Muchas cosas en la vida son prohibidas y eso pone en una situación complicada a otras personas.
Y esto le está pasando a Tsuzura Hanatemari, ella se enamoró perdidamente de la novia de su mejor amiga Mary Saotome, Ririka Momobami.
No era su culpa, era la culpa de esa hermosa albina de ojos azules de personalidad tímida y tierna que la había cautivado y la hacían suspirar tanto, algo qje ni siquiera Mary lo había hecho cuando tuvo un crush con ella.
La primera vez que se vieron después de tanto tiempo fue de casualidad y agradecía a esa casualidad como también la maldecía, Mary estaba en una cita con Ririka y en ese instante la vio.
A la chica más misteriosa que había pisado la tierra, la siempre enmascarada vicepresidenta, con las mejillas rojas, sus ojos azules y todo su rostro al aire libre.
Por la impresión de había desmayado, y si le sumamos a la emoción de volver a ver a su amiga, cuando despertó vio a Ririka a su lado, algo alejada, mirandola con nervios, apesar del tiempo jamás se acostumbrará a que la vean sin su amada máscara.
Ririka:¿Esta... Bien? -murmurró con inseguridad.
Escuchar su voz fue como escuchar a un ángel, jamás imaginó escuchar a uno y lo tenía delante de sus ojos, pero era idéntica a aquella mujer.
Tsuzura: s-si...¿Donde esta Mary? -murmurró curiosa y nerviosa.
Ririka: f-fue por un vaso de agua -murmurró mirando a otro lado.
El silencio se inundó en aquel pequeño lugar pero gracias a Mary que había llegado, después de disculparse por haberse desmayado y haber sido regañado por la rubia que no debería disculparse y después de una larga explicación de quien era esa chica y porque estaban juntas, había entendido el porqué ambas estaban juntas. Sorpresivamente a Tsuzura no le había dolido tanto como creyó, su enamoramiento por Mary se había ido totalmente.
Y volvemos al presente con una Tsuzura suspirando por otra chica, la peliazul miraba un libro para distraerse hasta que algo captó su atención y era una caballera blanca volando por el viento.
Allí estaba Ririka caminando a paso calmado y tranquilo sin preocuparse por lo que pasará, sentía que su cara está ardiendo y no era por el sol que estaba haciendo.
Tsuzura:"que linda".
Aquel pensamiento no se había ido rápido como los demás que había tenido con la ojiazul es más se quedó admirando su belleza como si fuera una obra de arte.
Al darse cuenta de lo que pensaba solamente negó con la cabeza por aquellos pensamientos nada buenos que tenía por Ririka.
Estar enamorada de alguien que sabes que tiene pareja y más si es tu mejor amiga no era nada fácil, más si también estuviste enamorada de tu mejor amiga.
Tsuzura salió de la biblioteca perdida en sus pensamientos que solo tenían como protagonista a Ririka, unos días después de verlas Mary había querido que ambas se llevarán bien y así hicieron, no eran exactamente amigas pero se llevaban bien y no la culpaba por lo que Kirari le haya hecho en el pasado.
Ririka:¿Hanatemari-san? -pregunto un poco insegura.
Al oír su nombre saliendo de esos labios rosado pálido la puso nerviosa.
Tsuzura: h-hola Ririka-san -murmurró nerviosa.
Ririka:¿Estaba en la biblioteca? -pregunto curiosa.
Tsuzura: s-si ¿Usted que estaba hacy? -pregunto curiosa.
La sonrisa y el pequeño sonrojo en sus mejillas la hacían sentir que su corazón se rompía.
Ririka: tendré una cita con Mary por aquí cerca -dijo con una gran felicidad.
Tsuzura: oh me alegra bastante, espero que se la pasen bien y espero verla pronto -dijo con una sonrisa medio falsa.
Ririka no se dio cuenta de aquella sonrisa medio falsa por estar tan contenta con tener otra vez una cita con su amada novia.
Tsuzura se alejó con la mirada medio baja, antes de irse miro hacia atrás para ver cómo Mary abrazaba por detrás a Ririka y ella con la sonrisa más brillante del mundo.
Se había enamorado de alguien que tenía dueña y más que era su mejor amiga ¿Que derecho tenía ella? No podía hacer algo en contra de la relación de su mejor amiga y de la chica que no hace mucho conocía.
Se había enamorado de alguien prohibido, mejor dicho un fruto prohibido, como la manzana del Edén.