El turno había sido tranquilo. Luego de haber cenado y acomodado nos dimos el tiempo de ponernos al día, de conversar y reír como acostumbrábamos, todos juntos.En algún punto de la noche había quedado con Claudia sobre ir a pasar el rato a mi departamento, ahora estaba nervioso.
También me sentía culpable por hacer esto, pero mierda que lo quería.
-¿Lista?- esta organizaba sus cosas, asintió y caminó a mi lado, tomé su bolso cargado y bajamos camino al estacionamiento, noté a Min poner los ojos en blanco al vernos con los brazos enlazados.
-¿Que se te antoja para desayunar?
-Esos huevos de la otra vez, con queso y pan tostado y una taza de chocolate caliente- la escuché gemir por eso.
...
Habíamos llegado a mi departamento y luego de preparar y comer el desayuno veíamos algo de televisión, me gusta estar así con ella.
-¿Como quieres hacerlo?- prácticamente me atraganté con mi saliva al escucharla. -¿Quieres sentado o...
-En la cama, quiero verte.
-Vamos- esta tomó mi mano y me guió a mi propia habitación. -¿Tienes condones? Es mejor así no tienes que llevar el ritmo.
-Claro, lamento no haber usado ese día, yo no..
-Descuida, yo tampoco lo recordé- le restó importancia. Esta me indicó tomar asiento en la cama y comenzó a deshacerse de su ropa frente a mi.
No era la primera vez que la veía en interior, pero si por completo desnuda y me sentí aún más nervioso.
La vi sacarse el sostén y esos bien proporcionados pechos salieron a la luz, sus bragas también abandonaron su cuerpo y dejó todo en el mismo lugar que ocupaba.
-¿Quieres verme?- asentí. La vi dar la vuelta y volver al frente con lentitud. Mis nervios aumentaron.
Se acercó a mi y besó mis labios con detenimiento, no podía concentrarme por hallarme aún más nervioso a cada momento, sus manos me despojaron de mi camiseta y alejaron mis pantalones.
Sentí su mano tocarme dentro de mi calzoncillo, nada.
Y para este punto debía estar más que duro, es decir. Con solo verla entrenar en el pasado debía ocultar o saciar alguna erección. Pero no pasaba. No se endurecía y mis nervios aumentaron.
¡Mierda!
Eso me pasa por mentiroso
-Lo siento- dije con toda la pena posible, nunca me había pasado esto.
-Tranquilo- me entendía, tomó mis sábanas y se cubrió con ellas. -Creo que deberías dejar de presionarte.
-Es cierto, más tarde podemos hacerlo- la ví negar.
-No, me refiero a que deberías dejar de presionarte para hacer algo que no está en ti- maldito infierno.
-Clau esto no...
-Hobi, mi amor- tomó mi cara entre sus manos para hacerme mirarla. -Eres Perfecto tal y como eres, no tienes que probar nada. Se que tu madre y quien te ame de verdad sabrá entender y respetar tus gustos. Y si no, para eso me tienes a mi.- había envuelto la sábana en su cuerpo y tenía esos frondosos pechos sobre mi cara prácticamente.
Sentí como era sacudido y en efecto, bajo mis calzoncillos estaba erguido, esta notó lo que miraba.
-Creo que solo estaba nervioso- eso la hizo reír.
Giré ambos cuerpos y me posicioné sobre ella en la cama.
Me iré al infierno por mentirle, pero por ver esas piernas así de abiertas para mi estoy dispuesto a hacerlo.
La prenda que me vestía abandonó mi cuerpo apenas acabé por acomodarnos y mi boca arrasó con la suya con maestría.
Acabé por entrar en ella duro y maldito infierno que se sentía rico, cálido.
Alejé la estorbosa sabana de su cuerpo para verla mejor, mis manos tomaron las suyas para sujetarlas y mi duro empuje continuó. Sus pechos se movían con urgencia mientras las ganas por tomarla aún más duro aumentaron.
-¿Más duro?- pregunté cuando la veía morder su labio con ganas. La vi asentir -Serás mi perdición nena.- mis manos fueron a esas hermosas piernas.
Las amasé y tomé su trasero, se sentía como la puta maravilla.
-¡Mierda que buenas estas!
-No termines- pidió entre gemidos. Asentí, aguantaría hasta sentirla apretarme con ganas.
Llevé mi boca a su pezon y sostuve su trasero aún mejor para darme más profundidad.
La sentí arañarme con ganas y gemir mi nombre mientras me apresaba. Bajé la intensidad de mi empuje, solo me movía para su propio disfrute hasta que calmara su orgasmo.
-¿Estas bien?- asintió -Sobre tus tetas y levanta ese hermoso trasero.- salí de su interior y cuando lo hizo lo golpeé con ganas -¡Que rica estas maldición!- besé su cuello y mordí su espalda, abrí sus piernas con las mías y me colé entre ambas.
-¡Ahh hijueputa!- enterró su cara en la cama y levantó aún mejor su trasero para mi.
-¿Rudo?- empujé con ganas -¿O duro?- golpeé tan duro en su interior que la hice desplazar y gemir como gatita.
No esperé respuesta y cuando sus manos trataban de alcanzar lo que sea para sostenerse estuve seguro de que le faltaba poco. Dejé suaves besos sobre su cuello y luego mordí cuando su orgasmo se hizo presente.
Había sentido la sensación de verterme pero cuando su interior me absorbió esta me golpeó la cara como una perra.
Saqué con rapidez mi polla de su interior y acabé dejando un espeso glaseado sobre ese lindo coño.
Caí sobre la cama y la halé conmigo para abrazarla mientras nuestras respiraciones se recomponían.
-Eso fue...
-Maravilloso- terminé, la vi asentir. -Muero de hambre
-Y yo.
-Pediré algo, luego debemos dormir- mi boca fue a la suya y besé sus labios con detenimiento. -No te duermas, ve a lavarte.- golpeé su trasero y desee enterrarme en ella una vez más.
Esto está mal, pero se sentía malditamente bien.
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Llamas Cruzadas
FanfictionNo hay algo más ardiente que un grupo de bomberos sexys.... Si lo hay de hecho, Un grupo de bomberos sexys y cachondos.