La Ninja Lobo de Konoha 2

38.

Juuri abrió los ojos justo a tiempo, por un momento, se sintió como antes, con su verdadero poder. De manera extraña, parecía como si saliera de una especie de portal, pero nada le pareció tan extraño como el ver a Danzou frente a ella y a Sasuke, Madara y una chica más allí.

Todos miraron con sorpresa a Juuri, Danzou apenas la notó, comenzó a arrastrarse hacia ella, en cuanto estuvo a su alcance, tomó su pierna.

—Ayuda... Ayúdame, por favor... Sasuke Uchiha... Un Akatsuki buscado me ha atacado —le pidió.

Invadida por una furia interna, ella miró a las personas delante suyo, Sasuke se colocó una mano en la cintura y le devolvió la mirada de manera desafiante.

—¿Vas a ayudarlo? —le preguntó, Juuri no contestó, simplemente cerró los ojos y llevó su mano a su bolsa de kunai.

En cuanto sacó una, volvió a abrir los ojos, todos con asombro vieron la sombra del sharingan en sus ojos, Juuri miró a Danzou.

—Le hiciste daño a dos personas preciadas para mí... A una la intentaste llevar a la oscuridad y a la otra la consumiste en ella... No hay castigo acorde a tus pecados, ni siquiera matarte compensaría todo el daño que has hecho.

—¡No! Tú no puedes matarme, eres una ninja de Konoha y yo todavía soy el Hokage, tú estás bajo mis órdenes...

—Yo no sigo las órdenes de un cadáver... Además, me despediste, no tengo ningún compromiso contigo y por si fuera poco, ya no eres Hokage, sólo eres un pobre diablo cuya cabeza apenas vale algo —le dijo arrodillándose ante él.

—¡Él es mío! —le interrumpió Sasuke, Juuri levantó la vista y lo miró.

Su sharingan conectó con el de él, sorprendiendo a Sasuke, por un momento estuvo seguro de ver en ella los ojos de Itachi.

—No estoy aquí por mí... Es la última voluntad de alguien preciado para mí... Apenas haga lo que me pidió, te dejaré que lo acabes —respondió Juuri.

Apenas bajo la mirada a Danzou, vio el sharingan, sin embargo, este no surtía efecto en Juuri, pues el sharingan de Itachi la protegía.

—No soy yo quien recupera este ojo... Es Itachi —susurró Juuri mientras le dejaba ir el kunai, pero justo antes de clavárselo, se detuvo.

Danzou pensó que había cambiado de opinión, pero, sin esperarlo, Juuri le enterró sus dedos en su cavidad ocular, apenas sujeto su falso ojo derecho, lo extirpó de manera lenta, prolongando su dolor, en cuanto lo sacó, Madara la miró con interés.

—¿Te vas a quedar con él sharingan más poderoso del clan Uchiha? —le cuestionó, Juuri lo miró mientras Danzou gritaba a sus pies y se cubría la hemorragia.

Cansada de sus gritos, le dio una patada en la cara, lo suficientemente fuerte para dislocarle la mandíbula y lanzarlo volando por los aires hasta los pies de Sasuke.

—Haz lo que debas hacer, yo ya he terminado con él —le dijo y miró el sharingan con tristeza.

De manera sorprendente, el sharingan, no, el ojo en sí mismo le parecía familiar, como si en algún momento lo hubiera visto. Sus ojos se pusieron cristalinos mientras lo cubría con sus palmas.

*Lo que me pediste está hecho, Itachi...* Pensó mientras ocupaba su Kekkei Genkai para congelar el ojo.

—¡Imposible! ¡yo te sellé! —la interrumpió Madara, ella lo miró.

Si era sincera, sabía que el poder que sentía en estos momentos, estaba llegando a sus límites, tal parecía que con la teletransportación había recuperado brevemente todas sus habilidades, si la mitad de ella estaba con Madara, no dudaba que esa mitad era muy lista, pues la había llevado a ese lugar y encontrado una forma de pasarle chakra, no podía volver con ella, era cierto, pero aún así, mientras esa conexión no se rompiera, seguiría de ese modo un poco más.