Anexo
Madara finalmente lo estaba logrando.
Después de tantos meses finalmente estaba a punto de poseer en cuerpo y alma a la mujer que amaba.
Aún cuando se mudó con él y le cedió una habitación para ella sola, no espero que las cosas sucedieran así, él no estaba en contra de esperar hasta el momento de su boda, sin embargo su autocontrol se estaba viendo puesto a prueba constantemente por aquella chica, aún cuando su cuerpo estuviera envuelto por una bata todas las mañanas, a veces su clavícula quedaba al descubierto, mostrando más de aquella piel tan suave y tersa que justo ahora estaba disfrutando explorar.
—Ma-Madara... —se quejó ella en un pequeño susurro mientras se sonrojaba.
Aquella voz tan dulce era un festín para los oídos de Madara, mirándola brevemente a los ojos, reclamó sus labios en un beso lento y apasionado, el cual poco a poco se tornó voraz y hambriento, por lo cual Madara tomó el nudo del obi de la chica y comenzó a soltarlo, ella no protestaba, simplemente se dejaba deshacer entre los brazos de su prometido.
Con mucha facilidad quitó el cinto de su cintura y abrió su kimono, Madara sonrió contra los labios de la chica y se alejó, mirándola completamente en embelesado, esa chica lo había trastornado hasta un punto que ni él mismo quería admitir, todo aquello de lo que un día renegó, amor, familia, futuro, todo eso lo quería tener con ella, pues veía en su ser la recompensa que la vida le daba como ofrenda de paz luego de que todo le fuera arrebatado.
—Midoryko... Creo que te amo —admitió Madara en un susurro, ella lo miró muy conmovida y frunció los labios.
—También te amo, Madara y quiero estar contigo para siempre —respondió ella mientras tomaba su mano y se acurrucaba contra ella.
Él le sonrió desde el fondo de su corazón, tal y como una vez se lo había pedido, ella correspondió su sonrisa y lo atrajo hacia sí mientras deslizaba la parte superior de su vestimenta fuera del cuerpo de Madara, dejándolo parcialmente desnudo.
Madara vio cómo la mano de la chica temblaba mientras descubría su propio cuerpo, enternecido por ello no la presionó, sino que dejó que lo recorriera, en cuestión de semanas sería su esposo, así que era mejor que se acostumbrara a él desde ya.
Cuando ella estuvo satisfecha, levantó la vista y lo miró sonriendo, Madara lo tomó como una invitación, así que procedió a desnudarla con cuidado, por primera vez en su vida no quería ser brusco o provocar temor, quería tratarla con la delicadeza necesaria para que nada la perturbara, así que lentamente, como si temiera romperla, le quitó la prenda superior, dejándola casi desnuda. Midoryko se sonrojó de inmediato e instintivamente quiso cubrirse, pero antes de que pudiera moverse, Madara volvió a besarla, presionando su torso desnudo contra el de ella, disfrutando del roce de sus senos contra su pecho, aún así podía sentir el contorno de estos y también sus pezones rosando levemente contra él.
—¿Confías en mí? —le preguntó él, ella lo miró a los ojos.
—Sí —respondió sin titubear.
Con la mirada fija en la del otro, una mano de Madara se propuso descubrir el torso femenino, acariciando su abdomen, subiendo poco a poco y finalmente sujetando uno de sus pechos, Midoryko se arqueó contra él y reprimió un pequeño quejido, Madara sintió una punzada de placer en su entrepierna, la cual estaba más que dura, no sabía cómo había resistido tanto tiempo y tampoco sabía cómo no se desataba justo ahora.
Tal vez era porque la criatura que estaba conociendo el placer entre sus brazos le parecía lo suficientemente linda y frágil como para querer cuidarla, ya que no quería lastimarla, pues era la primera vez en su vida que tenía algo tan bello para él.
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La Ninja Lobo de Konoha 2
FanfictionHan pasado tres años desde la última vez que Kakashi y Juuri se vieron, sin embargo, ante la tensión, debido a la presencia cada vez más visible de Orochimaru, ella recibe la petición, de nada más y nada menos que de Kakashi, para que regrese. Con e...