♡; Lo prometí ⋆

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Capítulo 55

—¡Harry! —Alguien gritó

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—¡Harry! —Alguien gritó.

Sintió un agudo dolor en su cuerpo, como si lo hubieran arrojado al suelo. El aire se sentía espeso y de la nada sus ojos se abrieron. Una mirada preocupada fue lo primero que sus ojos vieron, los ojos grises estaban llenos de lágrimas y preocupación.

—Draco. —Dijo con un nudo en la garganta. Era él. —Draco. —Unos brazos lo rodearon con fuerza, dolía pero poco le podía importar cuando al fin, al fin, estaba siendo abrazado por la persona que más le importaba.

—Mi amor, estas bien. —Harry cerró los ojos dejando caer unas lágrimas y lo abrazó con más fuerza. —Estaba tan asustado, pero viniste, tu viniste

—Siempre, Draco. Siempre volveré a ti. —Se dieron un beso en los labios cargado de desesperación, angustia y amor. Harry podía fingir que no estaban en guerra, que sólo eran ellos dos y nadie más. Eran Draco y él. Apoyó su cabeza en su hombro y siseó de dolor.

—¿Estás herido?

—Estoy bien, sólo unos moretones.

—Fuiste muy valiente al venir.

—Y sin embargo nos capturaron. —Dijo, dándose cuenta que ya no estaban en la mazmorra llena de celdas. Movió su cabeza del hombro de Draco y miró a su alrededor confundido. La habitación era grande, blanca, no había nada más que paredes y una puerta. Sin ventanas, sin nada.

—Estamos en una habitación con salas drenaje.

—¿Qué? ¿Drenaje? —Draco asintió con una mirada preocupada.

—Estaba medio consciente cuando vino mi padre a instalarlas.

—Entonces estamos sin magia. ¿A quién...?—Su voz salió temblorosa. —¿A quién sacrificó para instalarlas?

—Era una bruja, no se quién. —Harry asintió. Las salas de drenaje requerían de asesinar a un mago o bruja, ya que toda la magia de aquella persona se utilizaría creando una especie de escudo que hace que cualquier mago que este allí no pueda usar su magia.

—¡No vamos a salir nunca sin magia, y va a venir el Señor Oscuro, y te matará! —Lloró Draco.

—Hey, hey. —Harry se apresuró a tranquilizarlo. Acarició la mejilla de Draco limpiando algunas lágrimas. —Alguien vendrá y nos sacará de aquí, y si no es así no dejaré que te pase nada.

—Yo no quiero que te pase nada a ti.

—Entonces, ambos saldremos de aquí. Vivos. Lo prometo, mi amor. —Draco se sonrojó.

—¿Lo prometes?

—Si, lo prometo. —Harry se acercó un poco más notando como los ojos de Draco se cerraban, sin poder soportar la dolorosa distancia, y el hecho de que lo había extrañado tanto, inició un beso lento y amoroso. Se separaron cuando la falta de aire se hizo evidente, y con voz jadeante Draco susurró contra sus labios:

Solitario, Harry | drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora