Kirari Momobami es conocida como una mujer fría, ambiciosa, despiada y cruel, no le importaba nada ni nadie además de ella misma, eso es lo que parece a simple vista pero lo que muy pocos saben es que ella no es así con su pequeña hermana Ririka.
Kirari volvía de la academia agotada por el trabajo pero todo valía la pena por ver a esa hermosa chica de hermoso cabello morado, su secretaria y novia Sayaka Igarashi, solo por ella y porque era su deber hacia ese trabajo.
Kirari:"tengo sueño" -penso algo agotada.
Subió las escaleras con la intención de ir a su cuarto pero se detuvo en una puerta color azul cielo con el nombre de Ririka, entro al cuarto y vio en ella la cuna de la pequeña de 2 años quien dormía profundamente.
Kirari rió por lo bajo y dejó en uno de los muebles un nuevo regalo que compró para Ririka. Desde que la pequeña nació su frío y despiadado corazón había cambiado por la niña, al principio era difícil pues ella no sabía nada de niños pero su tío la ayudo con eso he hizo el trabajo más fácil, y no era la única que había cambiado sus primos también le tenían mucho cariño a la pequeña Ririka, si no me creen su cuarto literalmente está llenos de peluches y ropa para niños mega costosos que tienen tarjetas con los nombres de cada uno y un "de: tu prim@ favorit@"... Lo que era capaz una bebé.
Kirari miro atentamente a Ririka, se parecía tanto a ella que si no fuera por la diferencia de edad pasarían como gemelas, su cabello que no era tan largo blanco como la nieve, tan suave como el algodón, sus ojos azules que tienen un brillo de inocencia que ella protegería con sus propias manos y esa piel tan delicada como la porcelana, incluso Sayaka amaba a su hermana, aveces sentía que la amaba más que a ella lo cual es raro y los del consejo amaban a su hermana.
Ririka empezó abrir los ojos dejando a Kirari sorprendida, se veía tan dormida.
Kirari: hola Riri -habló de forma dulce.
Ririka: Kidadi -dijo alzando sus bracitos.
Kirari sentía que moría de ternura por las palabras mal pronunciadas de su niña, con todo el gusto del mundo la alzó.
Kirari:"normalmente me enojaría por la mala pronunciación de mi nombre pero Riri es la excepción" -penso con una sonrisa.
Nunca en su vida pensó en amar a alguien que no fuera a ella misma, a su tío y un poquito a sus primos pero Ririka y Sayaka eran su clara debilidad.
Kirari:¿Quieres ver lo que Sachiko te envío? -pregunto con una sonrisa.
Sachiko con todo el mundo era una persona sádica, fría y sería mientras que con Ririka era dulce, amable, atenta y la consentía bastante... Bueno todos lo hacían.
Al oír el nombre de la ojiroja Ririka tenía un brillo en sus ojos, los tenía así por todos pero aún así ponía celos@s al resto.
Kirari la dejo en su cuna por unos segundos y fue a buscar el nuevo obsequio semanal o diario de Sachiko.
El regalo era un peluche muy bonito de osito con un corazón con el nombre "Ririka" con diamantes y tenía una carta.
"Este regalo Mary lo quería para ti
Att: tu prima favorita Sachiko".
Al dejar de leer la carta Kirari sintió su sangre hervir por la mención de la rubia de 3 años, Ririka y Mary son amigas y no le molestaba lo que si le molestaba era que Mary siempre abrazaba a Ririka de manera posesiva y estaba junto a ella.
Ririka: Mady -dijo con una sonrisa.
El enojo fue reemplazado por una sobrecarga de ternura, pero aún así decidió ponerle más ojo a Mary cuando creciera.
Kirari: vamos a la cocina y te prepare algo.
Kirari dejo el peluche con el resto y se llevó a Ririka a la planta baja para darle su comida, cuando llegaron dejo a la pequeña en su silla y busco su comida para bebé y con mucho gusto Ririka la comía con transferencia.
Kirari: me sorprende que te guste esta cosa.
Ririka la miró curiosa y le sonrió más dulce algo que hizo a Kirari más feliz de lo normal.
La puerta fue tocada y Kirari fue abrirla para encontrarse con Sayaka.
Kirari: amor que bien que ya llegaste -dijo abrazándola por la cintura.
Sayaka: también me alegra verte Kirari -dijo correspondidndo el gesto.
Kirari parecía un gatito inofensivo con Sayaka aunque sabía que era una leona que mataría a quien sea que la provoque, pero ni hablar de como se comporta con Ririka se hacía una santa paloma por su poco uso de razón.
Sayaka: Kirari aún no te has cambiado -dijo de forma de regaño.
Kirari: me la pasé con Rir... Es culpa de es y su ternura -dijo defendiéndose.
Sayaka: no culpes a Riri de esto por cierto ¿Donde esta?.
Un balbuceó llamo de la cocinaa hizo correr como Flash para abrazar con delicadeza a su pequeña cuñada.
Sayaka: hola Riri ¿Como has estado? -pregunto con ternura.
Ririka: Saya...ka -dijo con una sonrisa y abrazandola igual.
Kirari sintió su corazón derretirse por semejante imagen, recibía visitas inesperadas por parte de sus primos o los del consejo mientras que Sayaka siempre se quedaba con ella por los problemas con su "padre" pero a Kirari no le molestaba en estar siempre con la pelimorada, es más le encantaba.
Kirari: me iré a cambiar ¿Puedes cuidar a Riri por mi?.
Sayaka: claro que sí amor -dijo con una sonrisa.
Kirari subió a su cuarto y cuando bajo se encontró con la imagen más tierna y bella de todo el mundo Sayaka cargando a Ririka como si fuera su hija.
Kirari:"no espero el momento para que sea un hijo nuestro" -penso con una gran alegría.
Sayaka:¿Vemos una película? -pregunto mirando a su pareja.
Kirari: claro y creo que a Riri le gustaría una película de princesa -dijo jalandole de forma delicada el cachete.
Ririka se emocionó por esas palabras y asintió con su cabecita, las 3 vieron la película de Cenicienta.
Sayaka: es entretenida la película.
Kirari no era de gustarle esas películas pero debe admitir que son entretenidas, Ririka estaba en las piernas de Kirari y Sayaka le daba caricias en la cabeza.
La película termino y las mayores decidierln dormir junto a la niña, Sayaka y Ririka se durmieron rápido mientras que Kirari las miraba con adoración esa soledad que sintió casi toda su vida se había ido cuando Ririka llegó y no tenía palabras para decirle cuánto la amaba, amaba a esas 2 y era capaz de dar su vida por ellas.