Capítulo 20

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Pasaron horas en las que me dediqué a hacerle ver que la cuidaría, que todo estaba bien. Se durmió anclada a mi cuerpo mientras le repetía una y otra vez que cuando despertara todo iba a estar bien.

Y eso espero. Espero que así sea

-¿Que haces aquí Jimin? Te dije que te quiero lejos de ella.- Había venido a casa de Hoseok, necesitaba respuestas, apreté los dientes evitando decirle algo. -¿Donde está May?

-Está bien- la dejé dormida en mi departamento y decidí hablar con Claudia, ella no me contaba que pasaba verdaderamente no se si por los nervios o si solo no lo sabe todo. -¿Quien está tras ella Claudia? Habla ya.

-No es tu asunto

-Lo es, es mi asunto. No te la vas a llevar- la vi reír con sorna

-¿Quien lo va a impedir? ¿Tú?

-Amor, cálmense, sin amigos ¿recuerdan? Deberías contarle, ellos están juntos ahora.- la vi lanzarle una mala mirada a su novio. -Lo haré yo- apretó la boca con inconformidad.

-No la buscan a ella ¿si? Más bien la buscan por mí. Maté al puto líder de un cartel allá en Colombia, por eso no podemos volver allá ¡es tu puta culpa que la encontraran! Tuya y de tu estupida borrachera.

-¿Como sabes que vienen tras ella?- el estómago me dio un vuelco cuando supe aquello.

-Tengo contactos allá, me avisaron. Quien enviaron ya está en el país. Así que se va hoy, dime donde está. ¿Tu departamento?- negué

-¿Porqué contra ella y no contra ti?

-Se supone que ya estoy muerta, cambié mi nombre incluso- abrí los ojos en demasía, jamás habría creído esto si no la veía hablarme tan seriamente. Es decir, es Clau, nuestra amiga de años, quizás por eso el Señor Kim la protegía tanto. Ahí entendí que todos guardamos secretos en cierto modo.

-En casa de mis padres- la vi asentir -Clau, ¿porqué lo mataste?

-No es tu asunto- estaba enojada -Hoseok toma las maletas, iremos por ella. Dame la dirección- le envié la dirección por mensaje y esta se adentró al auto.

-Hoseok- rogué

-Era policía, se enamoró de su encargo y pero lo denunció de todas formas, luego escapó y asesinó a sus padres como venganza, quería matar a May también, era solo una niña, así que ella lo hizo. Entiéndela, solo quiere protegerla, es lo único que le queda.

-Podemos protegerla aquí- negó

-No puedes, ambos sabemos eso.- dijo dejando algunas palmadas en mi hombro y cuando los vi perderse por la carretera subí a mi auto y conduje a mi departamento, no dejaría que se la llevaran. Esa no era la solución, si pongo a las autoridades en conocimiento sobre esto quizás puedan ayudarla.

Estacioné y subí con prisas al ascensor, tenía rato llamándola y no respondía, de repente sentí una opresión en mi pecho que se arraigó apenas me acerqué a mi departamento y la puerta abierta me dejó saber que algo pasaba.

Algo malo

La escuchaba chillar a la vez que se escuchaban golpes en alguna puerta. Corrí con rapidez, un hombre de más o menos la altura de Namjoon, fornido y tatuado hasta la cara estaba tras esta tratando de abrirla, me abalancé sobre el y estampé mi puño contra su mandíbula, cosa que apenas lo hizo inmutar.

Tomó mi cuerpo como si no pesara y me lanzó sobre la mesa del centro haciendo romper la madera contra mi espalda. Dolía como el demonio pero no podía dejar que se acercara a ella así que me levanté y fui contra su cuerpo, acabamos dando vueltas entre golpes, escuché mis costillas tronar como si las hubiera roto y el dolor era insoportable.

La adrenalina evitaba que perdiera ña fuerza en mis golpes por lo magullado que me encontraba.

Lancé una patada contra su estómago y conseguí hacerme sobre el y golpearlo repetidas veces hasta que lo dejé aturdido, o eso creí.

Escuché un disparo y un dolor insoportable se apoderó de mi hombro izquierdo, mi pánico me invadió cuando lo vi apuntando hacia ella con el arma en las manos, había salido de su escondite y tenía un cuchillo buscando con eso defenderse. Pero sus temblores eran más.

A pesar del dolor en mí hombro alcancé a golpearlo en la cabeza con un adorno y traté de alejar el arma de él, pero acabamos forzando por tomarla ambos hasta que otro disparo resonó, giré con más fuerza el arma y el tercero hizo presencia y luego otro. Sentía que todo el aire se había alejado de mi impidiéndome tomarlo, como si me asfixiara.

-Ya, no llores- esta temblaba con él cuchillo en las manos mientras apuntaba al cuerpo inerte de quien nos atacaba hasta hace unos segundos. Pero no tenía como acercarme a ella y reconfortarla, me sentía débil -Llama- lloraba con más fuerza y no parecía salir del shock -Eme...emergencias pequeña.- la presión que hacía en mi estómago no fue suficiente y la sangre comenzó a desbordar manchando mi alfombra, sentí mucha debilidad luego de eso.

El dolor había disminuido, era casi nulo, como si flotara, pero me costaba respirar y eso dolía, dolía no respirar, dolía verla llorar de esa manera, como si estuviera encerrada a oscuras, como si yo no estuviera a su lado para cuidarla-Emer..gencias peq... -Como si me estuviera viendo morir.


Yo mato gente 😎





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Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora