23.

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En un extraño giro del destino, Juuri estaba vistiendo sus ropas negras mientras se aferraba a Kakashi, pues justo ahora veía como Kurenai estaba arrodillada frente la tumba de su esposo y le dejaba un ramo de flores, apenas se alejó, Juuri fue y la abrazó.

—Gracias por estar aquí —susurró Kurenai, Juuri asintió y la envolvió en un abrazo más fuerte.

—Cuenta para lo que quieras con nosotros.

—Gracias... —susurró mientras se alejaba a paso lento.

Juuri miró a Kakashi.

—No quiero dejarla sola... No sé si vayas a continuar con el entrenamiento, pero...

—Ve con ella —la interrumpió Kakashi—. No hay que dejarla sola, nosotros habremos perdido a un amigo, pero ella ha perdido al amor de su vida... Yo no sé qué pasaría si...

—No hay que hablar de eso... Te veré más tarde, tal vez pase la noche con ella —dijo y le dio un beso en la mejilla—. No molestes a Naruto.

—Suenas como su mamá —comentó en burla Kakashi, Juuri le sonrió.

—Es que... Siento que lo conozco... Por cierto, ¿has visto a Shikamaru? No me gustaría que ese chico hiciera algo descuidado.

—Yo me encargo, tú ve con Kurenai.

—Entendido —respondió Juuri y salió del cementerio.

La verdad era que ese lugar seguía sin gustarle, desgraciadamente para ella, el número de amigos y seres queridos dentro y fuera de éste, comenzaba a ponerse parejo.

Con algo de rapidez, alcanzó a Kurenai antes de que llegara a su casa, cosa que fue una buena idea, la pobre ni siquiera podía abrir la puerta, pues sus manos temblaban.

—Juuri... —susurró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Juuri la abrazó con una mano, mientras que con la otra abría la puerta. Con cuidado, la llevó a la sala y le preparó un té, pasaron toda la tarde en silencio, mientras que durante la noche, Juuri finalmente se enteró del gran secreto de ambos, Kurenai estaba embarazada y el pequeño retoño ya llevaba una buena temporada de gestación.

Al enterarse de ello, Juuri se contuvo y la llevó a su habitación, donde la dejó dormir y se marchó. Casi de inmediato encontró a Kakashi lejos de Konoha, en un campo de entrenamientos, él estaba golpeando algunos troncos con sus manos descubiertas. Cuando el aroma de su sangre llegó hasta ella, fue corriendo hacia él y lo abrazó por la espalda.

—Detente —le pidió, pero él no lo hacía—. Por favor, Kakashi, para...

—Él no se merecía esto... —se quejó mientras sofocaba algunas lágrimas, Juuri lo abrazó con más fuerza.

—Lo sé, pero también sé que no le gustaría verte así... Por favor, Kakashi, para...

—Voy a matar a su asesino —sentenció Kakashi.

—Lo haremos y...

—Tú debes ir a ver a Ibiki... Parece que encontraron a un testigo que puede decir algo sobre Akatsuki... Estoy seguro de que te gustará participar en ese interrogatorio —susurró mientras dejaba de golpear el tronco y veía su mano, estaba cubierta de sangre y en algunas zonas veía sus huesos.

—Dejame curarte —le pidió Juuri, él asintió y se sentaron en el tronco.

Ocupando su iryoninjutsu, Juuri lo curó, sin embargo, para aliviar un poco el dolor de su mano derecha, que era la que había recibido un daño bastante significativo, la envolvió en una venda, cuando acabo, se sorprendió con lo que Kakashi sacó de su chaleco, era una cajetilla de cigarrillos.

La Ninja Lobo de Konoha 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora