28.

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—¡Está más adelante! —le informó Velkan mientras aceleraba el paso.

—¿Te sentirá llegar?

—Es un Uchiha, así que sí, gracias al sharingan pueden sentir mi chakra, deberás ir sola, está a cien metros de aquí.

—Bien, ocultaré mi chakra y llegaré con él, gracias Velkan —dijo mientras bajaba de su espalda y se impulsaba.

—Juuri, cuídate y apresúrate, estoy oliendo sangre, su sangre y hay una ligera esencia de Sasuke con él.

—Demonios —masculló ella mientras ocultaba su chakra—. Gracias por todo.

—Invócame si necesitas ayuda —finalizó antes de desaparecer.

Como si le fuera la vida en juego, Juuri corrió, cuando estuvo a unos veinte metros, pudo sentir su chakra, así que tomó una decisión arriesgada, apenas tuvo el punto de referencia, realizó un jutsu de teletransportación, en cuestión de instantes, tenía a Itachi corriendo justo de bajo de ella, así que simplemente se dejó caer contra él mientras lo inmovilizaba, sujetándolo con firmeza.

—¿Qué demo...? —se quejó cuando sintió los brazos de Juuri a su alrededor.

Apenas Itachi reparó en que era ella y vio que ambos se precipitaban hacia el suelo, la abrazó, de tal modo que cuando chocaron contra el piso, su cuerpo se llevó el impacto más fuerte, mientras Juuri se salvaba debido a que cayó en su pecho, sin embargo, las heridas que su hermano recién le había provocado, le dolieron, incluso unas sangraron. Itachi trató de levantarse, sin embargo, una kunai en su cuello lo detuvo.

—¡No te muevas! —le dijo Juuri mientras mantenía su vista clavada en su pecho.

Mirándola con un gesto de sufrimiento, Itachi recordó que no estaban solos, Zetsu podría aparecer en cualquier momento y él no lo podría notar, así que con desesperación comenzó a buscarlo por los alrededores.

—Ahora no es momento, estamos expuestos, debemos de...

—¡No! —lo interrumpió Juuri, Itachi seguía tan desesperado porque no la notaran, que no reparo en la situación en la que se encontraba Juuri, hasta que vio un rastro húmedo en sus mejillas y la escuchó gemir—. No vas a huir de mí otra vez, Itachi, no hasta que no me digas toda la verdad...

—Juuri... —susurró él mientras dejaba de luchar y de moverse—. Escuchame, justo ahora no podemos estar así, menos aquí, Zetsu, un miembro de Akatsuki, me ha estado siguiendo, no lo notarías nunca, no posee un chakra que lo delate, aquí afuera, conmigo, estás en peligro.

—¡¿Por qué te importa tanto mi seguridad?! —le reclamó tensando la kunai en su cuello.

—Porque me importas tú —respondió finalmente él, a Juuri le tembló el labio al oírlo—. Sé que hay cosas que no entiendes, pero...

—Entonces dímelas, porque no entiendo cómo es posible que una semana antes de que te fueras te creí mi amigo y tiempo después ya eras un convicto, uno al que yo cazaba, pero que nunca quiso atacarme... Dime, Itachi, porque no entiendo nada y si no hablas conmigo, te aseguro que te condenarás aún más tú solo... Si de verdad te importó, dime, porque ya no soporto más está incertidumbre —confesó Juuri mientras más lágrimas caían por su rostro.

—Juuri... Está bien, te diré, pero aquí no, dejame llevarte a un lugar donde estarás a salvo —le pidió, ella asintió y le quitó la kunai del cuello.

Tomándola de las muñecas, realizó un jutsu de teletransportación y la llevó a una habitación de la Guarida Uchiha, la cual tenía poderosos sellos, que lograrían impedirle la entrada a Zetsu. Apenas aparecieron ahí, Juuri se levantó de golpe, algo mareada y confundida por el lugar en el que estaba, de inmediato buscó a Itachi, quien estaba a sus espaldas.

La Ninja Lobo de Konoha 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora