Capítulo 22

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El camino a casa fue silencioso, más algo más llamó mi atención. Ibamos camino a su casa.

-Señor Min- negó mientras apretaba el volante con sus huesudas manos. Aquello me hizo detenerme ante cualquier pregunta.

Cuando llegamos a su casa esta se encontraba a solas. -Le pedí a Miwon que se lo llevara. ¿Quieres comer algo?- negué

-SeokJin él...

-Aún no lo sabe, no quise despertarlo con la noticia de que su hermana casi fue abusada por su novio en el baño de la estación. Tampoco hablarlo por teléfono.

-¡No iba a hacer eso!- negué y las lágrimas volvieron a tomarme -Discutíamos pero el no iba a dañarme.

-Dile eso a sus nudillos magullados.- era claro que hervía en rabia, estaba totalmente rojo.

-No me golpeó, lo juro él nunca haría eso- ahora lo sé, -Solo pasé por una crisis, el no me dañaría.

-Parecen las típicas excusas que daría una persona con miedo Seona.

-Lo juro, me conoce Señor Min, estaba nerviosa por lo de Clau y luego el habló de mudarnos y d...

-¿Mudarse?- asentí

-Solo quería hacer una vida conmigo y yo lo empujé a eso. No es su culpa, ambos estábamos nerviosos y no era el momento.

-¿Te estás escuchando Kim Seona? No puedes justificar ese tipo de comportamientos.

-¿Dónde está mi teléfono?- ignoré lo anterior.

-¿Para que lo quieres? ¿Ya vas a llamarlo?

-Señor Min

-¡Señor Min nada! ¡No voy a ceder ante esto! No te dejaré ir allá, tienes prohibido acercarte a él.

-No es nadie para mandarme

-¿Qué acabas de decir?

-¡QUE NO ES NADA MÍO! ¡No tiene que opinar en mi vida!- trató de detenerme pero acabé zafándome de su agarre -No es su culpa, no es su culpa.

-Ve al cuarto Seona, te llevaré un calmante para que duermas.- sus intenciones eran buenas y sus palabras reconfortantes, más cuando la idea pasó por mi cabeza me moví en torno a la puerta y salí corriendo con dirección a la calle.

La lluvia había comenzado a caer pero eso no impidió que corriera con las pocas energías que quedaban en mi cuerpo tratando de liberarme del dolor y la impotencia que sentía en este momento.

Namjoon no merecía ser visto como aquello, el no intentó violarme, el no lo hizo.

Antes de notarlo mis pies me habían llevado a la estación. Pedía internamente encontrarlo, de pronto el hacerle saber que no estaba molesta con el se volvió más importante que mi seguridad. Que mi vida.

Los autos pitaban cuando pasaba por el frente de estos buscando ir con él, más aquello no me importaba, quería llegar. Quería aclararlo todo.

Caminé ignorando los llamados de los bomberos que me veían, sabían quien era yo pero supongo que por verme en este estado demacrado, con mis ropas húmedas los hizo ponerse alerta.

Cuando mi cuerpo estuvo frente a su oficina abrí la puerta con urgencia encontrando a mi novio tras esta. Pero no estaba solo.

El cuerpo de otra bombero se encontraba de frente al escritorio mientras él la aprisionaba contra este y quitaba el cinturón con urgencia. Sentí como si todo mi cuerpo hubiese sido halado hasta el suelo tratando de tragarme completa. Y desee aquello.

Desee que uno de lo autos que me pitaban hasta hace rato me atropellaran y me dejaran en un estado de inconsciencia para dejar de sentirme como lo hacía.

Al apenas sus ojos dar con los míos para hacer a este detener sus movimientos. No esperé más, y corrí lejos de eso, del dolor.

De la agonía que sentía justo ahora. Su voz resonaba por la estación, más no me detuve.

En algún momento me detuve pues las arcadas no me dejaron continuar. Vacié lo único que tenía en mi estómago y el sabor y la sensación de la nada me hizo tener arcadas otra vez.

Sentía mi cuerpo enfermo, sentía frío y dolor, mi corazón dolía.

Solo habían pasado unas horas y ya se encontraba con alguien más. Tocando a alguien, deseando a alguien. Sostuve mi estómago cuando comenzó a doler más no me detuve, corrí con más fuerza mientras las lágrimas tomaban partido de mi cuerpo.

Mientras el frío de mis ropas húmedas se colaba en lo más profundo de mi ser amenazando con dejar mi cuerpo en un estado como muerto. Y lo quería.

Quería ese sentimiento de nada en este momento pues lo que me absorbía ahora me hacía doler. Ardía

Mi piel ardía en dolor a pesar de que se encontraba titiritando de frío.

...

-Señor Min, perdón- fue lo único que logré pronunciar cuando este regresó a su casa. Tenía horas en el porche de la casa cerrada no sabiendo donde más ir. Donde sentirme segura.

Donde poder romperme y que alguien fuese capaz de recoger mis pedazos y unirlos con dedicación. Porque ahora estoy rota. Estoy rota pero no lo suficiente, quiero romperme más. Quiero no sentir dolor. -Ya no quiero que duela.- sollocé y este me abrazó mientras levantaba mi cuerpo y me hacía entrar a la casa.

-Entremos a casa pequeña.


Fin

Que si, 🤭
Este es el final de esta temporada, recuerden que nos faltan varias más, así que no retiren el libro de su biblioteca, despedimos esta temporada llorando y con la ilusión de que para las venideras no sea así, un beso. Gracias por leer 🥰

¿Pueden adivinar el siguiente protagonista? 🤭

Voy a darle amor a Di que sí y ¿El jefe? 🔥🤭




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Llamas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora