Había intentado hablarle, invitarla a salir, pero siempre era un no. Ya no tenía cara para verla, pero aún así lo hacía, la veía, la veía mucho.
Miraba su foto de perfil cuando no era domingo y no podía ver ese hermoso y frondoso pelo desde atrás, la soñaba también, pecaba.
Pecaba mucho
Lo hacía aunque sabía que iba a arrepentirme, pero las ganas de hacerlo me hacían débil, más aún luego de probar sus labios y sentir su cuerpo tan pegado al mío y de manera tan impropia.
Y estaba mal, estaba mal pensar en que quizás debí continuar el beso, pensar en que si lo habría hecho sabría lo que es sentirla verdaderamente, habría escuchado sus suspiros...
En el trabajo no era yo, no me concentraba, necesitaba buscar una manera de arreglar lo tormentosa que era mi vida.
Ni siquiera puedo orar como corresponde, me apena el mostrarme ante la presencia del Señor siendo tan sucio, tan pecador.
La sirena se escuchó, estaba refugiado en mi camarote como lo he estado haciendo últimamente, de manera monótona subí al camión luego de prepararme rápidamente y me concentré en mis pensamientos hasta llegar.
-¡Hyung!- abrí los ojos ante el llamado de Jungkook, reía
-Será la primera vez que entres a un lugar de perdición- la voz melosa y burlona de Clau me hizo extrañar, luego noté donde estábamos.
Salía humo más no parecía ser un gran incendio, creo. El lugar donde estábamos era un...
-Reconocimiento, Seokjin, y Claudia.- demandó Min.
Alejé los prejuicios de mi mente y entré en el lugar segido de la mujer, llevábamos las máscaras por lo que no podía ver mucho más que mi proximidad, notamos que el humo provenía de un cuarto en específico, pero el olor no era más que un olor mentolado, a tabaco.
Parecía un cigarrillo o algo parecido
Ambos llevábamos un tanque a la espalda, si había un incendio mínimo podíamos controlarlo y si era mayor podíamos reducirlo hasta que Taehyung y Jungkook aparecieran.
Tiré la puerta de una patada, era lo que parecía un cuarto minúsculo, un trapeador cayó por el impacto, cuando el humo se dispersó notamos lo que era.
Había un balde, en este había un líquido rojo, olía a cigarrillo pero era aquel líquido, claramente fue intencional y quien lo hizo quería hacer creer que era un incendio, al menos a los civiles.
¿Porqué harían algo como eso en este lugar?
El humo se esparció, -Creo que la policía debería investigar esto, las cámaras también.
Claudia me dio la razón, cuando Jungkook entró solo lo hizo para escoltar a Claudia fuera y dar un informe de lo que encontramos, yo preferí quedarme un poco más.
-¿Qué tanto piensas?- la voz de Min me sacó de mi ensoñación y me hizo mirarlo.
-Este lugar es ilegal, ahora la policía y los bomberos, los reporteros están aqui.- negó sabiendo lo que pensaba.
-Este lugar está registrado como un bar, tiene bailarinas y aún no han tenido problemas con drogas o prostitución, así que están bajo la ley.
-Bajo la ley, es un lugar de perversión, las mujeres afuera estaban desnudas prácticamente y...- negué, era obvio que no teníamos el mismo punto de vista -A todo esto, ¿como lo sabes?- se carcageó
-Soy el Sargento a cargo del turno nocturno en la estación de bomberos 1 de Seúl- dijo como si fuera obvio, -Debo conocer cada edificio y negocio de nuestra jurisdicción, haz lo mismo, pronto serás tu el encargado- negué
-No seré líder, esos niños no me respetan.
-Lo hacen, crees que no, pero te respetan más a ti que a... Hoseok- puse los ojos en blanco y caminamos fuera con los demás, -Voy a hablar con el Capitán de policía.
-Claro
-Jin Hyung- mmm, cuando me llama así y con ese entusiasmo es que planea alguna travesura, ni siquiera quiero escuchar. -Con Taehyung tenemos la duda si prefieres el negro, rojo o blanco.
-¿A que viene esto?- ambos tenían la risa ensanchada, señalaron con sus cabezas a un trío de mujeres cuál no estaban envueltas en toallas como las demás.
Una en especial me hizo quedarme estático en mi lugar. Esos muslos gruesos y firmes estaban envueltos en una fina tela de orificios, el encaje rojo cubría muy pobremente su trasero y era enorme, mucho más de lo que la ropa dejaba ver, ahora no llevaba y era grande, redondo, apretable. Su espalda, su cabello recogido en un moño desordenado que la hacía ver demasiado bien.
Mi vista no se movió de ella, escuchaba voces, murmullos, sirenas, pero ella estaba aqui, desnuda frente a tantos hombres y ardí en rabia.
Ella giró
Sus pechos estaban envueltos en encaje rojo, eran grandes y se notaban firmes, su cintura se veía aún más pequeña por lo grandes que son sus pechos y caderas.
Desee tener mi cara entre ellos, y pequé, lo hice en el momento en que puse mis ojos sobre ella.
-¿Cuál color Hyung?
-Rojo- ambos estallaron en carcajadas que fueron calladas cuando Min golpeó sus cabezas y les tendió unas toallas para ellas, prácticamente corrieron a entregárselas, yo no podía moverme, ella me miraba y yo a ella.
Estaba igual de sorprendida que yo, ambos con la vista en el otro como si no pudieran creer lo que pasaba.
-Seokjin, ¿Estás bien?- no lo estoy, ¿cómo podría estarlo si la mujer que ha hecho que mi corazón se acelere luego de años está frente a mí, vestida de esa forma, trabajando en un lugar como este?
Me siento traicionado y es absurdo, ella me rechazó, rechazó mis sentimientos y no tenemos ni siquiera una amistad, ella cortó lazos, pero aún así.
Un sentimiento de propiedad me tomó
-Voy a volver al camión- y entonces aparté mi vista.
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Llamas Cruzadas
FanfictionNo hay algo más ardiente que un grupo de bomberos sexys.... Si lo hay de hecho, Un grupo de bomberos sexys y cachondos.