Solitario, Harry | drarry

♡; Los recuerdos de Regulus Black ⋆

Capítulo 42

Harry sintió un cuerpo junto al suyo. Es lo primero que noto entre la neblina del sueño. No tenía ganas de abrir los ojos, solo quería dormir un poco más junto con el cuerpo que se sentía tan cálido. Esas manos delicadas rodeaban su cuerpo, y Harry se sentía seguro.

Pudo sentir que la persona contra su lado se despertaba y apretaba su agarre. Harry simplemente se acurrucó un poco más al cuerpo y soltó un suspiro de satisfacción.

Lentamente comenzó a salir de su estado de somnolencia y sus ojos se abrieron. Levantó la cabeza y vio a Draco mirarlo fijamente. El rubio se sonrojo cuando se dio cuenta de su mirada y Harry le dedico una sonrisa. Draco se veía extrañamente hermoso, muy pocas personas se veían bien recién despiertas, y Draco entraba en esa categoría. Su cabello estaba despeinado, dejando ver leves rulos que escondía el rubio detrás de el gel que siempre se ponía para estar bien peinado. Sus ojos levemente hinchados y somnolientos. Pero Harry nunca lo había visto tan hermoso e íntimo como se sentía. Draco, todavía sonrojado, le dedico una sonrisa suave.

—Buen día, Harry. ¿Dormiste bien? —La voz de Draco había sonado un poco grave, causada aún por el estado de estar recién despierto. Harry se sonrojó. Habían dormido juntos. Pero no sé estaba quejando. Por supuesto, compartían habitación, pero nunca habían logrado estar tan unidos como lo estaban ahora. Abrazados, mirándose sonrojados y medio dormidos. Harry esperaba que el momento no terminara nunca.

—Si, dormí genial. —Harry sonrió,  no queriendo sacar sus manos del pecho de Draco, queriendo estar acurrucado con él un poco más. —¿Tú dormiste bien?

—Si, y contigo a mi lado aun más. —Si Harry estaba rojo antes, estaba seguro de que ahora mismo parecía una tomate. Draco se rió levemente. —Te ves hermoso así.

—Draco —Harry gimió con vergüenza y escondió su rostro en el cuello del rubio. Draco se rió aún más. Y Harry se dio cuenta de que hace mucho no lo había escuchado reír, y le gustaba como sonaba su risa. El momento íntimo se vio interrumpido por la puerta de la enfermería abriéndose.

Ambos suspiraron de decepción y se separaron de su comodidad. Aún sentados uno al lado del otro.
Madame Pomfrey entró por la puerta y les dedico una sonrisa a ambos.

—Buenos días, señor Potter, señor Malfoy. —Les dijo a ambos.

—Buen día Madame Pomfrey. —Dijeron a ambos al mismo tiempo.

—Me imagino que el señor Malfoy fue a dormir a su cuarto y hoy está aquí porque vino temprano.  —Dijo dándoles una mirada de que no creía lo que decía. Ambos les dieron una lograda inocente a la enfermera.

Luego, Madame Pomfrey procedió a revisar a Harry. Por suerte, lo único que tenía que hacer era asistir a partir de ahora tres veces por semana a un sanador mental. Harry se sintió reacio al principio. Honestamente el estaba bien, no necesitaba ir a un sanador mental y que la gente pensara que es más raro de lo que es. No necesita que luego el colegio se entere. No necesita un sanador mental.