La Ninja Lobo de Konoha 2

34.

Habían pasado un par de días desde el ataque de Akatsuki a Konoha y Juuri estaba segura de que seguía sin entender nada de lo que sucedía. De manera resumida, le explicaron a Juuri lo que había sucedido cuando estuvo inconsciente, llevándose la sorpresa de que Itachi había muerto a manos de Sasuke y que Jiraiya también había muerto durante una infiltración a la aldea oculta de la Lluvia, cuando Juuri preguntó acerca de Rumiko, su alumna, tuvieron que decirle que no sabían su paradero.

Las pérdidas de Jiraiya y posiblemente de Rumiko la afectaron demasiado, ambos eran personas queridas para ella, pero, sorprendentemente, cuando le dijeron sobre la muerte de Itachi, sintió como si una parte de ella ya lo supiera, pero aún así no dejó de dolerle, cosa que le pareció muy extraña.

De común acuerdo, los que habian ido a la misión donde Juuri había resultado lesionada, acordaron decir que ella se había separado para buscar al enemigo, pero que había caído en una trampa y de eso, había resultado el sello y el genjutsu que le habían puesto, nadie le diría la verdad, pues sabían que eso solo la confundiría más y era algo que no necesitaban en esos momentos.

Para sorpresa e incomodidad de Juuri, resultó que tenía que partir a una reunión de emergencia entre los altos cargos de Konoha, ya que era la líder de ANBU, aunque aún no estuviera recuperada, debía de asistir, pero luego de ver que no se encontraba en condiciones para aguantar el viaje tan improvisado, tuvo que delegar su puesto temporalmente a un ninja que había estado acompañando a Tsunade durante el ataque de Pain, era algo que no le había gustado hacer, pues no dudaba que Danzou se fuera a aprovechar de la situación, además de los ancianos, pero lo había tenido que hacer, su chakra y energía seguía en reservas, y no daba indicios de querer cambiar pronto esa situación.

Animándola, Kakashi trató de hacerla pensar en otra cosa, sin embargo, cuando mencionó el estado de Tsunade, de pronto su antigua maestra obtuvo toda su atención. Cuando Juuri miró a Tsunade, inconsciente y anciana, supo que había llegado a su límite tras usar a Katsuyu para proteger a Konoha.

—¿Cuándo despertará? —le preguntó Sakura, Juuri frunció los labios y acarició una de las coletas de Tsunade.

—Tardará bastante... Sólo sé de una vez que esto sucedió, afortunadamente, en ese entonces le pude hacer transfusiones de chakra con Shizune y una de mis aprendices, pero, desafortunadamente ahora, yo era el único enlace para poder hacerlo, así que no lo sé... En aquella ocasión, logré levantarla en cuatro días, además, su estado no era tan grave... De momento, debemos cuidar de nuestra Hokage —la animó Juuri.

Para cuidar a Tsunade, normalmente Juuri, Shizune y Sakura se turnaban, ya que estaban seguras de que a Tsunade no le haría ni una sola pizca de gracia que todos la vieran en ese estado. Para cuando ya habían pasado cinco días de la junta improvisada, Juuri había estaba terminando su turno de cuidarla cuando una mujer, acompañada de Shizune entraron, de inmediato ocultó a Tsunade de su vista.

—¿Qué sucede? —preguntó Juuri sacando un poco su espada, pues, para poder ser guardia de Tsunade, había tenido que estar con su uniforme de ANBU.

—Está mujer quiere hablar con Tsunade-sama —le informó Shizune llegando a su lado, su pequeño cerdo mascota escudó del otro lado a Juuri.

—Lo lamento, pero ella no te puede atender, está inconsciente, si tienes un asunto que tratar con ella, puedes esperar...

—Imposible, tengo una carta que debo entregarle —la interrumpió la rubia.

—Puedes dármela, soy líder del escuadrón ANBU, o a ella, que es su asistente, te aseguro que estará en buenas manos, de momento no sabemos cuándo despertará, pero será lo primero que atienda en ese momento —le dijo Juuri.