Prólogo

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31 de julio 1980

Los Potter acaban de tener a su segundo hijo, Harry James Potter. En la otra esquina, Aiden Jason Potter miraba a su hermano con una ternura admirable. Se notaba que la familia se amaba, y era un amor incondicional. La enfermera, quien en ese entonces después de hacerle los respectivos análisis a Harry fue a entregarle su bebé a Lily Potter. Antes de cerrar la puerta para darles privacidad sonrió al ver como los padres miraban a sus hijos con tanto cariño que hasta cualquiera podría sentir envidia. Seguramente, ambos niños iban a ser tan amados porque no era normal el amor que les cabía a los Potter, todo el mundo lo sabía. Una familia. Eso eran. Una familia amorosa, intelectuales y bueno, ahora ya con segundo hijo no dudarían que eran más que felices.

Ese día en particular, se tomaron muchas fotos los cuatro. Riendo, abrazando a su nuevo miembro y por supuesto al mayor que era el más consentido. Algo bueno tendría que pasar dentro de todo los líos políticos con todo el asunto de los mortífagos, la guerra, y el Señor Oscuro.  Venía bien un poco de calma a la vida de los Potter, que era un tanto ajetreada debido a que enfrentaron al Señor Oscuro en numerosas ocasiones.

Al pasar los días, ya estaban en su hogar. Los cuatro se veían en extremo felices, Aiden parecía amar a Harry, Lily y James sonreían al ver a sus dos hijos pequeños y bebés. Eran sus niños. Y así transcurrieron varios meses, incluso un año en el que la tranquilidad y el amor reinaba a los Potter.

31 de octubre de 1981

Tuvieron un llamado de la Orden y dejaron a sus bebés a cargo de sus queridos abuelos maternos, pues lo paternos habían fallecido hace un tiempo. Lily y James sabían que el Señor Oscuro no iba a descansar en ir tras ellos y todos los miembros de la Orden, aunque Lord Voldemort no supiera con exactitud quiénes eran los que la formaban. Mucho menos sabía que existía la Orden del Fénix. Ese día había sucedido una masacre por parte de los mortífagos y el Señor Oscuro. El Callejón Diagon, el Ministerio, todo el mundo mágico y hasta el muggle se estaba viendo afectado por la guerra.

Dumbledore, que hasta ese entonces era uno de los magos más poderosos junto con Voldemort. Lo único que quería era un especie de milagro, algo que pudiera darle una pista de que podrían ganar y vencer al culpable de la pérdida de tantas vidas.
Por eso, acudió a Sibyl, la vidente. Necesitaba respuestas, algo que lo impulse a saber que no estaba peleando por algo que simplemente ya estaba perdido y que podría hallar la forma o a alguien que pueda parar los ataques y al Señor Oscuro.
Es por eso, que grande fue sorpresa cuando la vidente, que al principio se había negado a ver el futuro para esa ocasión, dijo lo que dijo cuando entro en trance.

—El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido del amor y de los que lo han desafiado cinco veces... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce...  Dispuesto a sacrificarse del amor a otro por amor familiar, sobrevivirá a un maleficio imperdonable... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso...El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso... El Alicanto dorado se acerca...

En ese momento, uno de los mortífagos que estaba a cargo de espiar a Dumbledore fue a avisar de la profecía a su maestro de manera rápida, si había alguien que podía vencerlo pues el Señor Oscuro debía de matarlo antes de que sea difícil de vencer en el futuro. Si era un bebé, era posible que al Señor Oscuro no le suponga un problema asesinarlo.

Solitario, Harry | drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora