Capítulo 21

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-¿Una que Kim Namjoon?- la rabia se había apoderado de mi, sentía mis manos picar por golpearlo. Aquello me dolía y enojaba a partes iguales.

-Seona, basta. No quiero discutir.

-Lo se Namjoon, tu nunca quieres discutir. En cambio no paras de hacer tus comentarios pasivo-agresivos. No paras de juzgarme.- negué para mi misma. -El es bueno para mí, es un buen amigo. Está ahí para ayudarme. Siempre está para ayudarme.

-¡Porque corres a sus brazos con cada cosa que te pasa! ¿Crees que no se que tú renuencia a que uno de lo dos sea trasladado era por el? Que incluso te alegraste cuando decidí por mi mismo irme yo.

-¡No son así las cosas!

-¡LO SON! me huyes desde entonces, ando como puto perro detrás de ti mientras tu buscas excusas para pasártela metida en su casa. ¿Quieres el perro? Bien, te compro una puta casa para que te lo lleves.

-¡No me hables así!- suspiré -Ya se sobre tus planes para irnos de la ciudad. No quiero eso. ¿Preguntarías lo que quería yo? ¿O solo pretendías llegar con los planes ya hechos y la casa lista?

-Si no estuvieras todo el día metida en su casa no tendrías dudas de lo nuestro.

-¡No tengo dudas Kim Namjoon! ¡Te amo!  Te amo pero no puedo solo...

-Shh- acercó sus manos a mi rostro para tomarlo y besar mi boca con una delicadeza deliciosa.

Al principio me encontraba tensa por la discusión anterior pero cuando aquellas manos me tomaron con esa delicadeza me hizo sentir cómoda, suya. Pude sentir el olor y sabor a vodka en el beso y aquello me hizo alejar.

-No sabes todo lo que te necesito justo ahora.- alejó la toalla de mi cuerpo y me alzó para besarme mejor, sus besos bajaron a mi cuello más no perdieron la ternura en ningún momento. -Solo estás confundida. Lamento que te hayas enterado por otra persona. Me quitó la oportunidad de explicarte- volvió a besarme, -De explicar los planes que tengo para nosotros. Amarás Jejú, yo sé eso.- negó -Vamos a otro país, podemos permitirnos aquello. Criar a los niños en el extranjero es mejor.

Este tomó mi boca con más ganas esta vez y sus besos eran en lo último en que pensaba justo ahora. Mi cabeza era un lío, mi cuerpo se encontraba sin fuerzas.

-Yo no quiero irme- aquello lo dije como un susurro. -Yo no quiero irme Namjoon, ¿Porqué no podemos quedarnos aquí? Yo...- me había alejado de él y trataba de tomar mi toalla más no me lo permitió. Había apresado mi muñeca con fuerza.

-¿Ahora de pronto amas Korea?- preguntó mientras tensaba su mandíbula.

-Lo hago, mi hermano está aquí. También mis amigos.

-¿Y yo? Yo que mierda importo ¿no?

-Namjoon, no estás siendo tú. Bebiste y...

-Bebí, pero no lo suficiente para quedar idiota. ¡Se que no quieres irte para seguir de mujerzuela detrás de Min Yoongi!- una sonora cachetada se escuchó en el amplio baño haciéndome picar la mano.

-¡En tu vida vuelvas a insultarme así! Yo nunca te he engañado, nunca. ¡Lárgate de aquí!

-¡No! No pienso irme hasta que me des una respuesta.

-Y yo no pienso cambiar de opinión- no voy a dejar mi vida por un hombre, aún sea el hombre que amo. -Te amo, te amo pero quiero crecer, quiero una especialidad, quiero un hijo o sacarme. Pero vivir en una casa encerrada no es lo que quiero. No quiero solo esperar a que llegues cada día para vivir la emoción con historias que puedas contarme. No quiero dejar a mi familia, todos ellos lo son.-
Este lanzó un duro golpe a la pared cual dejó la sangre plantada en esta.

Aquel hecho me hizo tensar, para luego dejar vía libre a que mi cuerpo se desplomara sobre el suelo en forma de ovillo entre lloros y suplicas para que se detenga.

Regresé a aquel momento y mi mundo volvió a derrumbarse, cuando su rostro se desfiguró en una mueca de dolor notando como estaba y trató de acercarse lo aparté entre gritos y pataleos.

Las fuertes pisadas de alguien entrar a donde estábamos, los gritos y golpes del Señor Min contra quién me acompañaba, la sangre en sus rostros, todo aquello me tenían paralizada entre lloros y suplicas para que se detengan. Para que mi mundo se apague y deje de escuchar, de sentir.

No se cuanto tiempo pasó para que Taehyung entrara y me envolviera en la toalla cual yacía húmeda en el suelo. Noté a más personas ingresar al baño para intentar separarlos mientras este me sacaba del lugar y mi corazón se rompió en pedazos cuando los vi salir.

Ambos más golpeados de lo que los había visto nunca. Namjoon intentó acercarse a mí más los demás no se lo permitieron y cuando noté su espalda alejarse de donde estamos mi vista se volvió negra.

...

Desperté sobre una cama de hospital, mi cuerpo estaba envuelto entre sábanas y una bata del lugar, mientras que mi ropa estaba sobre otro mueble. Me encontraba sola. Notando la hora en el reloj supe que pasaban de las 2.

Me vestí con rapidez más aún sentada sobre esta y caminé solo dos pasos hasta ver al Señor Min entrar al cuarto.

-¿Le duele mucho?- me miraba con preocupación, quizás mi aspecto no ayudaba, mis ojos deben ser un desastre justo ahora. Este se encontraba masajeando su cabeza cuando abrió la puerta. Era claro que debía estar en casa, supongo que que esté aquí también es mi culpa.

-Vamos a casa pequeña.









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Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora