¡Dios no!Ella creerá que soy un pervertido, no, Señor.
No se como pero debía salir de aquí antes de ella despierte, antes de que note lo que pasa.
Pero su cabeza descansaba sobre mi brazo, y mi cuerpo no quería alejarse del suyo, mi mano derecha en su cintura, su cuerpo cálido siendo envuelto por el mío, no quería alejarme de esto, pero si debía.
Tomé su cabeza -Creí que dormías- dijo luego de un segundo, me quedé helado ante aquello -¿Es porque estamos muy cerca o porque te gusto mucho?- si notó mi vergüenza, aquello hizo que mi cuerpo se tensara de una manera no sana -Si estamos cerca,- admitió -Pero podemos estar más cerca.- dicho aquello empujó un poco más y un jadeo salió de mí por la impresión, estábamos muy juntos, tan juntos. -¿Te da vergüenza?- dijo antes de separarse un poco, la sentí adentrar sus manos por entre las sábanas y sacar la prenda que la cubría, luego volvió a acercarse, no llevaba bragas, no llevaba nada de la cintura hacia abajo, solo un sostén claro que no debería cubrirla. Que no quería que la cubriera. Perdón.
Sentí su desnudez, más porque su mano se adentró y dejó fuera la mía, ahora nos tocábamos, mis manos continuaban en su cintura, envolviendo, ella se restregaba contra mí, me tocaba, alzó levemente su pierna y mi miembro sintió la humedad de su intimidad segundos antes de que su cálido interior me acogiera, esta posición era muy...
Demasiado estimulante, dolorosa.
Dolía la necesidad de ir más fuerte. Era ella quien guiaba sus movimientos, era quien empujaba su cadera y la movía levemente, era quien jadeaba y no noté cuando mis manos apretaron, y subieron hasta sus pechos, tampoco cuando rompieron la tela que me impedía sentirlos, tampoco cuando giré ambos cuerpos y ahora ella estaba contra la cama, y yo sobre ella, aún dentro de ella y empujé. Estaba sobre su pecho y sentir ese redondo trasero era la gloria y que me perdone Dios, pero lo era. Volví a empujar.
¡Dios que lo hice!
Y se sintió la gloria cuando gritó deseosa, cuando llamó mi nombre y dijo más. Y lo hice, Dios que sí, una y otra y otra vez hasta que rogó que parara.
La cama estaba empapada y ella temblaba, -Debes drenar esa energía- dijo entre jadeos, -Vamos al baño- se levantó y yo con ella, no podía solo no seguirla, era suyo, como animal domesticado; encendió la regadera, con agua fría, -Voy a hacerte llegar, no puedo dejar que me destroces otra vez, hoy.- y aquello me dio esperanzas, dicho esto se arrodilló y mentió mi hombría en su boca.
No se porqué, pero mi cuerpo se movió solo y la alejó, pero aquello y la vacilación en mi rostro no la alejaron, al contrario, la noté sonreír, tomó mi cintura, sacó su lengua y la paseó por mi hombría dura haciendo que mis rodillas perdieran la fuerza con solo eso.
Volvió a hacerlo, pero esta vez atrapó el final y chupó y grité Dios que lo hice y ella me tomó, me estremecí por la anticipación y un jadeo dolorido se escapó de mi, necesitaba tanto correrme, y ahora, teniendo esos labios, esa lengua tocándome, quería hacerlo ahí por más sucio y pecaminoso que sea.
Pero ella no hacía mucho, ella solo lamía, y yo temblaba pero no me generaba el placer para hacerme acabar.
-Se que quieres- dijo con una sonrisa indescifrable en su rostro, volvió a pasear su lengua y dejar mi punta atrapada en su boca, movió su lengua alrededor y un pop me liberó, pero no chupó, no tiró, no apretó.
Su lengua regresó, esta vez fue un poco más abajo, y temblaba con más ganas, dolía tanto.
Mi mano tuvo su propia conciencia cuando la noté acercarse a repetir lo de mi punta y empujé, Dios que lo hice.
Todo de mí estuvo dentro de su boca y cuando su garganta caliente me tocó la conciencia llegó a mí y la liberé. -Lo sien...
-No voy a asfixiarme, ¿y si así será? Alabado sea tu Dios.
-No menciones el nombre de Diosssssss ¡SI!
Esta vez fue ella quien se acercó y me tomó, pero no estuvo satisfecha con solo eso, su lengua parecía que en cualquier momento se uniría a su garganta para acariciarme mientras la otra me apretaba.
Sus ojos, me miraron con ese fuego, con esas ganas que perdí la razón y empujé, una y otra vez hasta que me deslicé y dejé mi esencia en su boca, hasta que me derramé en esos labios y escurrí en sus pechos y tuve ganas de hacerlo otra vez aún cuando lo hacía.
Me alejé pero ella me regresó a mi lugar y volvió a chupar, entonces cedí sobre mis rodillas y caí rendido a su lado.
-Estamos a mano- negué y quise abrazarla, lo hice, aún débil la apegué a mí y sentí su cuerpo lleno contra el mío.
Pero ella es malvada, se abrió de piernas y trepó a las mías y acabamos sentados sobre el piso, ella sobre mí. -Voy a drenar toda tu energía, tranquilo.
No se si será capaz.
A Dios que me perdone.
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Llamas Cruzadas
FanfictionNo hay algo más ardiente que un grupo de bomberos sexys.... Si lo hay de hecho, Un grupo de bomberos sexys y cachondos.