12

100 35 35
                                    


-Quiero una pastilla de emergencia.- la dependienta tecleó y luego se perdió entre los estantes para venir con ella en la mano.

Pagué por aquello y me apresuré a la cafetería de mi padre, era pasado del medio día y supongo que ya debe estar a punto de salir del trabajo, así que como no tengo como contactarla me dirigí a ese único lugar.

Las mesas estaban libres y el personal descansaba en una de las esquinas, entré directamente a la cocina, me urgía dársela pues hace más de un día de aquello. No se como putas olvidé el condón, maldito alcohol.

-Es raro que vengas tanto- es cierto, ayer vine a preguntarle si la había tomado pero ella ya se había ido a la universidad, tampoco quería preguntarle a Taehyung.

-Si- la busqué con la mirada pero no la veía.

-Iré a llevar el almuerzo, May se está cambiando allá atrás, ¿la llamas por favor?

-Claro- apenas lo ví perderse me adentré al pasillo que da a la sección de casilleros, la encontré saliendo del lugar. -Hey

-Hola- revisaba algo en el teléfono.

-Toma- entregué la bolsa que escondía en mi bolsillo, la vi abrirlo y sonreír, luego me la tendió.

-Ya la tomé- me miró sobre sus pestañas, ¿que intenta? -No miento- dijo al verme guardar silencio. -Si quieres estar seguro me tomo esta también.

-No, sería un desperdicio.

-Claro

-Te llevo a la universidad

-Descuida, Tae viene por mí- asentí -Me voy- sus labios se movían lentamente, así lo veía yo, como invitándome, mentiría si dijera que la tensión sexual que sentía por ella disminuyó luego de follar, no fue así.

Ahora es más grande.

-Me gustó lo del otro día, ven a mi casa y repetimos.

-¿Tu crees? Nunca me gustó planear esas cosas- asentí

-Te gusta más que te tomen sobre cualquier superficie- asintió mordiendo su labio aún cuando no fue pregunta.

-Un pasillo por ejemplo- esas cuatro palabras fueron suficientes para hacer que mi polla salte contra mi ropa interior.

Dejó caer su bolso y teléfono al suelo como si no le importaran y me miró con esos ojos en puro fuego.

Mis manos tomaron sus muslos internos y la alcé para luego auxiliarme de ella. Las suyas fueron a mi cuello y tomó mi boca con ganas haciéndome desear meterme en ella.

Una mano suya fue a nuestra unión y comenzó a deshacer mi cinturón. -¿Hablas en serio?- no creí que en verdad fallaríamos aquí.

-Así es más rico- su mano alcanzó mi polla y apretó, todo mi auto control se fue al caño por aquella acción. La toqué para hacer a un lado su ropa interior y ya estaba tan húmeda y lista.

Cuando entré en ella no me di el tiempo de sentir lo cálido y delicioso que era, comencé a empujar con ganas, podían vernos.

Podían puto vernos en cualquier momento y eso hizo que toda mi sangre se concentrara en esa unión, en lo bien que mordía mi labio para no gemir y en esos suspiros y risa, porque se reía la maldita.

Quizás por el frenesí que tomé o quizás por la hazaña en sí, pero cuando me vacié en su interior mientras ella apretaba mi polla, exprimía mi polla más bien, creí que moriría.

Luego volvió a reír, aún con mi longitud en su interior descargando paulatinamente. -Ahora si voy a ocupar la pastilla- pegué mi frente a la suya recuperando mi respiración y asentí mientras masajeaba su trasero. Había sido mi punto de empuje y apreté con bastante fuerza.

Taehyung vendría por ella, eso dijo ¿no?

Mordí.

Mordí su cuello en un no tan perceptible lugar a la vez que me retiraba de su interior.

-Papá dijo que te llamara a comer- le di el recado mientras me acomodaba, esta asintió y se adentró al cuarto de los casilleros, palpé mis bolsillos y...

Había sacado la pastilla y ni siquiera lo noté.

...

-¿Qué tal tus vacaciones?- preguntó Namjoon, cenábamos todos juntos, Taehyung había entrado hoy al trabajo. Seona comía, más bien reía por lo bajo por algo que Min le decía y Namjoon parecía querer explotar desde el otro lado de la mesa, aún así no decía algo.

-Bien, la pasé de maravilla. Cogí rico también.

-Eso no lo preguntó- esta vez fue SeokJin quien habló.

-Hyung, consigue una novia. ¿Las de tu iglesia no follan?- eso lo hizo ganarse una mala mirada.

-Te has pasado- lo regañó Clau. -Discúlpate, no todos pueden follar con frecuencia. Algunos tardan meses enteros y otros años, así como SeokJin- parecía defenderlo pero lo hundía más. Lo hace adrede.

Jungkook apareció por la puerta, había avisado que llegaría tarde pero no esperábamos que llegara con el labio roto.

-¿Que te pasó?- Jungkook no era de pelearse, nunca. Contrario a lo que parecía, con tatuajes, ropa negra y esa moto era todo menos agresivo.

-Nada- dijo tajante intentando comer pero su labio ardió.

-Yo te curo- Seona se puso de pie y lo guió fuera del comedor.

-Habla con ese niño Min- dije ya que Jungkook tiene días actuando raro y ni a mí, ni a Taehyung le quiere contar.

-El le puso el ejemplo- dejó salir Namjoon de mala gana.

-¿Te viene haciendo falta otro puñetazo?- espetó de mala gana el pálido al moreno y la mesa se tensó completa.

-Hey, paren ya. ¡Esto no es sobre ustedes!- SeokJin estaba harto de aquella rivalidad, todos de hecho. -Min largo- señaló con la cabeza por donde se perdieron Jungkook y Seona.

-Namjoon, madura ¿si? Son amigos, ¡para ya!

-No soy su amigo.

-Bueno, tu novia si es su amiga- eso lo hizo gruñir en desconformidad. Esta mierda no acabará bien.






.

Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora