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Capítulo 26

Harry jadeó

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Harry jadeó. Se maldijo por el tiempo que le estaba llevando llegar al Gran Comedor. Por otro lado, tener un ataque de ansiedad ahora mismo no haría las cosas más fáciles para Draco, y el rubio necesitaba ayuda.

Las puertas del Gran Comedor estaban abiertas, al pasar por ellas corriendo las miradas fueron a él y sus mejillas se sonrojaron. Sus ojos ignoraron a los alumnos y se dirigió a la mesa del personal
Madame Pomfrey estaba sentada al lado del profesor Snape. Corrió entre las mesas de Ravenclaw y Slytherin y llegó al frente de los dos.

-Draco necesita ayuda, está herido -La voz del menor sonaba baja y temblorosa que Pomfrey y Snape debieron inclinarse. Después de escuchar ambos se levantaron de golpe no sin antes avisarle a Dumbledore que surgió una emergencia.

Harry caminó detrás de los profesores con la cabeza gacha sin mirar a nadie, sus manos continuaban temblando pero sólo seguía a los pies de su Jefe de Casa.

Las puertas de la enfermería de abrieron. Draco Malfoy estaba semi consciente en la camilla. Los profesores se pusieron a trabajar alrededor. Poppy lanzó un hechizo de diagnóstico, luciendo enferma al ver las secuelas del cruciatus más los golpes físicos, tampoco estaba bien alimentado y tenía una breve congestión. Draco estaba delirando de fiebre.

Harry vio borroso por su respiración irregular pero escuchaba los gemidos de Draco y en su evidente estado de delirio murmuraba "No padre, lo haré bien" o "No puedes hacerlo, no puedo hacerlo". Rompiendo el corazón de Harry en pedazos.

Su propio padre le había tirado un crucio.

Harry creía que podría vomitar si no estuviera ocupado congelado en su lugar viendo a su Jefe de Casa y a Madame Pomfrey administrar y lanzar hechizos por todo Draco. No supo cuánto tiempo estuvo observando su lugar en silencio hasta que sintió una mano en el hombro que lo hizo saltar.

-¿Estás bien, Potter? -Harry respiró y miró a los ojos negros del profesor Snape. Harry le dio una mirada de desesperación. Severus entendió el mensaje y lanzando un hechizo de invocación le dio una poción calmante a Harry, ayudando al Slytherin a respirar.

Una abrumadora ola de culpa se posó en pecho de Harry. Se suponía que el profesor Snape debía estar cuidando de Draco no de él porque no podía evitar tener un ataque de ansiedad en los momentos menos convenientes. Harry se mordió el labio con fuerza con odio a sí mismo. Draco tenía que estar con su padrino, el profesor Snape no debería de tener que perder tiempo con él, no importa lo relajante que sea su presencia para Harry, ni la mano que acariciaba su espalda como gesto de consuelo.

Cuando Harry pudo dejar de temblar. Snape se alejó y Poppy se acercó al profesor.

-Draco estará bien. Recibió varios hechizos y huesos rotos. La poción para dormir hará que duerma por el resto del día y cuando despierte estará mejor aunque un poco débil

Solitario, Harry | drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora