Ririka miraba el techo de su cuarto con aburrimiento, no tenía nada mejor que hacer para ser honesta.
Su hermana se fue a una reunión donde ella no necesitaba que estar involucrada, lo cual era un alivio para la ojiazul.
Sus guardaespaldas se fueron con su tío, Hana y sus amigos estaban ocupados, seguramente planeando un desastre en el cual ella se enteraría mañana.
Su gato estaba en su siesta de la tarde y ella no tenía el corazón para molestarlo por sólo una tontería como su aburrimiento, de cualquier manera se veía adorable estando dormido.
Soltó un suspiro y decidió tomar un libro para matar el tiempo pero después de unos minutos se había aburrido.
Ririka:"¿Que debería hacer?" -penso cansada.
La albina decidió salir de su cuarto y empezar a caminar para despejar su mente, la casa estaba completamente sola y extrañamente silencioso, eso sólo la hacía sentir nerviosa.
Después de tanto tiempo con gente ruidosa y un ruido ensordecedor que te harían volver loca ahora el silencio parecía que la quería volver loca a ella, que curiosa es la vida.
Soltó un suspiro y vio un libro en la mesa de sala, lo tomo con curiosidad y se dió cuenta de que era de Gin, pues era un libro de cocina más específico de postres.
Con curiosidad vio las recetas y decidió hacer una en particular, ahora que tenía tiempo libre podía mejorar en la repostería, y tal vez hacer algunas actividades pars distraerse.
Con calma se fue a la cocina ahora con el cabello recogido y las mangas hacia arriba para no ensunciar su blusa, puso el libro en la mesa y empezó a leer la receta con tranquilidad.
Ahora la ansiedad que sentía fue reemplazada por una sensación de alegría al estar completamente sola, una sonrisa se instaló en sus labios y fue rápidamente por los ingredientes.
Con los ingredientes ya en la mesa volteo su cabeza al libro y leyó las instrucciones con calma y tranquilidad, tenía tlda una tarde libre para ella sola.
¿Así se sentía la tranquilidad de estar sola?.
Se sentía bastante bien si se lo preguntaban, Pero aún así le gustaba estar acompañada, con calma puso algo de música de su celular y empezó a tararear la letra.
Dejando esos pensamientos de lado empezó a poner los ingredientes en su lugar respectivo mientras que leía la receta para saber que lo estaba haciendo bien.
Esto le traía recuerdos de hace unos años atrás, Gin enseñándole a ella y a los chicos a cocinar mientras que evitaban desmayarse cada vez que dejaban alguna cocina sucia o que el platillo no estuviera bien.
Se rió entre dientes al recordar esas veces que Gin los golpeaba con alguna herramienta de cocina dejándole un chichón en la cabeza, aún podía sentir el dolor de esos golpes he hizo una mueca de dolor.
A diferencia de muchos golpes que ella recibió en su vida los de Gin eran mucho más suaves y no la dejaban con un dolor en todo el cuerpo.
Nuevamente alejo los malos recuerdos y decidió centrarse en la cocina y en la canción, su cuerpo empezó a moverse al ritmo de la canción con toda la calma del mundo.
No temía que alguien la viera pues sabía a qué hora llegaría su hermana, paso unos minutos y puso la masa en el horno para que se hiciera, se sentó en una silla con un Manga en sus manos y empezó a leerlo con toda la calma del mundo.
Un maullido la trajo nuevamente a la realidad y miro hacia abajo mirando a su gato.
Ririka: Vainilla.