Capítulo 23

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-¿Que pasa?- apenas comenzaba el turno y Taehyung y Jungkook ya estaban tras la puerta de la oficina de Namjoon, son chismosos.

Imité su acción al poner mi oreja contra la pared cuando me callaron, pero apenas lo hice se escucharon pasos y echamos a correr.

-¿Que pasó?

-Clau está aquí- Jungkook dijo con algo de nervios. -Min dijo que manejarían su ausencia como vacaciones, para no perjudicarla.

Volví mis pasos y la encontré caminando de a la par de Min, al parecer el otro había quedado en la oficina. -Claudia, debemos hablar- pronuncié sin siquiera saludarla apropiadamente.

Nos encaminamos en silencio hasta la sala de descanso, estaba más delegada, su cabello más corto que la última vez y ojeras bajo los ojos. -Se que estás en todo tu derecho de no quererla cerca mío. Que no soy lo que se llama el prospecto perfecto para cuñado y que May merece algo mejor. Mucho mejor que yo, pero la amo. Lo juro. No sabes lo perdido que he estado estas semanas sin ella. No debiste llevártela así, ya no corre peligro y se que por eso regresaron, pero déjame salir con ella. No la dañaré lo juro, si quieres voy y compro un anillo, se la presentaré a mis padres mañana mismo si eso quieres. No la dañaré, lo juro.

-Jimin, ella no volvió

-¿Porqué haces esto?- la vi negar.

-Yo no se lo impuse, le pedí regresar. Pero se negó a acompañarme. No quiso venir- quizás debería desistir, de hecho. Si ella no quiso regresar puede que ella no sienta lo mismo. -Se lo que crees y no es así. Ella no volvió porque tuvo miedo, miedo de que te dañen como ya lo hicieron, por eso nos fuimos, para protegerlos. Si estaban con nosotras aquello volvería a pasar.

-Pero regresaste

-Porque por un milagro los Rojos acabaron con ellos, porque se que ya no pondré a Hoseok o a ustedes en peligro por solo estar conmigo. Pero ella tiene miedo, te vio desangrandote por protegerla y eso lo agradezco, no sabes cuanto. Marika, salvaste su vida- la vi llorar, -Salvaste a mi hermanita y estoy tan puto agradecida, no sabes cuanto.

-Dime donde está. Dime dónde para ir por ella. La traeré de vuelta, se que puedo lograrlo.

-Hawái, está trabajando en un hotel en la isla.

-Compraré los tickets e iré por ella apenas pase mi turno. Ya verás- asintió mientras la abrazaba.

-Pensé que estarías molesto por como nos fuimos.

-Tenían miedo, no las culpo. Solo deben recordar que somos su familia. Hoseok estaba muy molesto.

-Está- habló en presente. -Llegué anoche, cuando me vió, tomó sus cosas y se fue con los chicos.

-Lo siento, no lo sabía.- quizás por eso se notaba tan perdida. -Pronto se le pasará. El te ama.

...

Cuando bajé del avión mis ganas de verla se convirtieron en una bola en el estómago, una bola de nervios, ansias y culpa.

Como había tomado mis vacaciones anuales y también licencia por los disparaos, y a sabiendas que no me aprobarían los días, tuve que venir como si al día siguiente me presentaría a trabajar.

Debía tomar el avión la ida por la vuelta.

Claudia me dio la dirección del hotel y apenas llegué pregunté por ella. Me indicaron su número de cabaña pues no estaba en horario laboral.

Lo vi beneficioso, quizás de esa manera recogería sus cosas y nos iríamos antes. No sabía si disculparme o rogarle, pero no aceptaría un no por respuesta.

Toqué la puerta preso del miedo, cuando abrió llevaba una bata de baño y su pelo recogido en un moño, su piel perlada por el agua. -Jimin

-Calabacita- la vi apretar la puerta -Debemos hablar.- negó pero tomé la puerta interponiendo su mi cuerpo en esta. -Habla conmigo

-Casi mueres por mi culpa- negué

-No fue tu culpa.

-Por protegerme

-Lo hice porque te amo. Y si el tiempo volvería atrás lo hiciera de nuevo. Te amo y no estoy dispuesto a perderte. Regresa conmigo, por favor. Ya tenías tu vida allá, no puedes abandonarla así. Tus estudios, trabajo, tu hermana la está pasando mal. Hoseok y ella están distanciados- se que era una treta, pero en realidad no era mentira. -Eres la única familia que tiene. Regresa, si no quieres volver conmigo no lo hagas, se que puede ser abrumador. Pero regresa, piensa sobre nosotros y cuando tengas una respuesta te decides ¿si?- me las había arreglado para acercarme y besarla a la vez que le hablaba, lloraba y temblaba contra mis labios pero me dejaba hacer.

-Bien- sonreí ante lo dicho

-Vamos, compraré los tickets para viajar hoy- negó

-Debo renunciar y organizarme. Pero regresaré, lo prometo- mostraba convicción pero aún estaba algo cohibida.

Entendí que necesitaba algo de espacio.

Le repetí una y mil veces que la amaba y que la esperaría el tiempo que necesitaba. Era mi pequeña, mi pequeña calabacita, claro que la esperaría.





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Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora